ARTE Y COMUNIDAD ¿RELACIONES, RESULTADOS O PROCESOS?

Art and community: relationships, results or processes?

Por: Laura Lucía Castiblanco Serna

Estudiante Artes Plásticas | Universidad de Caldas | laura.11917284@ucaldas.edu.co

Figura 1. Los Personidos y Alexandra Gelis. (2015). Personidos. [Fotograma]. Bogotá: Barrio la Perseverancia. Portafolio de la artista.

La presente reseña abordará un texto del artista Andrés Buitrago titulado: ¿A qué suena la Perse?, ensayo ganador del Reconocimiento Nacional de Crítica en el 2015. En un primer momento, se ocupa del proyecto Personidos, realizado por la artista Alexandra Gelis y un grupo de jóvenes de hip hop del barrio La perseverancia de Bogotá, Colombia. Gracias a este proyecto de arte sonoro los jóvenes -hasta el momento músicos empíricos- pudieron formarse y perfeccionar sus habilidades y técnicas musicales. Además formaron un colectivo que logra hacer contenidos propios enfocados en su contexto específico. Este proceso de auto-representación será crucial para cumplir el sueño de los jóvenes de lograr limpiar la imagen del barrio, hasta ese momento etiquetado por las realidades de violencia y drogadicción. Andrés entrevista a la artista Alexandra Gelis (pionera del proyecto), así como a Paola Camargo, Donny y Pegajoso (integrantes del colectivo). Así mismo entrevista a Elisabeth Vollert, directora de La Otra Bienal; espacio que ha permitido la consolidación del proyecto Personidos, se trata de una iniciativa cuyo formato difiere de las típicas ferias artísticas, porque no se centra en el objeto artístico y su mercantilización, sino en los vínculos sociales, comprendidos como ejercicios políticos que permiten una constante redefinición de arte y la experimentación con diversas prácticas artísticas.

Es importante destacar la relación de Alexandra Gelis con las personas del barrio La Perseverancia, la artista está abierta y dispuesta al trabajo colaborativo en el cual todos tienen algo para aportar al proyecto. Tanto ella como Elisabeth se interesarán por las necesidades reales de la comunidad y hacen propuestas susceptibles a ser transformadas por los integrantes del equipo, quienes logran apropiarse de las herramientas ofrecidas no solo para el uso dado hasta entonces, sino para crear sus propias estrategias de trabajo. Como resultado se obtuvo un dispositivo capaz de grabar, mezclar y reproducir sonidos de manera que les servía de pista a los jóvenes para cantar en vivo y a su vez registrar las presentaciones.

Tras la revisión del proyecto, Buitrago aborda de manera crítica una facción del arte interesado en el trabajo en comunidad. Se remite a Hal Foster (2001) en su texto El artista como etnógrafo para aseverar que es posible minimizar al otro, explotarlo y victimizarlo en beneficio del “yo” del artista. Así también cita a Claire Bishop (2004) para cuestionar el uso de las relaciones humanas como materia plástica, cuando los individuos que forman estas relaciones se vuelven irrelevantes. Desde allí desprende su reflexión en torno al sistema del arte que define qué es y qué no es arte, donde arte y vida se separan, y expone cómo para él es evidente que el arte relacional no ha logrado cuestionar estos aspectos de la práctica y el discurso artístico.

Desde la perspectiva del autor, usando temáticas políticamente relevantes, el arte relacional se olvida de atender a los procesos sociales y se jacta de emplear este supuesto interés comunitario a modo de laboratorios o simples experimentos. Por esta razón, cuestiona la inutilidad del arte que (al separase de la vida e interesarse por la contemplación de la obra) aparenta estar en contraposición a las lógicas del capitalismo, cuando en realidad el sistema del arte funciona siguiendo dinámicas excluyentes, prueba de ello es que solo una porción de la sociedad tiene acceso a él. También critica la reconstrucción del tejido social a través del arte, manifestando cómo este “ideal” parte del supuesto de que las comunidades por sí mismas no pueden crecer, asumiendo de entrada que están desgarradas, victimizándolas y poniendo al artista por encima de dichas personas.

Finalmente, presenta a Personidos como un modelo distinto de arte creado en comunidad, y da voz a sus integrantes para que narren cómo la alternativa fue crear un espacio de vida en el que pudieron compartir intereses artísticos y sociales. De este modo se desmonta la categoría de autor, pues la artista renuncia al protagonismo y se inserta en el grupo como una más del colectivo; en contraposición a los artistas que llegan a trabajar en comunidad con el interés de exponer a su nombre, llenar un portafolio, o beneficiarse de dineros públicos. Personidos, entonces, desborda lo que llamamos arte desde relaciones de auténtico compromiso, afecto e interés social y artístico logrando una transformación en la vida no solo de sus integrantes sino de los habitantes del barrio. Buitrago culmina resaltando el objetivo logrado de auto-representación en el barrio, narrando cómo los integrantes del colectivo consiguen apropiarse de sus procesos comunitarios, crear nuevos significados en torno a la manera en que son percibidos en la comunidad y transformar la mirada del barrio en la ciudad.

Figura 2. Los Personidos y Alexandra Gelis. (2015). Personidos. [Video editado]. Bogotá: Barrio la Perseverancia. Portafolio de la artista.

Dentro de los temas abordados por Buitrago es interesante detenerse en su crítica al arte hecho en comunidad. Es importante aclarar que, dentro del texto, el autor cuida de usar esta palabra, al referirse a Personidos, en la forma como el colectivo la entiende. Dentro del proyecto que nos expone, la comunidad es más que un grupo de personas dentro del cual se inserta la propuesta artística, convirtiéndose en un tejido de relaciones humanas profundas, donde el afecto y los intereses artísticos se mezclan para dar como resultado un proceso en el cual arte y vida se ven interrelacionadas estrechamente.

Personidos es un modelo riquísimo en posibilidades tanto para la práctica artística como para la transformación social, porque defiende un arte vivo, comprometido, útil, real e insertado en lo concreto de la existencia, como bien nos lo muestra Buitrago. Vale la pena pensar un futuro del arte-relacional con estos valores humanos, reconociendo que los trabajos con comunidades, que usualmente se conocen en la esfera artística (proyectos que se centran en actividades y temáticas propuestas solamente por el artista), pueden terminar, como lo expone Foster, en “sobreidentificación reductora” o “desidentificación criminal”.

Ahora bien, subvalorar los demás modelos, por utilitaristas que puedan parecer, genera un sesgo que impide la apertura a las posibilidades que toda práctica artística trae consigo. Generar un proyecto como Personidos, con la transformación social que supuso, presupone un esfuerzo a largo plazo que pocos artistas están dispuestos o pueden asumir. Por otro lado, asegurar que el trabajo en un grupo humano no genera nada a nivel social si el artista prioriza sus intereses propios, sería negar la posibilidad de que las comunidades tengan los criterios para aceptar, acoger o rechazar las propuestas del artista, como si necesitaran de un artista que les mostrara cómo ser comunidad, los grupos humanos tienen la capacidad de reflexión y cooperación más allá de la práctica artística. Los resultados no se pueden medir solo desde la visión del artista o gestor del proyecto, que bien puede estar a favor de los más loables ideales humanistas o solo estar buscando cómo crecer profesionalmente. De modo que el impacto a nivel comunitario sobrepasa muchas veces el rango de visión de un proyecto y rebasa el mismo cuando, independiente de la duración del proyecto y de su mismo desarrollo, genera procesos de conciencia y pensamiento dentro de un grupo social.

Figura 3. Los Personidos y Alexandra Gelis. (2015). Personidos. [Fotograma]. Bogotá: Barrio la Perseverancia. Portafolio de la artista.

Por otro lado, es posible hacer una diferenciación entre arte-relacional, como lo aborda Buitrago y colectividad artística. No se puede pretender que toda labor del arte en el campo social termine creando vínculos afectivos y artísticos que funden colectivos, por el contrario, hay que valorar cada propuesta desde la medida de vinculación que esta misma propone. Algunas optarán por la inserción total del artista dentro de la comunidad, mientras que otras serán tan solo un acercamiento, exploración, algunos talleres con unos objetivos definidos desde el comienzo. A estas últimas propuestas, sin embargo, no se les puede arrebatar los méritos que tienen tan solo porque hay otros ideales mayores a alcanzar dentro de la comunidad específica.

Así entonces, si se condenan los proyectos de arte interesados en comunidad, donde artista y participantes no se cohesionan hasta formar un colectivo, se pasarían por alto proyectos que, mediante actividades puntuales o esporádicas, llevan también a la sociedad un mensaje distinto al común y le abre nuevos horizontes de vida y desarrollo humano. Si esta visión de radical adhesión a la comunidad fuese común en el campo de las artes, no habría entonces quienes quieran acercarse a la comunidad así sea mediante un laboratorio, privándose de la posibilidad que el encuentro con otro trae consigo y privando a ese otro de un espacio de interacción, por breve que sea, con el mundo del arte, ya de por sí caracterizado por estructuras cerradas.

Es entonces como Buitrago aporta una reflexión válida y necesaria dentro del mundo del arte para una mayor unidad entre arte, vida y el sentido profundo de comunidad humana. Sin embargo, se hace necesario ponerse frente a la realidad de los intereses del artista al acercarse a la comunidad, sin censurarlo. Solo así se podrá valorar cada propuesta desde sus características propias, dejando los idealismos y las utopías para casos específicos y acogiendo el valor que trae consigo un arte donde se privilegian las relaciones humanas, el encuentro entre distintos mundos y realidades.

Referencias

Buitrago, A. (2015) ¿A qué suena la Perse? Prácticas Artísticas contemporáneas y experiencia de comunidad. Bogotá: Reconocimiento Nacional de Crítica. Disponible en: https://premionalcritica.uniandes.edu.co/wp-content/uploads/Rad-4416-Cat-1-A-QU%C3%89-SUENA-LA-PERSE.pdf

Como citar:
Castiblanco, L. (2021). Arte y comunidad, ¿relaciones, resultados o procesos? Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1(4). Disponible en: https://portalerror1913.com/2021/12/01/arte-y-comunidad-relaciones-resultados-o-procesos/

Fecha de recibido: 5 de abril de 2021 | Fecha de publicación: 2 de Diciembre de 2021

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