HISTORIAS DE TERROR BASADAS EN HECHOS REALES

Horror stories based on real events

Por: Yisell MontañoTsoi

Estudiante Artes Plásticas | Universidad de Caldas | gisecaro110@gmail.com

Figura 1. Montaño, Y. (2022). Historias de terror. [Ilustración digital]. Manizales: Imagen cortesía de la artista.

Hace poco tiempo aprendí a ver más allá de la obra, entiendo que después de esta se desencadena una serie de procesos que pueden enriquecer o desprestigiar el trabajo de un artista. El montaje se ha convertido en una de mis cosas favoritas, en especial cuando se trata de encontrar cosas o solucionar problemas además de ese bello sentimiento de satisfacción al ver todo terminado (cuando uno se olvida de que luego hay que desmontar). Este texto contiene una serie de historias cortas de aparente terror mezclado con comedia que tienen como propósito contar algunas experiencias relacionadas con el montaje de una exposición. Las experiencias no son positivas o negativas, de hecho fueron de mucho aprendizaje para mí y me han ayudado a mejorar mis montajes.

La tierra

Una sala llena de paredes blancas y limpias, olor atosigante de pintura recién aplicada, martillo, taladro, metro y cinta de enmascarar, tareas asignadas y medidas dibujadas, piezas ordenadas y luces encendidas, suena el teléfono y parece ser una llamada cualquiera. Pero, no es así, ha faltado una cosa: la sala debe contar con un círculo de tierra de dos metros para lo cual se necesitan 5 bultos de tierra limpia y sin irregularidades… y ya no hay presupuesto.

Torcido

-Es increíble, como de 50 pinturas solo nos falta una obra por colocar

-Si tienes razón todo ha sido muy fácil y rápido y aún nos queda tiempo de sobra para poder descansar  antes de la apertura

-Vamos a colgarla entre los dos y miramos juntos como quedó todo

-Esta bien, vamos a la cuenta de tres

¡1!

¡2!

¡3!

Los dos se alejan y miran el resultado desde lejos, en ese instante comienzan a llorar y llega un tercer personaje y les dice:

-¿Ya se dieron cuenta de que las obras están torcidas?

Ellos habían medido a ojo para agilizar y ahora tienen que comenzar de nuevo. Que comiencen los juegos de la muerte.

Fuego controlado

Me encontraba muy emocionada porque iba camino a una exposición sobre el fuego con una de mis amigas. Llegamos al lugar y nos preparamos para una experiencia calurosa, entramos y había una mesa llena de fósforos así que comenzamos a explorar formas de encenderlos e interactuar con la obra. Pasada media hora logramos encender fuego y en ese momento la gente comenzó a acercarse a encender papeles sobre el escritorio cuando de pronto… llega el artista y nos dice; por favor dejen de encender fuego, cuidemos la mesa. Luego todo se apagó.

La mancha

Entré a ver una hermosa exposición de acuarelas, amo la acuarela, pero una experiencia que parecía encantadora de pronto se tornó oscura y tenebrosa.

La mancha apareció, ya me habían contado historias acerca de ella así que estaba preparada para lo peor aunque no sabía que la situación podría escalar a esos niveles tan intensos.

Había una mancha negra como de zapato justo al lado de la obra principal, no supe cómo llegó ahí pero no podía dejar de verla, la obra quedó completamente opacada por la magnitud de la mancha del zapato, es lo único que recuerdo de ese día y sé que perdurará en mi memoria hasta mi muerte.

Una oportunidad cargada de oscuridad y dificultad

Exposición en una estructura patrimonial en Manizales, parece ser un gran lugar para exponer, pero, cuando escuches estos puntos en contra, quedaras horrorizado y solo desearas nunca haber sabido de estos lugares terroríficos.

  1. Paredes en las que no se pueden clavar puntillas, chazos, o tan solo pegar cinta de enmascarar.
  2. Paredes que no se pueden pintar debido a que se debe mantener el color original.
  3. Si cuentas con poco presupuesto también contarás con poca iluminación (a menos que tengas la suerte de que el espacio esté bien iluminado).
  4. Permisos y trámites para cada cosa que quieras hacer u objetos del lugar que quieras tomar para incluir en la muestra (mejor lleva tus cosas).
  5. Humedad o lindos insectos habitantes.
  6. Olores inesperados.

Nota: esta historia puede variar dependiendo de la experiencia de cada quien, son lugares hermosos pero difíciles de manejar, de igual forma se puede sacar mucho provecho de todo con una buena planeación y estudio del espacio.

Cinta transparente

-Hola Carlos ¿cómo estás?

-Muy bien Alejandra y tú ¿cómo estás?, ¿descansaste de la jornada de ayer?

-Sí Carlos, hoy por fin terminamos este montaje y por fin habrá descanso, son pocas las cosas que faltan por eso quería preguntarte si trajiste lo que te pedí.

-Pues sobre eso, tengo una mala noticia que darte, pero creo que lo podemos solucionar.

-¿Cuál es la mala noticia?

-Está agotada a nivel nacional –susurra Carlos temiendo por su vida.

-Habla más fuerte que no escuché.

-¡La cinta de enmascarar está agotada a nivel nacional!

-¿Y cómo se supone que solucionemos eso? –pregunta Alejandra a punto de colapsar.

-Podemos usar cinta transparente –dice Carlos creyendo que ha solucionado todos los problemas.

Al día siguiente se encontró a Carlos ahorcado con cinta transparente y pegado al techo de la sala de exposiciones.

Figura 2. Montaño, Y. (2022). Historias de terror. [Ilustración digital]. Manizales: Imagen cortesía de la artista.

Como citar:

Montaño, Y. (2022). Historias de terror basadas en hechos reales. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo1 (4). Disponible en: https://portal-error-1913.com/2022/10/31/historias-de-terror/

Fecha de recibido: 20 de octubre de 2022 | Fecha de publicación: 31 de octubre de 2022

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144X

FRACTAL DE LA MASACRE. Sobre «Ostraca» de José Gabriel Sanín

Fractal of the massacre. About «Ostraca» by José Gabriel Sanín

Por: Juan Manuel López Pasos

Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas

juan.11714884@ucaldas.edu.co

Figura 1. Sanín, G. (2021). Ostraca [Dibujo sobre ruinas]. Manizales: Centro Colombo Americano.

Huellas, fragmentos, esquirlas y silencios.

Apariciones leves, íntimas y profundas, como la cicatriz ajada en la piel, pero tan dolorosa, tan esquiva.

Pedazos de una pared discuten con su rastro grabado, la infausta estampa de una memoria ominosa, que pareciera un relato surreal de alguna distopía psicótica.

José Gabriel Sanín Williamson de Rionegro, Antioquia, ante la desigualdad de los pies descalzos, en su labor de poeta, trae a colación un archivo personal, emotivo, de memorias y relatos colectivos sobre el conflicto armado del país, en pedacitos de muro, de alguna casa destruida o abandonada por el largo trajinar de la guerra.

Son tantas historias condensadas en ese fractal de la masacre, axioma de nuestra tierra, presencias y ausencias en la epidermis de una casa, en el mutismo que antecede al grito y las ráfagas, en la orfandad de los montes y los campos.

Figura 2. Sanín, G. (2021). Ostraca [Dibujo sobre ruinas]. Manizales: Centro Colombo Americano.

Así pues, el olvido indeleble entre los suspiros del grafito y los colores,

Pupitres, moscas, gallinazos,

Cucarachas, huesos, cráneos,

Botas de caucho, una mesita vieja,

Esquinitas de un pueblo, calles vacías,

Casas, finquitas,

Un cadáver…

Pedazos de pared, nuestro muro de los lamentos dinamitado.

¿Cuál Macondo, cuál Atenas, cuál Uruk?

Excavación, exhumación de una cultura olvidada o imaginada.

Símbolos, no, manifiestos, nombres e instancias, las ánforas guardan misterios, en las nuestras no caben tantos muertos, una historia es la de muchos.

Masacre, despojos, ausencias.

La memoria, esa cosa personal y colectiva se presenta como una figura extraña, cuasiretórica, insistente, necia, efímera y efervescente. Colombia no ha tenido tiempo para el luto, no hay tiempo para las lágrimas, solo para labores de enterramiento.

Estas piezas de Sanín son testimonios, parten del vestigio como reflexión de nuestra historia.

En la alegoría de la ruina, la metáfora es contundente: todos estamos fracturados, segmentados, rotos.

De ahí la imposibilidad del duelo.

No lo mataron, no lo apagaron a las malas, en algún partido de fútbol o chisme de farándula.

Tampoco hemos tenido el respeto necesario, ni siquiera el mínimo, para acercarnos, comprender o por lo menos mirar aquel yermo inocuo y baldío, en el cual hemos intentado cultivar, nación, memoria, paz, verdad y sociedad… es un absurdo.

La violencia nos ha palpado, directa o indirectamente, la exageración y la extensión del conflicto, sus diferentes arquetipos, el sadismo y la perversión intrínseca del mismo, nos ha insensibilizado.

Vivimos de violencias diarias, de mutilaciones psíquicas y corporales.

Esta tipología, propia del territorio nacional, nos ha conducido a la más terrible de las indiferencias, aquella en la cual se obvian los episodios más crudos de nuestra tragicomedia. Se escuchan las excusas: “eso ya fue hace mucho tiempo”, “ustedes siguen hablando de eso» o «supérenlo ya…”

Sanín nos invita a respetar el luto, a no olvidar, a entender que el tiempo no está allá atrás y que nuestra historia es presente continuo que, tristemente, se repite una y otra vez; debemos hacer el esfuerzo de verlo, enunciarlo y evocarlo.

No se trata de aceptar la fatalidad de lo inevitable e insoluble, sino más bien de construir memoria. Ahora, desde la comprensión y el valor de mirar a la cara esa vorágine que nos ha costado tantas lágrimas, tantos gritos.

Es necesario denunciar, criticar y ser reiterativos con estos asuntos, no podemos negar la cicatriz, tampoco permitir que vuelva a ser abierta. Hay que estar presentes en esos discursos, en esas palabras, en esas imágenes, evitar tomar distancia…

Debemos acercarnos aunque nos duelan esas esquirlas, esas ruinas, esas espinas de Moneta, debemos resguardar esos fragmentos y reconstruir nuestros relatos, nuestra realidad.

Figura 3. Sanín, G. (2021). Ostraca [Dibujo sobre ruinas]. Manizales: Centro Colombo Americano.

Notas

[1] La exposición Ostraca es fruto de una investigación creación realizada por el artista José Gabriel Sanín Williamson, en el marco de la Maestría en Artes de la Universidad de Caldas. La exposición se presentó en la Alianza Francesa de Manizales, en Galería L´étoile, del 6 de diciembre del 2021 al 31 de enero 2022. La muestra contó con el apoyo curatorial de Manuela López Amézquita y el siguiente texto de sala: «Ostraca eran los pedazos de cerámica donde se escribía el nombre de quienes iban a ser condenados al exilio en Grecia. Ostraca también eran los pedazos de ánforas rotas donde se enseñaba a escribir en las escuelas de escribas y los tiestos que eran usados como soporte para enviar y recibir mensajes de quienes trabajaban en mastabas o en la decoración del interior de las pirámides en Egipto. En esta exposición se proponen piezas testimoniales de los horrores de una violencia irracional heredada desde siempre y que ha tenido como escenario el territorio colombiano. Gabriel Sanín recurre a los vestigios, a los restos de edificaciones que otrora albergan campesinos y que hoy solo guardan tristezas y recuerdos, ruinas abandonadas que gritan una masacre, un desplazamiento, un despojo de tierras. A Gabriel, su obsesión por la muerte violenta lo ha llevado a construir una serie de trabajos como recurso para no olvidar, como estrategia mnemotécnica en la que dolor y la representación de este, a través del arte, se constituye en un ejercicio cíclico, en donde la memoria se ve alimentada por la repetición. Ostraca es uno de ellos». Dentro de las mediaciones que acompañaron la exposición se realizó la charla: «Encuentro con el artista y la obra Ostraca: Una manera de poética de acercarse a una masacre a través del dibujo«.

Cómo citar:
Pasos, J-M. (2019). Fractal de la masacre. Sobre «Ostraca» de José Gabriel Sanín Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo. 4 (1). Disponible en: https://portalerror1913.com/2022/04/06/fractal-de-la-masacre/

Fecha de recibido: 1 de febrero de 2022 | Fecha de publicación: 6 de Abril de 2022

MANIFIESTO AL ABISMO

Manifesto to the abyss

Por:

Daniel Fernando Ruiz Garzón

Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas | daniel.12011257@ucaldas.edu.co

Figura 1. Ruiz, Daniel. (2021). Autorretrato 1 (Dibujo). Calarcá. Cortesía del artista.

Empiezo este manifiesto como lo terminaré, diciendo que soy igual de absurdo a ustedes. La diferencia es el optimismo que los permea y del cual yo carezco. El arte lo utilizan como la búsqueda de lo bello y feliz, se engañan con expresiones como “el arte me alivia”, “el arte es perfecto”, “el arte es terapéutico”. Les planteo una pregunta, una entre tantas, ¿realmente se escuchan a sí mismos? Huyan de toda idealización artística, libérense de gustos banales y de mentiras; sientan dolor, angustia y sufrimiento, porque evitar estos estados es negar la vida, el mundo y, por ende, al arte mismo. Quizá ustedes están más muertos que yo.

Les propongo la anarquía en virtud del arte, luchar contra todo porque todo merece ser cuestionado y deformado, basta ya de su conformismo que no los lleva a nada. Imagínense que Adán y Eva no hubieran sido expulsados del paraíso: ¡NO HABRÍA ARTE! Viviríamos en el bien absoluto, mi amigo el dolor no se asomaría ni para ayudar a pintar un dedo. Aprendan a elogiar la dificultad, pues produce los más grandes frutos. Abracen la desgracia, la insatisfacción de la obra, pues es esta la que les dice -cuando la creen terminada- que nunca alcanzará el equilibrio.

Seamos leones, niños, creemos a partir del azar. Devoremos toda la historia, cualquier corriente artística hay que desmigajarla, creemos una obra tan desconocida que el espectador deba sí o sí perder su espíritu de hombre moderno, que se vea obligado a tomar actitud de vaca, rumiar hasta encontrar el sentido. Destruyamos y construyamos, quién sabe si para la eternidad o para la muerte. Qué la obra sea tan poético-terrorista que ni Hakim Bey se lo crea.

Acabemos con toda idealización, endiosar el arte solo lleva a un engaño perpetuo. El arte es humano, nos pertenece al igual que el sexo, el cuerpo y el placer. Ya lo dijo Gonzalo Arango: “Como acto de rebelión nos bañaremos en las aguas sin esperanzas de la muerte”. Por lo tanto, seremos conscientes de nuestra mortalidad, estaremos en contra de lo que nos prive del fin. Si la obra no afecta a alguien, que se vaya con nosotros a la tumba, así por lo menos perturbará a dios o al diablo.

Patearemos piedras molestando a cualquier sujeto que crea en la felicidad eterna, lo sacaremos de su sueño fétido y le mostraremos el mundo plagado de perplejidades, de enfrentamiento constante con sigo mismo, que aprenda a cuestionar todo aquello que tome por verdad absoluta. Nuestro fin es mostrar a la gente que ese artista de autoayuda no dice más que mentiras podridas. Si el pintor más básico pinta la montaña tal y como es, sin insultarlo con la palabra, hará un cuadro que atente contra todo su ser.

Para los artistas kitsch seremos un demonio, el más puro estado de maldad. Nuestra obra estará fuera de todo estándar, incluso del arte contemporáneo, porque aquel que piensa que todo arte se hacía mejor antes, solo demuestra su poca capacidad para pensar y no se embarca en búsqueda de una obra nueva con el valor de ser la antagonista de todas las demás. Nosotros no le diremos cómo vivir su vida, sencillamente le estamos mostrando una “verdad” para que cuando su muerte se acerque no entre en conflictos como Iván Ilich. “Es muss sein”, el peso es necesario para el artista, no se debe negar, la pesadez nos dota de la consciencia de la existencia, lo vale porque nuestra obra se vuelve más directa, el símbolo lanzará la levedad por la borda, por tanto el sujeto entrará en una lucha con su abismo, que es él mismo.

Para terminar con este pobre manifiesto les diré que, estoy cargado de contradicciones, mi mundo es la duda y el arte el medio para plantearla. Entre toda esta especie de reflexión desastrosa he descubierto algo: en el pesimismo que me cargo hay un poco de optimismo. No me mato porque disfruto de la provocación, la mayéutica es divertida, no los cuestionaré como ya lo dije antes por medio de la palabra, sino por medio de la obra desconocida. El impulso que me lleva a crear no es el alivio, es la búsqueda del mismo. Guardo la esperanza de alcanzarlo y así acabo, dejando en evidencia que soy igual de absurdo a ustedes.

Figura 2. Ruiz, Daniel. (2021). Autorretrato 3 (Dibujo). Calarcá. Cortesía del artista.

Referencias

Nietzsche, F. (1993). Así habló Zaratustra: un libro para todos y para nadie. Andrés Sánchez Pascual (trd.). Madrid: Alianza Editorial, 1993.

Arango, G. (1965). Manifiesto Nadaísta al Homo Sapiens. Medellín: Ediciones del Nadaísmo.

Lamborn, P. (2014). Terrorismo Poético. En: T.A.Z.: zona temporalmente autónoma. Valentina Maio (trad.). Madrid: Enclave de Libros.

Tolstoi, L. (1983). La muerte de Iván Ilich. Agusto Vidal (trad.). Barcelona: Editorial Brugera.

Cómo citar:

Ruiz, D. (2021). Manifiesto al abismo. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1(4). Disponible en: https://portalerror1913.com/2021/08/03/manifiesto-al-abismo/

Fecha de recibido: 15 de febrero de 2021 | Fecha de publicación: 4 de agosto de 2021

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144

MANIFIESTO A LA NADA

Manifest to nothing

Por: Sebastián Valencia López

Estudiante Artes Plásticas | Universidad de Caldas

sebastian.11811360@ucaldas.edu.co

Figura 1. Valencia, S. (2019). Sin Título [Fotografía]. Manizales. Fotografía cortesía del artista.

 “Es notable la gloria de Nadie: no tuvo antepasados bajo el sol, bajo la lluvia, no tiene raigambre en Oriente ni en Occidente. Ni hijo de Nadie, ni nieto de Nadie, no padre de Nadie, pequeño cónsul del del olvido. ¿Ven un vacío en la foto familiar, un hueco, un espacio entre la respetable parentela? Es Nadie, sin rastro y sin linaje. Es notable la gloria de Nadie antes de la primera mañana de la historia, precursor de hombres que son hierba, de padres de otros de padres que son velas sin pabilo. Festejemos a Nadie que nos permite presumir que somos Alguien.”

Juan Manuel Roca, Biografía de Nadie.

El arte es para nadie, para nadie que no vea y cree que ve, para nadie que entienda del arte, para nadie que hace arte, para nadie que sabe para qué hace arte, para nadie que es la nada de nadie. El arte no expresa nada, ni a nadie, no refleja nada, ni a nadie, no representa nada, ni a nadie; el arte no tiene forma, ni nadie que lo dote de ella; el arte de nadie es técnicamente nada; el lenguaje del arte no es de nadie y nada lo traduce; el arte no reconoce a nadie, ni a mí mismo, ni siquiera a la nada; el arte no es real, lo real no es nada, ni de nadie; el arte no siente nada, ni por nadie, ni por la nada, el arte vanagloriado por las instituciones, no es nada, ni de ellos, ni de nadie, simples engaños de la desesperación consiente de la esplendorosa inutilidad del breve plazo de una vida.

El arte no es para nada eterno, histórico o estético, no es cambiante, no es religioso, místico, ni científico, ni teórico, no es la vida, ni es la muerte. El lienzo es tuyo, la pintura es tuya, la obra es tuya, pero el arte no es de nadie, no busca despertarnos de esta realidad sin sentido de un ciclo perverso de vanos intentos por la búsqueda de una respuesta adecuada a la incertidumbre de nuestra presencia.

El arte no se vende, no se compra, no se subasta, no posee valor, porque el valor de nada, solo lo adquiere nadie, no es cuerdo, no es loco, no es sólido, ni superfluo, no tiene partículas, ni partituras, no tiene trazos, ni color, no niega nada, ni a nadie, no me niega a mí, ni a este manifiesto. No es lógico porque vivimos en una realidad de contradicciones representadas por máscaras y mitos llamados ciencia, política, ética, moral, justicia, familia, amistad, amor, sociedad, república y democracia, mentiras bajo el velo de la nada, bajo el velo del arte.

No quiero que estas palabras se confundan con el nadaísmo, pues no busco nada parecido a nada, no hay ninguna crítica, ni ningún fin, no hay nadie, ni nada a lo que esté dispuesto a atacar, ni siquiera hay nada parecido al homo, ni al sapiens, simplemente no hay nadie.

El arte es la pregunta del por qué, del por qué es algo, del por qué se hace, del cómo, del dónde, del cuándo ¿Por qué tiene que existir una respuesta? Expresiones sin sentido sobre una enorme burbuja de espacio inexistente de nada.

El arte es poesía que no dice nada, que no dice la verdad.

Si algo puede ser, es porque no es.

La nada es aquello que no sabemos que no existe.

Y muchos preguntarán por el sentido, por una respuesta, pero este es mi arte, uno donde no hay respuesta, ¿Acaso la existencia tiene sentido? La vida no es nada, si tú le das algún sentido, solo funciona para tu propia historia, para tu propio beneficio; si no resistes la desesperación del no entendimiento, de lo ambiguo, entonces cambia el término “nada” por aquello que mejor se adecúe.

Ya que, finalmente, la nada la llenamos con aquellos vacíos que más nos pesan…

como el arte.

Cómo citar:
Valencia, S. (2019). Manifiesto a la Nada. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1 (1).  Disponible en: https://portalerror1913.com/2019/11/04/manifiesto-a-la-nada/

Fecha de recibido: 20 de Octubre de 2019 | Fecha de publicación: 04 de Noviembre de 2019

DOS LOBOS FRENTE A UNA COLINA. Una conversación sobre la poéticafisiológica de los animales

Two wolves in front of a hill. A conversation about the physiological poetics of animals.

Por: Leandro Ocampo Morales

Estudiante Artes Visuales | Universidad del Quindío

leandrocampo4@gmail.com

Loba Blanca: A veces pienso en la funcionalidad de nuestro cuerpo. Por ejemplo, me pregunto por las garras, no me gustan las garras largas. Ahora que somos una manada sedentaria y cultivamos nuestro propio alimento, no sé, considero que son muy improductivas, casi un estorbo —de no ser por su adecuación tan placentera para rascarnos—, porque es obvio que ya perdimos su función biológica que otrora permitía la caza; preferiría, por ejemplo, que las almohadillas de nuestras patas fuesen más dóciles e independientes y que nuestro dedo interior fuese tan prensil como el de los monos, tal vez así tardaríamos menos en construir cercados y podríamos dejar de tomar todo con el hocico. ¿Usted se ha preguntado por esos asuntos de nuestro cuerpo?

Figura 1. Ocampo, L. (2019). Dos lobos frente a una colina [Ilustración]. Armenia. Cortesía del artista

Lobo negro: Hace un tiempo, cuando presencié cómo le leían las cartas, supe de su afinidad con lo funcional. También sé lo importante que es para una loba como usted lo verificable, las razones y las respuestas sustentadas. Este mundo no tiene mucho espacio para lo improbable y entiendo que se le haga difícil tan solo considerarlo, por eso le pido hacer una excepción por esta vez e intentar divisar juntos un panorama distinto.

Particularmente, no puedo dejar de pensar que el motivo esencial de las cosas es profundamente estético. Si le preguntáramos a un Alfa sobre las razones por las que aullamos al cielo en la noche, podría responderlo enumerando características: como las necesidades comunicativas en la manada, la ubicación individual y el conocimiento de nuestras distancias; además de saber descifrar los tipos de aullidos desde sus frecuencias reconocibles y advertir a otros lobos de nuestra presencia. Eso es innegable, son razones que he experimentado desde cachorro. Pero también creo que, a veces, cuando un lobo alza la cabeza al cielo y le aúlla a la luna, lo hace por placer; como un poeta que decide unas palabras muy precisas a la lluvia, o nuestros antepasados que cantaban juntos como una forma vivificante para el espíritu, antes de encaminarse por la montaña en busca de alimento. Podría ser que, en algún momento determinado, uno de esos antecesores cánidos, se vio superado por las luces de una noche despejada y decidió aullar a la luna como un acto estético, como una especie de ritual hacia ella.

Después, el aullido se ramificó por una corriente específica que configuró nuestra especie. Ese sonido se aferró tan profundo en nuestra sociedad, que se configuró como centro de comunicación y modeló los demás asuntos que nos detallaría el alfa. Por eso, creo que las transformaciones y la evolución de nuestro cuerpo, no solo corresponden a las necesidades del ambiente hostil que nos obliga a adaptarnos, puede ser que también se moldeen por unos asuntos muy particulares, de cada especie, de cada comunidad y de cada lobo, procedentes de sus relaciones estéticas y del espíritu.

Figura 2. Ocampo, L. (2019). Dos lobos frente a una colina [Ilustración]. Armenia. Cortesía del artista

Loba Blanca: Se me hace un poco preocupante haber dado la impresión de ser tan objetiva, me parece muy raro, porque no me considero una loba así. De hecho, me encanta la idea que me propone, precisamente porque es un mundo que se aleja saludablemente de lo práctico. Me encuentro en el campo de la biología, porque me permite escudriñar las cosas y los cuerpos; en este mundo científico, encuentro un hilo, entre muchos posibles, que se va entrelazando con otros y da forma a un gran tejido sobre nuestro comportamiento y el de los demás animales. Me gusta sentir que se añaden nuevos hilos a esa trama amorfa en movimiento. Qué le parece si en vez de pensar en la separación de mi idea sobre lo práctico y la suya sobre lo estético, lo concebimos en un sentido más holístico, en el que esa separación solo podría considerarse en la teoría, pues en el mundo sensible, parece un asunto que se anuda y se corresponde.

Siempre me parecieron encantadores los aros de burbujas que salen de las ballenas y emergen flotando hasta la superficie del mar; cuando estaba cachorra creía que las ballenas lo hacían para saludarme y yo les respondía metiendo la cabeza en el agua y burbujeando también. Hace poco supe que las ballenas crean con las burbujas una especie de red colectiva enorme, en ella encierran las bancadas de peces y las obligan a subir hasta la superficie para, así, cazarlos con mayor efectividad. Pero recordé también, que la experiencia que tenía de cachorra, sucedía con una sola ballena; por eso, me gusta creer que sus burbujas no solo corresponden a la caza, tal vez esa ballena comprendía mi emoción y, al verme, decidía hacerme feliz soplando un gran aro de aire hacia mí. Puede ser que un ballenato, en sus pequeños escapes de aire cotidianos, descubra las burbujas; después (entre juegos y sensaciones), encuentre reflejado en sus mayores, una forma efectiva de cazar y burbujear a la vez.

Figura 3. Ocampo, L. (2019). Dos lobos frente a una colina [Ilustración]. Armenia. Cortesía del artista

Lobo negro: Anoche leí en un libro viejo de Fernando Gonzáles la palabra “poéticofisiológico”, tal vez en ese concepto podríamos encontrar un lugar de congregación entre los mecanismos que funcionan dentro de un sistema vivo y sus relaciones rituales o estéticas con el mundo. Como ya usted lo había mencionado, no se trata de jerarquizar posiciones, sino de conocer la forma en que esas experiencias poéticofisiológicas metamorfosean los cuerpos y las formas de coexistir.

Es probable que nuestras garras y almohadillas se modifiquen y coincidan de a poco con nuestro actual estilo de vida, pues este parece reclamarlo. Cuando pase, esos lobos (si es que aún se identifican así) descubrirán contiguamente sus propias alegrías fisiológicas; yo esperaría que no promovieran una inmovilidad tan ceñida como la nuestra, a veces me aburre quedarme tanto en casa, ¿a usted no le pasa que amanece con un deseo incontenible de salir y alejarse de todo lo suficiente como para sentirse forastera? Hoy podría ser uno de esos días de extrañamiento, ¿qué le parece si subimos esa colina que se levanta entre los árboles?

Figura 4. Ocampo, L. (2019). Dos lobos frente a una colina [Ilustración]. Armenia. Cortesía del artista

Agradecimientos:

Gracias a Gina Jiménez y a Nathalia Montenegro por conversar conmigo

Cómo citar:

Ocampo, L. (2019). Dos lobos frente a una colina. Una conversación sobre la poética-fisiológica. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo. 1 (1). Recuperado de: https://portalerror1913.com/2019/08/29/dos-lobos-frente-a-una-colina/ 

Fecha de recibido: 5 de Agosto de 2019 | Fecha de publicación: 29 de Agosto de 2019