Letter of heartbreak
Por: Mateo Valencia Florez
Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas
mateo.11513589@ucaldas.edu.co

Querida Bellas Artes,
Principalmente remito estas palabras en forma de profunda tristeza, pues en mi yace una pena debido a la desilusión que vive mi espíritu a causa de tu deterioro; es triste recordar varias cosas, recurrir a esos recuerdos solo me genera nostalgia o tal vez indignación, rencor, desagrado, un sentimiento pedante, repudio y malestar.
Es difícil no pensarlo, recordar cómo te deseaba, esas ansias locas de estar en ti viviéndote, sintiéndote, ese placer que recorría en mí de solo imaginar que serias real, que te podía tocar con mis manos y con mi pensamiento…
Me indigna ver lo nefasta, triste y apagada que te han vuelto, lo burda y fácil que te han convertido, ya no hueles a sensación ni a libertad, eres un fósil que con el pasar del tiempo te vuelves dura y obsoleta, estas desgatada… ¡Si! Estás desgastada, han abusado de ti, han jurado en vano miles de veces tu nombre, han pecado en tu templo y han hecho de ti una prostituta.
Ya no me seduce habitarte, ni pensarte, pero es doloroso sentir todo eso hacia ti, debido a que muy dentro de mi hay algo que te aclama y es consciente de tu desdicha. Culpo a cada quien que no sea consciente de lo que eres y hay en ti, culpo a cada individuo que te habita y te piensa como una obligación más y no como el goce y disfrute de vivir. Son culpables todos aquellos que te utilizan mal intencionadamente y quienes a ti no ofrecen un respeto con sus actos y sus palabras blasfemas; quienes solo abusan de ti para salvar su pellejo, no es de obviar que en tus entrañas durante mucho tiempo habitan personas que te dañan, te quitan vitalidad y tiempo ¡Qué vacía te sientes! Ahora solo eres cemento y polvo, orines en los baños y un puñado de acéfalos corriendo sin sentido en búsqueda de la “verdad”.
Es triste saber cómo me siento, me duele mi cerebro de pensarte y mi corazón de no sentirte, tener esa decepción de lo que yo imaginaba y pretendía de ti antes de tenerte, el poco tiempo que mantuve la fe puesta en tus argumentos. La blancura de tus pasillos es el reflejo de la poca visión que hay en ti por parte de quienes se suponen dirigir tu cabina, a causa de ello te has vuelto fría, estática, obsoleta, absurda, innecesaria, lo que cuelga de tus paredes no tiene un aliento a rebeldía y libertad; más bien tienen un adoctrinamiento de lo que pretenden con su idea reforzada de contemporaneidad o sus rencauches de conceptos e ideas desgastadas por el pensamiento eurocéntrico. Te convertiste en un ser sin espíritu, sin causa, sin nada, eres solo el juego inútil de muchos niños jugando a ser grandes artistas o el infame acto de los mayores puliendo su pedestal y llenándose la boca de materia fecal con la que profesan en tus aulas, son ellos culpables de tus desgracias, de tu nefasta existencia.
En ti ya no hay deseos, deseos de crear, de fomentar y de generar espacios que estén a tu altura, a lo que a ti se te debe. Todos los que habitan en ti no se dan cuenta del potencial que tienes, de la magia que hay solo en tu nombre, de todo lo que conlleva y las infinitas posibilidades que nos das para visionarnos, para soñar. Me enfurece ver a todos estos individuos llenando su ego y sus libretas de mediocridad (y no por si lo saben hacer o no, al fin y al cabo, lo técnico es algo que puede lograr cualquiera) sino por lo escueta que es su visión de lo que pueden lograr y transmitir, por su triste juego de pretenciosidades y la falta de amor por lo que viven y sienten.
Yo soy un loco enamorado por producir, por hacer, fallar y volverlo a intentar, explorar las infinitas formas de cómo hacerlo, descubrirlas y experimentar de ellas; por eso me derrumba la forma en que permiten estos atroces atropellos, saber que eres inservible para esta sociedad escondida entre montañas, que no brindas nada hacia ella. No encuentro más términos peyorativos para acusar estos actos y para describir tu nauseabunda existencia, todo esto me destruye por que esperaba más de ti, tal vez yo no te he dado lo suficiente, pero en ocasiones pienso que no lo mereces, que serían inútiles, pues ya no me generas ningún tipo de esperanza, ni de necesidad…
Creo que deben haber más como yo que sienten esto por ti y por lo que nos brindan en ti, pero callan, agachan su cabeza y aceptan todo tal cual se los sirvan, se tapan los ojos y la boca cuando se meten con sus bolsillos y chequeras, o, a los pobres inconscientes de la vida real quienes entran sin saber nada de ti y con una expectativa, los derrumban con argumentos vacíos y ejemplos desgastados fuera de su alcance. A esos sujetos sin escrúpulos los invito a repensarse, observarse y rescatarse de ese letargo que invade su profesión, su producción y la proyección que están dando al campo. A los que están atravesando su trayectoria y que respeten su profesión, lo que hacen y estudian, los invito a que lo sientan, que lo vivan, que lo sufran, que sea su obsesión, que dejen de lado el ego y lo pretenciosos que pueden llegar a ser y que, ante todo, sean humanos y no intentos de seres superiores. También a aquellos que inician esta etapa de la vida que traten de no perder su rumbo, que se nutran para defender su posición, que se visionen y se proyecten, sé que es difícil alcanzar una constancia y disciplina, pero eso es solo el primer paso para iniciar este largo camino.
No queda más para decirte, sino que aun guardo alguna esperanza en ti, que espero como aquel viejo en su sillón esperando el momento, ya sea de dar esperanza a su vida o de quitarle la ilusión y el color a la misma. Espero con ansias de saber que te sucederá después, espero que tú, uno de mis amores, no dejes de existir, espero que perdures en el tiempo y que te asegures que los tiempos venideros sean mejores para ti, que te respeten y valoren, qué sería de la vida sin arte, sin música, sin la imagen, sin el poder maravilloso de traer los sueños a la materia, los pensamientos a percepciones corporales y darle vida a la vida.
Con estas cortas líneas me despido, con un sentimiento de amargura y desconcierto, con un horizonte incierto y con la leve esperanza de verte crecer y ser mejor, pero ya sin mí, porque no puedo esperarte, no puedo bajar mi guardia, debo seguir luchando y avanzando. Este camino es complejo y largo, solo cruzarlo te dará la razón del porqué de las cosas y las verdades de la vida, lo real que es vivir y lo complejo que es perdurar…
Atentamente: Un estudiante despechado que ya no te ve sentido alguno….
Cráneo.
Cómo citar:
Valencia, M. (2019). Carta de desamor. Portal Error 19-13. Revista de Arte contemporáneo. 1 (1). Recuperado de: https://portalerror1913.com/2019/07/17/carta-de-desamor/
Fecha de recibido: 10 de Junio de 2019 | Fecha de publicación: 17 de Julio de 2019
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