¿QUÉ SIGNIFICA SER CONTEMPORÁNEO?

What does it mean to be contemporary?

Alexander Ortiz Bedoya

Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | alexander.ortiz12385@ucaldas.edu.co

Gustavo Adolfo Arias Arango

Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | gustavo.arias26905@ucaldas.edu.co

Susana Uribe Madrid

Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | susana.uribe26904@ucaldas.edu.co

Ana Henao Tamayo 

Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | ana.henao26902@ucaldas.edu.co

Marisabel Rincon

Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | marisabel.rincon28043@ucaldas.edu.co

Jolie Paola Vargas Camacho

Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | jolie.36617223740@ucaldas.edu.co


Paola Vargas. Definir qué es ser contemporáneo puede ser un tanto confuso, puesto que la palabra en sí misma hace alusión a lo que existe en la época actual o aquello que existe en un mismo tiempo que otra cosa o persona, en cuyo caso todos aquellos que estamos viviendo en este momento somos contemporáneos y a su vez cualquier persona en su momento fue contemporáneo de algo. Sin embargo, si nos referimos a lo contemporáneo en el arte, se podría decir que se hace alusión más que a la actualidad, a una línea de pensamiento. A lo largo de la historia se puede decir que han habido diferentes líneas de pensamiento que caracterizan una época o periodo de tiempo. Estas líneas han recibido un nombre que las identifica, que busca definir las ideas generales que las caracterizan; no obstante, es difícil de asegurar a ciencia cierta, pero creo que difícilmente una persona perteneciente a la época del neoclasicismo, por dar un ejemplo, se refiriera a sí mismo como un neocla- sicista, creo que estas denominaciones se fueron haciendo más evidentes en tiempos posteriores, cuando al mirar hacia atrás se podían identificar ideas, lineamientos o conceptos similares.

De acuerdo a lo anterior, me atrevería a decir, que es probable que en el futuro el arte producido en la época que ahora denominamos contemporánea, podría recibir otro nombre, teniendo en cuenta la dicotomía que se genera a partir de la definición de la palabra y además es posible que exista otro concepto que la defina mejor, puesto que a lo largo de la historia podemos ver cómo llega un punto donde la sociedad siente deseo de cortar con la continuidad de unos métodos de creación que ya no satisfacen las inquietudes de aquellos quienes los producen y de una sociedad en general, así que en el momento que la línea de pensamiento cambie es probable que nazca otra que igualmente podría ser llamada contemporánea.

Ya habiendo planteado lo contemporáneo como una línea de pensamiento, que, en teoría, debiera responder a las características culturales de la sociedad actual, se podría decir que esta época ha tenido, para mí, dos determinantes fundamentales, en primer lugar, la violencia, guerras, disputas por territorios, discriminación, migración, entre otros. En segundo lugar, los múltiples avances tecnológicos, que además en los últimos años se han acelerado de forma evidente. Estos dos componentes, creo que han generado también una tercera característica determinante de esta época que tiene que ver con las diferentes revoluciones, que también han contribuido a la transformación de la sociedad y por ende el arte.

Gustavo Arias. Un refrán popular dice: “la herramienta hace al maestro”. Personalmente creo que, si bien no lo hace, sí condiciona su desarrollo. En cierta medida, la herramienta restringe la creatividad. La obra se adapta a las herramientas del artista. Dicho esto, considero que la evolución de la tecnología influye directamente en la concepción del arte contemporáneo. Los alcances de las herramientas que hoy facilita la tecnología permiten que los artistas piensen en obras que hace unos años eran inimaginables.

Ana Henao. Entiendo lo contemporáneo como una respuesta, una reacción a lo que viene o está sucediendo. Tiene una relación con la ciencia y la tecnología, pero también tiene relación con la libertad. Poder expresar libremente lo que somos, lo que sentimos, lo que pensamos: eso es libertad, en el arte y en todas las expresiones. Es la cualidad más valiosa que en mi concepto tiene el mundo contemporáneo, una realidad multicultural, de transforma- ciones. Somos contemporáneos porque damos respuesta de nuestra época, por ende, es algo inherente. Incluso, lo que estamos haciendo en este momento de hacernos preguntas sobre una realidad y dar las opiniones, esa capacidad de cuestionarnos ya nos hace contemporáneos. Para entender esta pregunta pienso en otra pregunta ¿En qué medida nos podría entender una persona de 500 años atrás? Todo es diferente, la manera en que veía el mundo, sus dioses, su religión, etc. La respuesta a esto es que uno es producto de su época.

Marisabel Rincón. ¿Qué es lo contemporáneo? Es una expresión cultural y simbólica que nos sitúa en un aquí y ahora, un punto de realización en el que convergen las nuevas tecnologías y el conocimiento que nos permite entender las realidades, transformarlas, trascenderlas, interpre- tarlas e incluso crearlas. En medio de las dinámicas sociales de la era de la globalización, la hiperrevolución tecnológica y los nuevos paradigmas de las culturas, somos contemporáneos en la medida que situamos reflexiones del pasado en el presente, comprendiendo las construcciones sociales y sus posibilidades de transformación. Se trata de un proceso reflexivo y crítico que posibilita nuevas apropiaciones culturales, estéticas y artísticas.

Susana Uribe. De lo que implica ser contemporáneo, plantearía dos preguntas que no contestaré: ¿Qué importa? ¿Quién decide qué importa? Existencia simultánea, presencia, urgencia en tener conciencia o presencia, vigencia como la necesidad de pertenecer al propio tiempo. Según Agamben: “El sujeto contemporáneo es arrojado a una orfandad”. Esto sería otra visión de lo contemporáneo donde el sujeto no siente pertenencia o identificación con el propio tiempo, no está alineado al valor de la nación, del conjunto y del pertenecer a un grupo. Para mi, ser contemporáneo también va ligado a la fragmentación, una meteorización de los valores que teníamos en la modernidad, donde hay un extravío a través del asedio de la telepresencia, frente a la oferta comercial, de lugares, marcas, redes sociales, la hiperesti- mulación de los sentidos y este afán por pertenecer, terminamos sintiéndonos extraviados. Por otro lado, se plantea una destrucción en términos de segregación del individuo, para quien no logra esta correspondencia, está pertenencia al conjunto. Ser moderno implicaba cambiar constantemente, el movimiento y la novedad; ahora en este tiempo es una vorágine y una hiperes- timulación que considero conlleva a un anestesiamiento, realmente no hay un despertar de conciencia.

Natalia López. ¿Qué es arte contemporáneo? Lo que no es arte moderno, la contraparte, el arte del presente, actual, mezclado con el vértigo del cambio, pero que busca percibirlo. Arte veloz, simultáneo, confuso, anacrónico. Arte que permite sospechar del arte, en palabras de Agamben: “Pertenece verdaderamente a su tiempo, es verdaderamente contemporáneo aquel que no coincide perfectamente con él, ni se adecua a sus pretensiones y es por ello, en este sentido, inactual. Pero, justamente por esta razón, a través de este desvío y este anacronismo, él es capaz, más que el resto, de percibir y aferrar su tiempo y tomar distancia”.

Jorge Hernández. Ser contemporáneo es situarse en el momento actual, actuando como una suerte de pivote entre el pasado y el futuro. El hombre contemporáneo tiene el reto de actuar como un punto de inflexión entre lo que fue y lo que puede ser, de esta manera se ocupa de las oscuridades de la actualidad con miras a mejorar el tiempo venidero.

Mariana Ariza. Lo contemporáneo son aquellos aconteci- mientos que interactúan en un tiempo determinado, con nosotros, nuestros sentimientos, pensamientos, memoria y sensibilidad. Somos contemporáneos de lo que ocurre a nuestro alrededor desde que nacemos hasta que morimos y esto puede aplicar tanto a un individuo como a una generación completa. Pero si lo miramos desde una perspectiva artística, esto puede cambiar un poco. De repente, el artista con su manía de irreverencia, puede tomar la decisión de elegir algo (fotografía, texto u objeto) y traerlo al mundo contemporáneo. Claramente eso violaría cualquier ley, principalmente de la ciencia histórica, pero el arte va más allá, así que estás restricciones no son aplicables. En ese orden de ideas, el artista toma aquello que ha sido consignado en un libro o en un archivo, que tiene peso porque pertenece a algo o a alguien, por su valor material, y se empeña en rescatar la esencia y síntoma de aquello que observan. De esa manera, a medida que van rescatando, van creando un nuevo archivo cuya importancia se redirecciona a aquello que transmite y comparte con sus espectadores. Entonces, el arte contemporáneo es aquello que retoma, transforma, revive y transgrede. Este tipo de arte se renueva en miras de la coyuntura y la dificultad, aunque el artista contemporáneo también tiene la capacidad de crear su propia coyuntura o momento/objeto trascendente y significativo que llame su atención para después intervenirlos e interpelarlos.

Alexander Ortiz. Ser contemporáneo es preguntarnos por las dinámicas del mundo de hoy y, paralelo a ello, desde la experiencia que a cada uno le ha correspondido, ubicarse en temporalidad, pensamiento y cuerpo. Es mirar adelante pero sin dejar de mirar el atrás, pasado y presente; una puerta que permite pasar de un lado al otro y que indiscutiblemente solicitará una respuesta frente a donde nos ubicamos, tanto espacialmente como en el entramado de relaciones en lo social y lo cultural que constituyen la colectividad en la cual nos hacemos como individuos. Ser contemporáneo nos exige una postura frente a los cambios y tránsitos en los últimos tiempos, en el que el individualismo conlleva a reflexionar sobres las propias creencias, quizás una filosofía o religión, que la que nos aferramos, nos re-ligamos, con una miradas múltiples sobre el mismo asunto.

Esta contemporaneidad reclama a lo diverso, lo plural, lo incluyente, las minorías, la diferencia, lo singular que se enfrenta a la deshumanización. En una rotunda congregación de solitarios, la familia ya no es la consanguínea, cada uno la elige, la identidad se compra en el supermercado; el amor, el sentimiento y el placer se ofrecen en el menú. El agite de la guerra, la coyuntura económica, la transitoriedad, la contaminación del planeta, la pandemia, el aislamiento social y la incertidumbre constante en la que nos encontramos, detonan otras angustias, que reclaman respuestas inmediatas y urgentes: la natura, el planeta, la salud, la soberanía alimentaria. Ser contemporáneo es la posibilidad de desvirtuarse y al mismo tiempo potencializarse, en un acto escénico y performático donde estos dos formatos o esquemas, son también contenido y sentido, todo un documento de la reflexión del pensamiento o la plástica que habla del hombre, su sentir y producir hoy.

Paola Vargas. En mi campo, que es la arquitectura, donde entre otras cosas, en el afán de reconstruir las ciudades y dar albergue la mayor cantidad de personas posibles, se generó un fenómeno en el cual las ciudades se fueron densificando incluso al nivel de casi ser un caos, lo cual ha generado que en contraposición a esto, en la actualidad las personas de cierto modo hayan retornado a entornos naturales, en búsqueda de una vida más tranquila que incluso se hable de arquitectura sostenible en la cual se busca un mejor aprovechamiento de los recursos y desacelerar el deterioro ambiental. Pero esto no hace para mi alusión a una nueva forma de pensamiento, sino que es de cierto modo una vuelta al origen, pero desde otras posturas.

Marisabel Rincón. Mi proyecto es contemporáneo porque busca entablar un diálogo entre el pasado y el presente, brindando la posibilidad de emanar un producto que perdure como memoria en el tiempo, como un ejercicio de reflexión que aporte a la construcción de identidades dentro de las comunidades de las que hacemos parte.

Susana Uribe. Siempre me preguntaba de qué manera mi proyecto es contemporáneo, y llegaba a pensar que mi proyecto más que contemporáneo era anacrónico; sin embargo, logré identificar este anacronismo directamente relacionado con lo actual y lo que implica ser contemporáneo. Desde las preguntas planteadas en el proyecto con los retratos y relatos de la realidad o desde las inquietudes que surgen de los viajes y recorridos contemplando el paisaje y siendo parte de la experiencia de llegar a otras culturas, vamos siendo contemporáneas al participar del presente y de los cambios sociales o culturales que surgen allí. Implica para este proyecto ser contemporáneo al plantearse nuevos interrogantes, o tener preguntas a lo que surge y sucede desde estas realidades. También desde lo subversivo que plantea el proyecto a esta gran máquina que es el sistema y sus afanes de funcionamiento, desde el sentido de la pausa y la contemplación para tener una verdadera experiencia de compenetración con el entorno; lo percibo desde esta transgresión con el tiempo como contemporáneo.

Ana Henao. Mi proyecto es acorde a lo contemporáneo porque representa uno de los valores que mencionaba anteriormente: La libertad. En mi proceso personal de narrar el paisaje partiendo de diferentes derivas. Se representa la realidad, de una manera que no es lineal, que no sea totalmente representativa, hay una distorsión de ella ya que va ligada a la experiencia, a los sentidos, a la manera de ver el y entender el mundo en un sentido personal, subjetivo.

Jorge Hernández. Creer en el amor, a eso le he apostado en mi trabajo. El amor sería el único motivo capaz de hacer al hombre, rodeado de realidades tan desgastantes, pensar en un mundo diferente, más amable, más empático. Ser contemporáneo ha de ser creer desinteresadamente, creer en que podemos cambiar el mundo, por lo menos el mundo circundante; es creer en que los sentimientos son parte primordial de la vida y que hay que tenerlos en cuenta, desde el subconsciente y el inconsciente. Mi pintura es una apuesta por descubrirme dentro de ella, por amarla en su esencia, que es mi esencia. Es una apuesta por entenderme y comprender mi papel de artista que ha de ser el de pedagogo para el mundo.

Natalia López. ¿Qué es ser contemporáneo en Colombia? Vivir en un paraíso tercermundista, asumiendo la contemporaneidad. Vivir la guerra preventiva, la represión de la homosexualidad, la obligatoriedad de la religión en la escuela o la sustitución de los derechos sociales por la caridad, aquí hacen más ricos a los ricos, aumentan las legiones de pobres y la indiferencia a la catástrofe ecológica. Enfrentar nuevas manifestaciones artísticas que no encajan con lo que conocíamos. Modificando nuestras categorías, nuestras suposiciones y nuestros argumentos, es decir, buscando superar en lo posible la distancia entre la teoría y la experiencia.

Jorge Hernández. Ser contemporáneo en Colombia es apostar por la educación, pensar en un país diferente, con más oportunidades para quien a costa de mucha lucha logra terminar sus estudios y para quien decide no hacerlo. Ser contemporáneo en Colombia es creer en que es posible otra realidad, una en la que se pueda acceder a la educación, el alimento y la vivienda de manera natural; una realidad en la que no mueran personas a manos de fuerzas estatales. Una realidad en la que los recursos se distribuyan de manera eficaz, de tal forma que salve a los niños de la muerte por desnutrición, a los adultos mayores de morir en decrepitud; a los hospitales de recoger sus muertos en las salas de espera. Ser contemporáneo en este país de lindas personas y horrendas realidades es soñar, soñar con verraquera y, recogiendo las palabras de mi compañera “es soñar con lo que parece imposible”.

Gustavo Arias. En Colombia, un ejemplo de contemporaneidad es una finca con una garrucha. Herramienta que facilita el transporte de kilos y kilos de café montaña arriba, en poco tiempo y sin la necesidad de muchos campesinos. También son un ejemplo las gaitas desarmables, con empate de corcho y aluminio. En cierta medida, la productividad que ofrece la tecnología contemporánea pone en riesgo la permanencia de los oficios ¿Dónde queda el zapatero del barrio?, ¿el fotógrafo del pueblo? Lo contemporáneo también va ligado a la necesidad de cambio. A cuestionar paradigmas y estructuras, es una especie de insurrección. Finalmente, lo contemporáneo también tiene fecha de caducidad. Es como un producto que será reemplazado por una nueva y renovada versión. Todo lo viejo, en algún punto del tiempo y el espacio, fue contemporáneo.

Susana Uribe. Ser contemporáneo en Colombia es cerrar los ojos (como dice el refrán: “ojos que no ven corazón que no siente”) y continuar con el dolor que se lleva a cuestas. En Colombia, son pocos los que tienen acceso a la educación y, por tanto, pocos se pueden adaptar a la exigencia del propio tiempo, pocos en Colombia logran ser contemporáneos. Siguiendo los planteamientos de Agamben: “Contemporáneo es solo aquel que no deja cegarse por las luces de la época y logra distinguir cuáles son sus sombras”. Sin educación y acceso a la información, son pocos los que pueden guardar distancia para comprender que está realmente sucediendo, conocer la realidad cultural, social y plantearse las razones y el porqué de tanta desigualdad (mucho menos exigir derechos y tener criterios políticos). Ser contemporáneo aquí implica apartarse de la figura de “salvador del mundo” y plantearse pequeñas acciones para impulsar un cambio en la propia realidad y en la de los otros.

Paola Vargas. Mi proyecto de investigación va muy ligado a lo que anteriormente he mencionado de lo que representa para mí la contem- poraneidad. Creo que en Colombia siempre nos ha perseguido la escasez de recursos económicos (pobreza) y más aún, la desigualdad (la brecha entre ricos y pobres). Todo esto con el agravante de las diversas problemáticas sociales derivadas de la guerra, no obstante, no se puede desconocer la riqueza natural y cultural que tiene el país, pero que tal vez no hemos sabido aprovechar, en el buen sentido de la palabra. Contrario a enfrentar nuestras problemáticas sociales o enaltecer los valores de nuestra cultura, considero que nos hemos dedicado a adoptar modelos extranjeros, a seguir tendencias a adoptar todo aquello que nos “ayude” a borrar todo aquello de lo que nos avergonzamos, pero de lo que casi nadie se quiere ocupar. Mi proyecto se enfoca en una arquitectura que se genera desde la cotidianidad, desde la experiencia, desde la vivencia del espacio, en general desde las diversas formas de habitar, que es lo que da lugar a diferentes estéticas, incluidas las estéticas populares, algo que seguramente hace parte de aquello que hemos intentando negar, pero que queramos o no, hace parte de lo que nos identifica como colombianos.

Marisabel Rincón. En torno a la pregunta ¿Qué significa ser contemporáneo en Colombia? Escribí el siguiente poema:

En un país quebrado por la violencia, La suma de todas las guerras, Las pasadas y las presentes,

Somos contemporáneos de un acuerdo fallido, De un estallido social,

De un Estado paraco,

De un pueblo cegado y con miedos.

Somos contemporáneos de Una cultura narco, paraca, militar.

De la extracción minera,

De un país sometido por el ubérrimo.

Y aún más, somos contemporáneos Del guarapo y la mantecada,

Del bambuco y la guabina que se danzan en los festivales de alegría.

Somos contemporáneos de un país en resistencia, Soy contemporánea del tamal y la hamburguesa Soy contemporánea del transmilenio malnacido.

También de la mula de carga que se resiste.

A desaparecer y vivir como evidencia de un pasado aún presente.

Ser contemporáneo en Colombia es vivir entre la incertidumbre y la alegría Entre el terror y la esperanza.

Y ahora ¿Qué debería ser contemporáneo en Colombia?

Darnos la pela para que las cosas mejoren. Y destronar a ese paraco hijo de su madre.

O que nos lleve el putas con media de aguardiente.

Pero soy feliz en una nación que se levanta a pesar de sus verdugos.

Cómo citar:

Arias, G. et. al. (2021). ¿Qué significa ser contemporáneo? Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1(5). Disponible en: https://portal-error-1913.com/2023/02/14/que-significa-ser-contemporaneo/ 

Fecha de recibido: 21 de septiembre de 2021 | Fecha de publicación: 23 de octubre de 2021

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144

ARQUEOLOGIZAR EL PRESENTE. Entrevista a Alejandro Valencia

Archaeologizing the present. Interview with Alejandro Valencia

Por: Daniel Fernando Ruiz Garzón

Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas | daniel.12011257@ucaldas.edu.co

Figura 1.  Valencia, Alejandro. (2021). Mis manos son la tierra [Impresión fotográfica sobre papel de algodón]. Manizales: Sala de arqueología, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

En esta entrevista se habla sobre la exposición En razón de las tumbas (2021) que se expuso en el Centro de Museos de la Universidad de Caldas, del 16 de septiembre al 16 de diciembre del 2021. El artista Alejandro Valencia interviene las salas de arqueología, historia natural, geología y la sala temporal, su propuesta propone un diálogo entre el pasado y el presente, a partir de las colecciones pertenecientes al Centro de Museos.[1]

Daniel Ruiz: Me gustaría iniciar esta entrevista con una pregunta de origen: ¿Cómo nace el proyecto En Razón de las Tumbas?

Alejandro Valencia: Siempre me afectó bastante la historia violenta de Colombia, quería entender por qué llevamos tanto tiempo en conflicto y qué llevó a que se agudizará de tal manera. En un diplomado en el que participé en la Universidad de Antioquia se habló mucho sobre la relación que tenemos históricamente con la tierra[2]. Si bien hay muchas causas complejas de la violencia, la tierra está en el corazón de estas: el despojo de los territorios, el desplazamiento, la tenencia de la tierra por parte de un sector minoritario, etc. La tierra es ese eje gracias al cual se puede entender por qué llevamos tantos años en conflicto. De esa inquietud por la historia violenta del país, surge el proyecto En razón de las tumbas.

Figura 2. Valencia, Alejandro. (2021). País Verde (Patria) [hojas secas]. Manizales: Sala de geología, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

Daniel Ruiz: Hay dos conceptos en la exposición que a mí parecer son bastante importantes, uno está escrito en una de las piezas que estaba ubicada en una de las vitrinas en el centro de la Sala de arqueología: es Nuda vida. El otro era el nombre de la segunda sala:  Abya yala ¿Podrías hablar un poco sobre estos conceptos?

Alejandro: Nuda vida es un concepto de Giorgio Agamben que significa “la vida desnuda”, esto es la vida cosificada, la vida que deja de ser y se convierte en objeto. Este concepto me parece muy pertinente en el contexto del conflicto, teniendo en cuenta lo que ha sido la cosificación de la vida, la reducción de un cuerpo a un objeto y la posterior transformación a una mera cifra.

El Abya Yala es un pensamiento ancestral proveniente de comunidades indígenas para denominar el territorio centro-sur americano, que suele asociarse al “buen vivir” a la convivencia y la armonía con el otro. De hecho pertenece a un poema quechua titulado Abya Yala Wawgeykuna que traduce al español: “Hermanos americanos”. Es un poema escrito en los 90´s y habla sobre las luchas ancestrales, la tierra y la memoria. Al final del poema dice: “Seguiremos las huellas”, refiriéndose a todo el pensamiento y el legado ancestral que tienen los pueblos originarios. Es el nombre de la instalación en la sala temporal porque es un espacio donde se conmemora a las personas que tienen una relación con la tierra: las comunidades afro, los campesinos y los indígenas. Busca pensar la conexión que tenemos con el territorio.

Figura 3. Valencia, Alejandro. (2021). Nudavida [Cerámica]. Manizales: Sala de arqueología, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

Daniel Ruiz ¿Cómo se relaciona el Centro de Museos con tu obra?

Alejandro Valencia: Desde un principio, pensé la relación que tenemos con la tierra a partir de varios puntos de vista. Tuve presente el contexto histórico, social y espacial, como un elemento fundamental del proyecto, por eso es importante leer las obras en diálogo con las colecciones del Centro de Museos. Desde mi perspectiva, este lugar enmarca varias manifestaciones temporales: el tiempo pasado en la sala de arqueología, el tiempo geológico, que es un tiempo muy extenso o el tiempo congelado que es el de la sala de historia natural, con los especímenes de taxidermia. Las obras del proyecto se formularon dentro de estas relaciones con las colecciones de cada sala, para entablar un diálogo más allá del objeto y se considerara el contexto en la lectura de las obras. Las obras se nutren de la historia del Centro de Museos, en el patio del museo se encuentra una tumba prehispánica, de donde se restauraron dos vasijas que fueron exhibidas al lado de las fotografías Mis manos son la tierra. Hay varios conceptos e historias entre el pasado y el presente que se mezclan en esta exposición, es a partir de estas relaciones que trato de entender la tierra como una parte fundamental de nuestra historia.

Figura 4. Valencia, Alejandro. (2021). País Verde (Parcelas), País Verde (Territorio) [hojas secas]. Manizales: Sala de geología, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

Daniel Ruiz: De hecho iba a tocar el tema del tiempo ¿Cuál es la relación entre el objeto y el tiempo en tu obra?

Alejandro Valencia: Muy buena pregunta, por un lado, creo que el artista tiene una responsabilidad con su momento histórico; por otro, está la difícil tarea de retener memoria cuando los sucesos que ocurren en el país son tantos y ocurren todos a la vez. Por ejemplo, lo que sucedió hace poco en el paro nacional del 2019. Las noticias sobre asesinatos selectivos, violaciones de derechos humanos, desapariciones y torturas eran constantes y era tan difícil poder retener esa memoria. Por eso el intento, tal vez inútil, de abrir la posibilidad de recordar y no olvidar a partir de los objetos en la exposición. Esto, sobre todo, en las obras de la sala de arqueología, que hice específicamente para que estuvieran dentro de las vitrinas, compartiendo el espacio con artefactos prehispánicos. Insertar el objeto dentro de un museo o una colección científica permite dotarlo de importancia histórica, buscaba darle protagonismo a los nombres de líderes asesinados, a las ejecuciones extrajudiciales o al paro nacional del 28 de Abril en el contexto museográfico.

También hay un aspecto de temporalidad que se refleja en la obra de las manos, las tumbas y la instalación. Hay un elemento de cambio y de transformación que no es estático. Cuando ubicamos la tierra en la sala temporal estaba todavía húmeda y varias plántulas germinaron en el transcurso de la exposición. Estas fueron regadas con la ayuda del personal del Centro de Museos para que permanecieran vivas, ese gesto fue simbólico, el intento de conservar esa vida que germinó de la tierra. El cambio de tierra húmeda, a tierra que germina y después seca y agrietada marca la experiencia del paso del tiempo.

Figura 5. Valencia, Alejandro. (2021). Pongo en tus manos abiertas (para Yolanda Izquierdo) [Cerámica, tierra, raíces, planta]. Manizales: Sala Temporal, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

La cuestión del tiempo es importante porque hace referencia a la historia y esta se entiende de distintas maneras. Cuando se estudia historia usualmente se mira hacia el pasado, se estudian los hechos, para después analizar el presente, me interesa ese puente entre el pasado y el futuro. Entonces, las obras hacen referencia a esas temporalidades, a un tiempo pasado y un tiempo presente, para pensar el futuro.

Daniel Ruiz: ¿Crees que conocer la historia ayuda a entender un poco el presente y a construir un mejor futuro?

Alejandro Valencia: Más que entender “la historia” pretendo encontrar otras historias, narrativas diferentes a las oficiales; porque la historia es compleja, sobre todo la nuestra. Un proverbio africano dice: “Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador” y, generalmente, las historias que conocemos son las de aquellos que salen victoriosos de un conflicto o una guerra. Creo que ese es el momento en el que nos encontramos ahora. Después de la firma de los Acuerdos de paz (2016) estamos en un momento muy extraño, porque el relato  sobre el conflicto ha empezado a cambiar. Si bien hemos empezado a escuchar oficialmente los testimonios de las víctimas, también el relato del conflicto se ha tergiversado y moldeado a favor de un sector político y social. Un ejemplo es el del actual director del Centro Nacional de Memoria Histórica que se niega a reconocer ciertos hechos del conflicto. Por eso es importante conocer otras historias, la idea de que uno debe conocer el pasado para no repetirlo nos puede aportar bastante en la actual construcción de memoria histórica.

Como país debemos conocer las diferentes versiones de lo sucedido, a través de ese diálogo entre las partes podemos, tal vez, generar una narrativa diferente que nos pueda dar la posibilidad de voltear la página. Esos relatos son los testimonios de las víctimas y de las personas que estuvieron afectadas en el conflicto. Se trata de la construcción de otras narrativas que nos permitan mirar un poco más hacia adelante; no podemos quedarnos siempre pensando en el pasado. Debemos avanzar y esto se hace a partir de una conversación donde participemos todos.

Figura 6. Valencia, Alejandro. (2021). Por el suelo (camina mi pueblo), [tierra, alambre]. Manizales: Sala Temporal, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

Daniel Ruiz: Pienso que la muerte total es caer en el olvido, por eso mismo, sepultar al muerto es verse obligado a cuidarlo, a mantenerlo vivo por medio de la memoria, el respeto. ¿Consideras que los objetos funcionan de esta manera?

Alejandro Valencia: Sí, me gustaría que las piezas abrieran la posibilidad de detonar los recuerdos. Lo más difícil del trabajo con la memoria es eso, el objeto debe funcionar como un dispositivo de memoria, tal como el museo. El olvido es la última muerte, eso es lo que sucede con muchos casos. Un ejemplo es la desaparición forzada, que es una forma de borrar todo trazo y memoria de la persona, hasta el punto que esa condición del olvido genere la muerte total de la víctima. Siento que nuestro deber está en recordar y no olvidar, para no volver a repetir. 

Imagen 7. Valencia, Alejandro. (2021). P.N.I (persona no identificada) [Cerámica, tierra]. Manizales: Sala Temporal, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

Daniel Ruiz: En la sala de arqueología había una pieza que tenía la palabra “Autoarqueologización” ¿Qué significa este término?

Alejandro: La autoarqueología es un proceso que consiste en museificar la memoria. Hay un texto de Andreas Huyssen que hace referencia al término. Allí se habla de la obsesión de las sociedades contemporáneas con preservar la memoria, de usar la tecnología como una estrategia para almacenar recuerdos en forma de bits, de generar espacios donde constantemente se está reteniendo y archivando información. Es la obsesión que lleva a autoarqueologizar las cosas, a volverlas un objeto del pasado al cual podremos tener acceso en cualquier momento, y en cierta manera a convertir el objeto en algo arcaico. Ese es el proceso al que yo me refiero en la sala, la necesidad de museificar, en este caso, los hechos de la historia reciente.

Imagen 8. Valencia, Alejandro. (2021). Urna (Protesta) [Cerámica, roca volcánica]. Manizales: Sala de arqueología, Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

Daniel Ruiz: Te voy leer algo de Mary Louis Pratt, para que me des tu opinión:

“Los vínculos entre las sociedades arqueologizadas y sus descendientes contemporáneos permanecen absolutamente oscuros, de hecho irrecuperables (…)  La imaginación europea produce sujetos arqueológicos escindiendo a los pueblos contemporáneos no europeos de sus pasados precoloniales, y hasta coloniales. Revivir la historia y la cultura indígenas como arqueología es revivirlas muertas. Al hacerlo, al mismo tiempo que se les rescata del olvido europeo, se les reasigna a una era que ya fue. (…) Lo que los colonizadores matan como arqueología suele vivir entre los colonizados como autoconocimiento y conciencia histórica” (Pratt, 2011, p. 251-252)

Alejandro Valencia: Me parece interesante lo que menciona sobre revivir lo muerto, de alguna manera es lo que hace un arqueólogo. Me interesa, por ejemplo, la forma en cómo se construyen los relatos de las piezas arqueológicas ¿Qué entendemos a partir de un objeto encontrado, un vestigio de una civilización pasada o unos artefactos fúnebres? En la arqueología se estudia el objeto desde diferentes puntos de vista, materiales sociales, contextuales, históricos, y ahí se generan múltiples narrativas sobre el objeto. En un diálogo con la curadora de la sala de arqueología se profundizó sobre los posibles significados de un artefacto prehispánico en cuestión de su historia. Generalmente cuando se estudian estas piezas prehispánicas se les asigna una función ritualística, ya que la gran mayoría han sido encontradas o sacadas de tumbas. Sin embargo, no todas las piezas tienen un fin ritualístico, algunas tuvieron fines domésticos, útiles y de uso cotidiano, lo que quiere decir que aquellas definiciones que les otorgamos no son absolutas. Lo mismo que va a suceder con nosotros, cuando alguien se encuentre con un celular en una arqueología futura, formarán narrativas especulativas de nuestra sociedad a partir de esos objetos.

Revivir aquello que dejó de ser, por medio de un acto simbólico es muy importante porque permite que la ausencia se manifieste a partir de esos objetos. Es lo que me interesó cuando vimos la tumba en el Centro de Museos. Nos mostraron las vasijas que se encontraron dentro del sitio y vimos unas piezas muy pequeñas, elaboradas de una manera rápida, a comparación de los otros objetos de la colección prehispánica, que tenían cierta complejidad. Entonces uno empieza a preguntarse quienés estuvieron o habitaron este sitio, qué hacían, cómo eran, cómo veían el mundo y es ahí donde se puede empezar a construir narrativas sobre el pasado.

Imagen 9. Valencia, Alejandro. (2021). Mapa de la exposición [pieza de divulagación]. Manizales: Centro de Museos Universidad de Caldas. Imagen cortesía del artista.

Notas:

[1] El texto curatorial que acompañó la exposición fue escrito por el artista Alejandro Valencia, se podía leer al ingresar a la sala de exposiciones temporales las siguientes palabras: “En Razón de las Tumbas explora las relaciones entre la tierra y el territorio como aspectos fundamentales de la identidad colectiva de Colombia utilizando el museo como un dispositivo de memoria. El proyecto propone un diálogo con las colecciones y los espacios de Arqueología, Geología e Historia Natural del Centro de Museos de la Universidad de Caldas, como una forma de cuestionar las narrativas que se generan sobre nuestra historia pasada, al igual que la historia reciente del país.  Las obras que conforman este proyecto se plantean desde las relaciones que surgen entre el lugar, su historia y su contexto. Varias de estas se mimetizan dentro de las vitrinas de las colecciones, se ubican en esquinas y antesalas, y ocupan espacios enteros propiciando un recorrido conjunto a las colecciones del museo. Entendiendo la memoria como un concepto vivo y dinámico, el proyecto invita a pensar desde el punto de vista histórico, social, antropológico, material y temporal de la tierra, otros relatos que puedan contribuir a la construcción colectiva de nuestra memoria e identidad nacional” (Valencia, 2021).

[2] El diplomamado se titulaba Memoria Histórica: Narrativas de la Memoria y se realizó del 8 de septiembre al 24 de noviembre del 2020, en la Universidad de Antiqouia.

Referencias

Pratt, M-L. (2011). Ojos Imperiales. Literatura de viajes y transculturación. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Cómo citar:

Ruiz, D. (2022). Arqueologizar el presente. Entrevista a Alejandro Valencia. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1(4). Disponible en: https://portalerror1913.com/2022/05/25/arqueologizar-el-presente/

Fecha de recibido: 15 de febrero de 2022 | Fecha de publicación: 26 de mayo de 2022

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144

TRAZAR CRUCES: Entrevista a Daniela Serna

Tracing crossroads between literature and the visual arts: An interview with Daniela Serna

Duván Andrés Sánchez García

Estudiante Artes Plásticas | Universidad de Caldas | duvan.11911294@ucaldas.edu.co

Figura 1. (2012). Serna D. Entre líneas. [Instalación: objetos, motores, papel. Dimensiones variables. Textos de Jorge Luis Borges]. Medellín: Nodos y derivas. Museo Universitario Universidad de Antioquia (MUUA).

Daniela Serna Gallego es artista plástica, egresada de la Universidad de Antioquia, en donde actualmente es profesora. Realizó una maestría en Literatura comparada en la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (Brasil) y ha expuesto en espacios como el Museo de Arte Miguel Urrutia de Bogotá, durante la novena versión de Imagen regional, el Festival de Arte Contemporáneo SACO en Antofagasta, Chile, y la Galería Lokkus, en Medellín. El propósito de esta entrevista es conocer el trabajo de la artista y sus consideraciones acerca de las relaciones entre la literatura y las artes plásticas.

Duván: En tu obra te centras en abordar el texto escrito, para transformarlo, desplazarlo y ubicarlo en nuevos contextos que enriquezcan las lecturas y perspectivas sobre el sentido de las palabras. Hay una obra muy interesante de la que quisiera hablar: la serie Entre Líneas. Consiste en un conjunto de máquinas de escribir que, gracias a un sistema de motores integrados y carretes, ponen en movimiento franjas de texto que van a distintas velocidades. Teniendo esta obra en mente, te pregunto: ¿En qué punto decides que la palabra no será un mero indicativo o explicación —pensemos en el título o las fichas técnicas— sino el elemento fundamental de la obra?

Daniela: Bueno, esta es una pregunta fundamental. Básicamente, cuando estamos en la universidad, llega un momento en el que uno debe hacer una propuesta investigativa y surge la pregunta: “¿Qué me interesa?, ¿qué es lo que quiero hacer?” En mi caso, siempre tuve una fascinación por el libro, el libro como objeto. A mí me encantan los libros viejos, sus texturas, el papel, la forma. En un principio mis aproximaciones eran sobre el objeto mismo: lo cortaba, quemaba o fotografiaba. Esta era una investigación alrededor del libro y de lo que significa en nuestro contexto cultural: desde un contenedor de conocimiento, hasta causa de persecución y censura, como sucedió en las tantas dictaduras latinoamericanas. También me pregunté por los sistemas educativos ¿Por qué nos ponen a leer siempre los mismos textos, qué pasa en esa reproducción de conocimiento? El libro era el detonante, pero luego, mientras avanzaba la investigación, me di cuenta de que el problema no era el libro, la cuestión iba más allá. El libro era el objeto que yo indagaba, pero lo que me interesaba realmente eran todos los procesos de lectura. El leer era el problema en sí, por lo que empecé a interesarme por el cómo leemos y cómo me relaciono con el otro a través de la lectura.

La instalación que mencionas, Entre líneas, hizo parte de mi muestra de grado en el 2012, y siento que fue un punto de quiebre en mi obra porque allí el libro desaparece y se ve sustituido por la máquina de escribir. La máquina me permitió movilizar el texto, romper esa idea de la página estable, estática, a la que uno está acostumbrado cuando se enfrenta a la lectura, la lectura es un asunto de movilidad, de intercambio y de construcción de sentido.

Figura 2. (2012). Serna D. Entre líneas. [Instalación: objetos, motores, papel. Dimensiones variables. Textos de Jorge Luis Borges]. Medellín: Nodos y derivas. Museo Universitario Universidad de Antioquia (MUUA).

Duván: Entre líneas hizo parte de tu muestra de grado, hace casi diez años, ¿qué tal entonces si hablamos de una obra más reciente? En específico de la instalación Silencio. Para la cual tomaste fragmentos de un cuento de Clarice Lispector, autora brasileña, y los distribuiste de forma que los espectadores pudieran reorganizarlos y jugar con las palabras. Mi pregunta es la siguiente: ¿Hasta qué punto puede uno tomar la producción de otra persona e integrarla a la propia?, ¿siempre es lícito?

Daniela: El acto de apropiación es un ejercicio que siempre se ha hecho en el arte, recurrentemente, solo que se hizo más evidente con las vanguardias o con el Pop Art, por ejemplo. Yo no me apropio de una creación plástica o visual sino de una obra literaria y, básicamente, lo entiendo como la posibilidad de trabajar con este bagaje cultural que nos pertenece. Sí, dado el caso, yo suelto mi obra y alguien más se apropia de ella, ¡pues perfecto! No creo en las ideas de originalidad, ni de pureza, creo más bien en los diálogos, y me interesa preguntarme: ¿Cómo pongo esta obra en diálogo conmigo, con mi contemporaneidad y mi contexto? El texto de Clarice, ya que lo mencionas, fue publicado en 1974, si no estoy mal, ¿cómo lo leo ahora, en el 2021, frente a un montón de situaciones particulares y cómo esas palabras adquieren un nuevo significado? Mira que vuelvo a utilizar esa idea de movilidad de la que hablaba al principio, con la máquina de escribir. El mecanismo era el que me permitía el movimiento y, en este caso, con Silencio, el movimiento lo genera la misma persona, como si le dejara la responsabilidad al espectador de interactuar o no con la pieza.

 Figura 3. (2021). Serna, D. Silencio. [Instalación 720 fichas y anillos de acero. Textos de Clarice Lispector]. Bogotá: ARTBO.

Duván: Hasta ahora vislumbro un par de términos que, me parece, atraviesan tu obra: la movilidad y el diálogo. Este último me remite a otra obra tuya, llamada Correspondencia, en la que, a través de dos bocinas, un par de voces grabadas leen un grupo de citas de diferentes autores, citas que se compartieron en cierto periodo de tiempo, a manera de cartas, de correspondencia. ¿Podríamos decir entonces que hay una suerte de conversación continua a través de la historia, un diálogo entre autores o artistas en general?

Daniela: Sí, considero que estamos todo el tiempo reciclando, re-apropiando y resignificando, volviendo a darle sentido y significado a las palabras. Un monólogo no te permite llegar más allá de tus propias ideas, es el diálogo el que abre posibilidades. En el caso de la obra que tú estabas mencionando, fue un diálogo real, un trabajo que hicimos en conjunto Daniel Salamanca y yo, a partir de una exposición que curó Érika Martínez en Lokkus. Nos pusimos el reto de plantearnos cómo construiríamos una obra juntos, el resultado fue la obra que describes. Pero, a la larga, ese diálogo se da siempre, y por eso es interesante que, cuando uno crea como artista, también ponga a circular la obra ¿Cuál es la necesidad de la circulación? La circulación es la posibilidad de crear diálogos y mantenerlos constantes. Por esto la creación implica tanta investigación, porque uno tiene que estar consciente de la historia que le antecede y también del contexto en el que está inmersa la propuesta. Creo que hay que ser consciente de todo lo que se genera alrededor: uno no se está inventando nada, el punto es más bien cómo me posiciono frente a eso que está dado.

Figura 4. Salamanca, D. y Serna, D. (2017). Correspondencia. [instalación: campanas de gramófonos, audio]. Medellín: Lokkus.

Duván: Tengo una pregunta que podría pasar por trivial, pero realmente me interesa saber, ¿cuáles han sido esos autores que te han marcado, que podrías decir que te han configurado, en cierta medida, como persona y como artista?

Daniela: Hay un montón, creo que es bien difícil mencionarlos. Están estos escritores clásicos latinoamericanos, García Márquez, por ejemplo, también Julio Cortázar, me encanta Horacio Quiroga. Tienen esta especie de narrativa breve que es la que intento desarrollar en mis propuestas. Pero, si tuviera que mencionar a la escritora con la que estoy trabajando ahora, diría que es Clarice Lispector. Mi investigación en la maestría en literatura comparada fue un trabajo a partir de sus textos, lo mismo aplica para mis últimos proyectos artísticos.

Duván: Ya que tocas el tema, hiciste una maestría en literatura comparada ¿A qué se refiere ese término? ¿Cómo llega una artista plástica a la literatura comparada?

Daniela: Bueno, digamos que el comparatismo se ha entendido como una estrategia de investigación, comparar una cosa con otra, no va más allá. Pero, en distintas disciplinas, se han estructurado líneas de investigación específicas y dentro de la literatura existe la literatura comparada desde hace mucho tiempo. Existen diferentes escuelas, cada una con una perspectiva particular sobre el comparatismo, pero básicamente surgió del ejercicio de comparar la literatura de un país con otro, o una literatura antigua con una contemporánea. Más adelante se dieron cuenta de que no era una cosa simplemente de nacionalidades, sino que uno podía explorar otras maneras de comparar literatura, por ejemplo, de diferentes regiones del mismo país. O realizar comparaciones entre diferentes disciplinas, buscar las relaciones que existen entre literatura y teatro, las conexiones y diferencias entre literatura y cine, por poner ejemplos. En mi caso, la maestría se centró obviamente en esa relación entre la literatura y las artes. ¿Cómo llega una artista plástica a la literatura comparada? Leyendo los estudios y las teorías de esta materia sentí que, de cierta manera, yo hacía eso pero desde el ámbito visual. Estaba siempre haciendo cruces —que son lo que llamo diálogos— entre las artes plásticas y la literatura.

Duván: Ahora que abordamos este tema del diálogo entre diferentes artes, te comento: cierta vez leí de un crítico de arte que decía que la conjunción de diferentes disciplinas artísticas es un vicio de los eclécticos. Algo así como que el que mucho abarca poco aprieta ¿Qué le responderías?

Daniela: Pienso todo lo contrario, no es una cuestión de abarcar sino simplemente de transitar. Estamos en un punto en que tenemos diálogos transculturales, transdisciplinares, transmediales, ¿por qué habría de poner límites y fronteras cuando lo que hacemos todo el tiempo es trazar cruces entre las cosas? Me parece que el ejercicio académico debería establecer estos enlaces, y considero que esta idea del purismo es un poco extraña, ¿para qué un artista hablando de pinturas y solo de ello? Estaría inmerso en un monólogo, como te decía ahora.  Hay estudiosos que creen que la historia es progresista y a veces parece que nos hemos quedado un poco atrás… Si vas a ver los planes y los curriculums en distintas escuelas de arte, te enseñan, digamos, el arte medieval, luego el barroco, después las vanguardias. Creería que deberían haber cruces más abiertos, pensaría en una historia del arte no mediada por estas divisiones entre siglos y movimientos sino, más bien, una que se pregunte por problemas del arte, por cómo estos han sido trabajados por diferentes artistas en diferentes épocas.

Duván: Daniela, muchas gracias, es enriquecedor descubrir caminos, a veces insospechados, que unen a las diferentes artes, ciencias, a lejanas épocas y, en fin, a las personas más distintas ¡La entrevista misma es otro de esos diálogos!

Como citar:

Sánchez, D. (2021). Trazar cruces: una entrevista a Daniela Serna. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1(4). Disponible en: https://portalerror1913.com/2022/03/17/trazar-cruces/

Fecha de recibido: 5 de diciembre de 2021 | Fecha de publicación: 21 de marzo de 2021

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144X

GENTE DE OTRO MUNDO, LITERATURA MATACHINESCA Y CUADRILLAS DE ARMAZÓN. Una entrevista a Pedro Luis Calvo Ortiz

Por:

Manuela Henao Calvo

Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas | manuela.11819393@ucaldas.edu.co

Figura 1. Henao, Manuela. (2009). Guardianes de la luz saludando a Pedro Luis Calvo. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Manuela: Pedro Luis Calvo es escritor de literatura matachinesca y diseñador de disfraces, principalmente de armazón que es una modalidad de disfraz tradicional que está en proceso de desaparición. El propósito de la entrevista es conocer un poco de su vida, especialmente su participación en el carnaval de Riosucio, lo cual lo llevó a acercarse a los medios artísticos de forma empírica. Para comenzar ¿Qué es para usted el carnaval?

Pedro Luis: El Carnaval de Riosucio es la expresión de la cultura tradicional, en la cual convergen raíces diferentes: indígenas, africanas y europeas. La trietnicidad es producto de la llegada de los españoles a nuestras tierras, aquí habitaban los indígenas, y la tríada se completa cuando traen los esclavos africanos. Todo ello incidió en la forma que tiene nuestro carnaval.

Manuela: ¿Generalmente cómo interviene usted en el carnaval?

Pedro Luis: Mi intervención es como capitán de cuadrillas, cortador de letras y participo en la elaboración de disfraces. Además, soy parte de la organización directiva del carnaval. El carnaval tiene una junta principal y otros comités adjuntos que sirven para hacer más fácil el desarrollo de las actividades, por ejemplo el comité de cuadrillas del cual fui presidente durante un tiempo.

Figura 2. Henao, Manuela. (2017). Las serpientes. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Manuela: ¿Cómo comenzó usted a participar en esta tradición?

Pedro Luis: Con una festividad que tiene más de 100 años es muy difícil hacerse a un lado, de alguna manera, todos la vivimos, sea de forma activa o pasiva. Desde pequeño asistía al carnaval, me llevaban mis padres y me parecía muy hermoso, especialmente, las cuadrillas que son la principal expresión del carnaval. Me llamaron la atención los disfraces, tan bonitos y sencillos, algunos hechos con materiales naturales propios de la región y pensé que era gente de otro mundo, en mi infancia eso me parecieron las personas disfrazadas. Me dije que algún día también podría hacer parte de esas agrupaciones. Años más tarde, se me presentó la oportunidad de estar en una cuadrilla, en ese entonces un cuadrillero de mucha experiencia estaba reuniendo gente para su grupo, con el paso del tiempo formé mi propia cuadrilla con algunos compañeros.

Las cuadrillas cantan canciones que, en sus letras, hacen referencia a distintos aspectos de la vida del pueblo, la nación o incluso lo que pasa en el mundo. A quienes escriben estas letras se les llama cortadores de letras, también quise hacer estas letras y comencé a escribirlas para mi cuadrilla. Otro aspecto en el que trabajamos, casi por casualidad, fue en la fabricación de nuestros propios disfraces, hay artesanos que se dedican solamente a hacer los disfraces, tocados y otros artículos que lleva la cuadrilla. Quisimos explorar una modalidad que estaba casi en desaparición y con los compañeros nos dedicamos a hacer cuadrillas de armazón que representan animales o aspectos de la naturaleza.

Figura 3. Anónimo. (1991). Los osos. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Manuela: Siendo usted capitán de tantas cuadrillas, ¿recuerda en cuántas ha estado?

Pedro Luis: He intervenido en unas quince que yo recuerde y también he intervenido en cuadrillas infantiles, con los diseños de disfraces y las letras. El proceso para escribir una letra es de acuerdo a la canción y mensaje que se quiere expresar con la cuadrilla, generalmente escribo mensajes sobre el cuidado a la naturaleza. En la cuadrilla de los gnomos quise transmitir estos mensajes porque en las leyendas son seres que propugnan para el cuidado de la naturaleza. Lo que más me gusta de los procesos de las cuadrillas es proponer ideas y pensar cómo se puede desarrollar la idea de la cuadrilla y el vestuario de lo que queremos trabajar.

Figura 4. Anónimo. (2003). Los comodines. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Manuela: ¿Qué es la literatura matachinesca y que temas abarca?

Pedro Luis: El principal aspecto que tiene nuestro carnaval es el valor que le da a la expresión hablada, las cuadrillas en nuestro carnaval transmiten mensajes de diferentes características como ecológicos, de exaltación de valores y de crítica social. Además hay otras manifestaciones y expresiones literarias como son los decretos y convites, que son reuniones que se hacen de noche con desfile y presentación en un tablado. Quienes suben al tablado se les llama decreteros, escriben cuartetas que pueden ser cortas o largas, generalmente burlescas, irónicas y de crítica social que se llaman decretos.

Figura 5. Anónimo. (1999). Los virreyes. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Los eventos de decretos buscan animar el carnaval y que la gente vaya entrando, como quien dice, en “calor de carnaval”. En la antesala del carnaval se realiza otra presentación teatral llamada convite, esto como invitación a que la gente participe del festival, fuera de eso están otros discursos protocolarios, como la instalación de la junta directiva del carnaval, el homenaje a los matachines muertos, la imposición del cordón de carnaval que es un reconocimiento que se le hace a una persona muy representativa en el carnaval, el discurso del saludo al diablo y la contestación que él hace, el testamento que se hace al final que es leído por el diablo y uno de los matachines le contesta también. Todo esto queda en archivos o se recogen en un texto y así se constituye la literatura matachinesca que está relacionada con el carnaval y su desarrollo.

Cuadrilla “Los Magos” 1993

«Llegó a la presidencia del país un gran señor a todo quien por el votó creyó en la redención y para comenzar, su gabinete al nombrar nos puso en alerta, mal empezó la función.

Ay, ay, ay, más de uno se quejó que dolor este nos va a causar mal peor pa’ la pobre nación que a deriva marcha desde tiempo muy atrás. (…)

Fracaso tras fracaso es el diario acontecer de un país que se hunde y que se postra sin honor, solo hay incertidumbre en el futuro nacional, nadie cree en nada, es el caos gran señor.

Juventud, nadie te quiere oír, para ti no hay oportunidad, ya por dios se encuentre solución a tanto problema imposible de aguantar.

A donde irá a parar, nuestra pobre nación y quien la salvará de la cruel situación, mejor es encargar un puesto en Sibaté, ya que al manicomio iremos a parar.» (Letra: Pedro Luis Calvo)

Cuadrilla “Matachinada” 1987

«El carnaval cálido edén que nos cautiva con sublime floración, es un vivir, es un soñar que nos transporta a otros mundos de ilusión.

Es ambrosía incomparable que mitiga el duce-amargo diario destino que nos impone la injusticia la crueldad y la opresión de un triste mundo que ya no sabe dónde va.» (Letra: Pedro Luis Calvo)

Manuela: ¿Cómo diseñaban en ese entonces los disfraces si no contaban con los medios tecnológicos actuales?

Pedro Luis: Los disfraces de armazón representan generalmente figuras zoomorfas o fitomorfas y anteriormente se hacían con materiales como flor de caña brava, pajas, plumas, varillas de guadua, alambre, bejucos, papel para máscaras, barro para modelar, materiales que se consiguen muy fácil en el municipio. Hoy en día estos disfraces de armazón generalmente se valen de materiales distintos como fibras sintéticas, telas con una gran variedad de diseños y aún se usa mucho el papel maché. Anteriormente nos valíamos de engrudo, pegante que se hace a base de almidón de yuca, hoy en día hay una gran variedad de pegantes, pinturas y lacas. En lo referente a la fabricación de los disfraces, se sigue haciendo de una forma manual y artesanal.

Cuando queríamos diseñar un disfraz nos fijábamos en la forma del animal, intentábamos equiparar sus dimensiones con las de la persona que lo portaba. Recuerdo los pulpos, el disfraz tenía un espacio para poder mirar, hicimos los tentáculos y las ventosas con espuma cosida, el pulpo se forró con tela y se pintó con esmaltes. Los tentáculos eran accionados con nailon para que no se notara mucho en el público, ideamos la forma para que el movimiento fuera discreto, halábamos los hilos desde adentro y se veía muy realista.

Figura 6. Anónimo. (1983). Los pulpos. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Sacamos varias cuadrillas basadas en pájaros como aves de rapiña, búhos, avecitas cantoras, entre otras, hacíamos primero el armazón con alambre y tela sencilla, luego lo cubríamos con plumas de gallina teñidas. Hoy en día es muy fácil porque en las avícolas sobran las plumas, en aquel entonces esto era todo un proceso porque había que conseguir las plumas, había que quitarles la grasa hirviéndolas y luego teñirlas en anilina con los colores que necesitábamos y, por último, fijar una por una, sobre el cuerpo del animal con pegante.

Figura 7. Anónimo. (1985). Los buhos. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.
Figura 8. Apellido, Nombre. (año). Los buhos. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Cuadrilla “Los Búhos” 1985

«La ciencia y el saber nos tienen por blasón.

hay búhos por doquier más falta la razón.

Nuestro mundo animal mucho más cuerdo es que esta humanidad llena de insensatez.» (Letra: Pedro Luis Calvo)

También recuerdo los dragones, una de las primeras cuadrillas que realizamos, éramos muy nuevos en el grupo, entonces, nos valimos de un artesano que tenía mucha experiencia para que modelara las cabezas de dragón, pero nunca nos explicó como los hacía, sabíamos que modelaba la parte principal en barro, los hacía muy bien hechos. Nosotros hicimos el resto de las partes del cuerpo y con unos tacos de pólvora simulábamos el fuego, colocándolo dentro de la boca del dragón, botaba fuego y humo.

Figura 9. Anónimo. (1979). Los dragones. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.
Figura 10. Anónimo. (1979). Los dragones. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Las cuadrillas cuando se acerca el carnaval, con mucha anticipación, se reúnen para exponer las ideas, se estudian previamente los temas, las opciones se estudian y debaten, para decantarlos y escoger una, nuestra última cuadrilla eran águilas basadas en dioses egipcios. Pasamos mucho tiempo ideando cómo podíamos darle la forma a las alas, hasta que nos decidimos por el foami dorado, hicimos los moldes de cada una de las alas, buscamos la forma de pegarlas y quedaron muy llamativas. Las cabezas se hicieron en icopor y luego se forraron, el cuerpo con telas doradas pero ese ya era un trabajo de modistería. Yo diría que esta fue la cuadrilla que me dio más dificultad porque no teníamos idea de cómo hacer las alas en un principio, hablamos con varios artesanos para ver si se podían imprimir de algún modo, las personas que consultamos no nos ofrecían buenas opciones y a la final ensayamos con foami lo cual nos dio un buen resultado.

Figura 11. Henao, Manuela. (2009). Guardianes de la luz. [Fotografía álbum familiar]. Riosucio: Cortesía del artista.

Manuela: Muchas gracias por compartirnos sus experiencias.

Cómo citar:

Henao, M. (2021). Gente de otro mundo, literatura matachinesca y cuadrillas de armazón. Una entrevista a Pedro Luis Calvo Ortiz. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1(4). Disponible en: https://portalerror1913.com/2021/07/28/gente-de-otro-mundo/

Fecha de recibido: 15 de febrero de 2021 | Fecha de publicación: 28 de julio de 2021

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144

CREATIVIDAD Y CAOS. Entrevista a Camila Ramos Rodríguez

Creativity and chaos

Por: Sofía López Duque

Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas | sofia.11910982@ucaldas.edu.co  

Figura 1. Laura Ramos (2021). Caos reinará. [Ilustración]. Manizales: Cortesía de la artista.

Camila Ramos Rodríguez (Manizales, Colombia 1996) es una activista feminista que convirtió las artes plásticas en su lenguaje de protesta, por medio de la interconexión entre el feminismo, el dibujo y el punk, propone obras para encender el corazón en fuego de lucha y llenar la mente de preguntas sedientas de respuesta. Trabaja en colectivas de arte y feminismos como Maleza y Bandidas. La primera se dedica a convocar mujeres para conversar temas de relevancia y la segunda, se enfoca en pintar murales con mujeres transeúntes.

Sofía López: Esta entrevista se hace con el fin de conocer un poco más de cerca tu visión de ser mujer y artista, especialmente tus tránsitos por los feminismos, el punk y el dibujo. Para comenzar quisiera preguntar ¿Cómo te reconoces?

Laura: Hasta ahora me reconozco como una mujer anarcofeminista y dibujante. He llegado aquí después de divagar por diferentes espectros creativos. El dibujo es la herramienta que me permite conectar lo que pienso y lo que siento con el mundo, es una constante en mi lenguaje plástico. Desde que entré a estudiar artes comencé a conectar con el dibujo desde un aspecto muy personal, autobiográfico, me permite hablar de mi cotidianidad, de lo que me importa, mis amigas y mis espacios cercanos. Siempre he amado dibujar, es una acción diaria para mí.

La indagación en el dibujo se daba en espacios de juntanza con amigas, de allí surgían planes y acciones que, vistas desde hoy, eran feministas y no lo sabíamos. Estar juntas nos llevó a lo otro, lo otro fueron los feminismos. Lo primero que hicimos con amigas y mi hermana fue un fanzine que se llamó Maleza. Después Maleza se transformó en una colectiva de arte y feminismos con la que llegamos a dar talleres en el Centro Cultural del Banco de la República de Manizales y posteriormente en muchos espacios de la ciudad, incluso en otras ciudades de Colombia. Con todo eso me di cuenta que soy más feminista que dibujante, aunque ambas cosas van de la mano.

Sofía: ¿Qué es un fanzine?

Laura: El fanzine es una revista aficionada muy versátil. Por un lado, generalmente, es hecha con las uñas y con muy pocos recursos, incluso sin recursos, bajo la premisa de «hazlo tú misma». No podemos esperar que una editorial censure, modifique o mutile lo que queremos comunicar o que, en su defecto, saque una revista con el tema que a mí me llama la atención para buscarla y comprarla. Más bien, yo misma lo hago, indago, investigo, lo diagramo, lo imprimo, lo saco a la calle y lo difundo. Por otro lado, dada su versatilidad es común encontrarlos de todos los tipos, temas, precios, técnicas y acabados, igualmente varía la destinación del dinero que se obtiene con ellos pero principalmente están dirigidos a sostener economías independientes. Los fanzines se pueden intercambiar por más gráfica, regalar o vender para recuperar la inversión y poder sacar más números. Esto es lo que normalmente hacemos las fanzineras.

En conclusión, el fanzine es una publicación muy barata, hecha con mucho corazón, con muchas ganas de no esperar, con un deseo inmenso de compartir contenido sin pretensiones editoriales; tiene muy fácil difusión y puede esparcirse entre continentes debido a que es inherente la idea de piratea y difunde.

Figura 8. Laura Ramos (2020). Qué vivan los libros libres. [Ilustración]. Manizales: Cortesía de la artista.

Sofía: ¿Cómo definirías el punk y como entra esta escena en tu obra?

Laura: A mí me gusta el punk desde que estaba chiquita, ha sido una línea que ha direccionado mi trabajo y las búsquedas que he hecho teóricamente pero no me atrevo a definirlo o encuadrarlo en márgenes estrechas, es una forma de vivir contraculturalmente. Mi interés principal o por lo menos a lo que me estoy dedicando ahora es a hallar la relación de las mujeres en los espacios contraculturales y como lo manifiestan visualmente. Ahí entra el fanzine, pues es súper underground. En los 90’s el punk comenzó a crecer y el fanzine se convirtió en la herramienta por excelencia de difusión de los contenidos y la teorización de las personas que se enuncian desde el punk. Siento que todo tiene que ver, lo que dibujo está condicionado por la música que escucho y los espacios que frecuento. A grandes rasgos, mi dibujo está condicionado por lo que soy, pienso y siento. Aunque el punk sea un espacio hostil, yo siento que esa misma hostilidad hace que el trabajo tome cierta línea. No solo por el estilo que adquiero, si no por las cosas que me estoy preguntando y lo que estoy investigando.

Figura 9. Laura Ramos. (2021). Sin título. [Ilustración]. Manizales: Cortesía de la artista.

Sofía: ¿Al día de hoy sientes algún tipo de empoderamiento por ser mujer?

Laura: La palabra “empoderamiento” me resulta algo compleja porque es ambigua, tiene un contenido muy gris que, en este momento, no permite diferenciar lo que abarca. La palabra ha sido cooptada y utilizada por el mercado para hacernos creer que comprarle a X marca, comer en tal lugar, estar en cierto gimnasio, tener ciertos discursos, aliarse a ciertas personas etc., nos hace “más” mujeres y “más empoderadas”. Afirmación que claramente no es cierta porque cada mujer encuentra sus lugares de enunciación y no son precisamente los mismos, la fuerza y la resistencia no están en los comerciales.

Realmente, no sé si pueda decir que soy una mujer empoderada pero sí creo que he encontrado, por ahora, un gran lugar que es el dibujo para sentirme poderosa y útil en esta ardua tarea de resignificar nuestra existencia lejos del patriarcado, prejuicios, racismo, sexismo, clasismo y demás comportamientos e ideas que violentan nuestra vida y existencia en condiciones dignas y equitativas. Hay muchos frentes desde los que podemos trabajar en pro de esta tarea y crecer personalmente, autocuidarnos, amarnos sin romantizar el amor propio, reconocer nuestros errores y aciertos. El dibujo es el mío. El hecho de ser mujer y artista, además, hace que una se eche al hombro ciertas responsabilidades, que no son una carga, si no unas luchas a las que una le entrega la vida. Yo pienso que la vida no sería lo mismo si una no la pusiera en función de algo, en mi caso lo importante es el dibujo y los feminismos. Mi lucha es esa, junto a otras chicas hacer visibles nuestras preocupaciones e ideas, transformarnos y transformar nuestros espacios más cercanos.

Sofía: ¿Tienes algún modelo a seguir?

Laura: Sí, tengo muchos pero hace tiempo que destruí la idea de idolatrar grandes artistas de libros viejos cuya obra no respondía en lo más mínimo a las necesidades de mi generación y el lugar del mundo desde donde me enuncio. Claramente su trabajo enriquece lo que una es y hace pero no son mis ídolos. Mis referentes son mis amigas, mujeres reales que son conscientes, coherentes y comprometidas, mujeres con las que me siento identificada por la forma en la que piensan, sienten y perciben el mundo. Para no extenderme más, resumiré que son mis modelos en cuanto a constancia y persistencia, referencias de toda una vida en medio de la creatividad y el caos.

Figura 10. Laura Ramos. (2020). Sin título. [Ilustración]. Manizales: Cortesía de la artista.

Sofía: ¿En qué proyecto has trabajado recientemente?

Laura: «La culpa femenina» es el fanzine que coeditó el colectivo feminista Somos Hiedras (Medellín), junto a Dr Fausto (Manizales). Dr. Fausto una es una publicación hecha por Ed Muñoz y Reptil, ellos son diseñadores, fanzineros e historietistas y en esta edición, invitaron únicamente mujeres para dibujar sobre la culpa femenina. Yo dibujé esa culpa desde mi percepción, esas cargas que nos echamos encima, el peso de lo cotidiano, de lo que significa ser una mujer y estar inmersa en el enorme engranaje del trabajo asalariado pero al mismo tiempo querer corresponder al trabajo doméstico, la carga que significa escuchar a los demás y ser receptiva siempre, ser responsable por el bien de esos vínculos afectivos, todas esas cosas que generan pesadez y cansancio emocional para luego como en la sexta viñeta decir: NO, detengan todo, estoy cansada, no quiero esto, yo lo que quiero es irme lejos, para el monte, ser una anarquista primitivista, no tener que ser responsable por todas esas cosas de mierda, ADIÓS. Así mismo la idea fue invitar sólo mujeres para abordar ese tema desde distintos bandos, una juntanza que hizo visible nuestro trabajo; ahí está Nube, Kathiushka, Cindy elefante y otro montón de chicas demasiado tesas con las cuales me siento muy orgullosa de compartir páginas.

Sofía: Las mujeres han cambiado la historia a lo largo de los años desde las tinieblas, en las sombras de hombres que tomaron el crédito por sus hazañas, como magia cambiaron el mundo, reconstruyeron ciudades destruidas, innovaron el pensamiento, le dieron vida y teta a los más grandes personajes de la historia, mis bellas mujeres, son brujas poderosas. Esta hermosa entrevista me dejo claro que desde el arte tenemos una responsabilidad muy clara de luchar y que como mujeres tenemos la un camino por despejar. Que nuestras historias pueden ser escuchadas y que debemos hacer que se escuchen. Que no estamos solas, pues nos tenemos a nosotras mismas para seguir, para impulsarnos más cada día, para inspirarnos, admirarnos y dar todo lo que tenemos por cambiar la historia. Muchas gracias por el conocimiento brindado.

Como citar:
López, S. (2021). Creatividad y caos. Entrevista a Camila Ramos Rodríguez. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo. 1 (3).  Disponible en: https://portalerror1913.com/2021/06/01/creatividad-y-caos/

Fecha de recibido: 14 de Diciembre de 2020 | Fecha de publicación: 1 de Junio de 2021

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144X