Cualamaná. Path of rocks, glyphs and menorahs. Aesthetic practices when walking the territory
Por: Marisabel Rincón
Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | marisabel.rincon28043@ucaldas.edu.co
Cualamaná, camino de rocas, glifos y memorias: prácticas estéticas desde el andar es un proceso colectivo de acercamiento a los glifos presentes en la cordillera del munici- pio de Melgar, principalmente las veredas de Cualamaná, el Águila, Calcuta y Arabia, en el contexto de la Institución Educativa Técnica Cualamaná. Esto inmerso en el marco de los procesos educación artística, propuestos desde un enfoque de contexto, vinculando el entorno como eje fundamental del proceso creativo. A través de un grupo focal de estudiantes que han resonado con la propuesta de investigación creación en torno a los petroglifos y el paisaje propio.
Este proyecto se desarrollará a través de un taller de co-creación donde converjan el dibujo, la pintura, la fotografía, el video, el modelado y el grabado. Su eje temático son los glifos de Cualamaná que se han encontrado en los recorridos y caminatas de campo que se han realizado, desde el año 2019, de esta manera se contribuye a la memoria desde las prácticas estéticas situacionistas. Se espera recrear los glifos y situarlos en el presente, evocando y valorando el pasado como parte de las identidades locales y regionales, que permita visualizarlos como elementos presentes en el paisaje y que poseen en sí mismos una riqueza estética, legado de la historia y del paso por el mundo de otras comunidades que habitaron el territorio en otros tiempos.
El resultado del proceso se constituye en una instalación y escultura que quedará ubicada en el colegio Cualamaná. Buscando aportar desde allí, a la construcción de la identidades locales a partir de los glifos, rocas y paisajes. Es importante dentro del proceso, crear conciencia crítica y reflexiva en torno a los fenómenos que rodean la presencia de estos objetos del entorno y a la vez de su posible destino, que podrían ser considerados como patrimonio, que no lo han sido por intereses particulares y económicos. Además que sea posible hablar de un patrimonio popular enriquecido por prácticas locales, en este caso las que se den dentro del contexto del Colegio Cualamaná y más particularmente del taller de co-creación del que harán parte estudiantes y la comunidad de la región, es decir, sentir y acercarse a ellos como parte de sí mismos, con la posibilidad de significarlos, darles una vitalidad perdida y que repose como legado común en nuestro territorio. El resguardo de los resultados del proyecto se dará dentro de la comunidad educativa, en un ejercicio de resistencia al olvido al que han sido sometidos los glifos, y se constituye en una obra colectiva de un nuevo patrimonio, ese que hacemos en colectivo.
Glosario
SENSACIONES
He aquí mi cuerpo, carne, hueso, piel, sangre, aire, baila y canta en el escena- rio del mundo. Sensacional vida, esa que explota en mis neuronas, en aromas y sabores. Estoy en la sala, el chocolate hierve, lo sirvo, lo pruebo, quema y es dulce, lo saboreo como al amante que me espera, con esa loción del siglo XX, espero rozar su barba espesa, morder sus labios gruesos. (Marizabel Rendón)
HUESOS
El hueso es un material o insumo de gran utilidad para la elaboración de diversos objetos. El hueso tiene la propiedad de convertirse en múltiples formas. Un día puede ser amigo del arte, prestando su cuerpo para dar forma a una flauta o una tecla de un piano. Otro día puede ser aliado de la guerra, transformando su torso en lanza o flecha. Al hueso también le interesa la estética, por eso se presta para embellecer la apariencia del humano, dejándose llevar como collar, arete o pulsera. El hueso es símbolo de muerte, peligro, piratas, magia y chamanismo. Debido a su versatilidad, el hueso también es una herramienta narrativa, una expresión útil para referirse a una actividad pesada o aburrida. El hueso reposa en el interior de las alitas BBQ, es lo que le da el sabor al sancocho. El hueso, según mi abuela, se chupa, se ruñe, se parte con una piedra para no dejar perder esa masita interna que tanto alimenta. (Gustavo Arias)
TERRITORIO
Casa, camino, cielo, río, os habito y me habitas. Tierra que toco, que ando que me posee en el tiempo que me consume. Sueño con territorios libres, elevados a la grandeza de su espíritu, Desterrando de sí a los usurpado- res y asesinos ¡Que se vayan, que no regresen¡, ¡basta ya, de la sangre derramada¡ La tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra. (Marisabel Rincón)
GLIFO
Un glifo nace como una necesidad de expresarse, puede decir muchas cosas, pero también a veces puede ser misterioso y casi indescifrable, es una forma de lenguaje que puede ser considerado por muchos un poema sin palabras o poesía para los ojos. El glifo es solo una imagen, pero dice mucho con su sola existencia. El glifo puede estar pintado, transformándose en rastro de la memoria, como muestra de la necesidad de no olvidar. Ahora bien, el glifo también puede ser un grabado, puede estar tallado en piedra, en piedras rodantes, que pueden rodar a través de un río pero que también tienen la capacidad de rodar a través de la historia. Fuerte, sólido, impetuoso, casi inmortal, convirtiéndose así en símbolo de resistencia de aquello que alguna vez fue realidad y que ahora es vestigio, evocando acontecimientos, pensamientos o sucesos transmutados quizás en añoranzas. (Paola Vargas)
Camino de rocas, glifos y memorias
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Do it
1. Camina por los corredores de la plaza de mercado y canta suavemente una canción, la que te guste o la primera que se te ocurra.
2. Un día, cualquier día que te acuerdes de mí, monta en bicicleta y ve silbando a un parque con muchos árboles.
3. Pregúntale a una María cuales son los colores del maíz, aunque ya lo sepas.
4. El sábado por la mañana camina como cuando éramos niñas, en los andenes evitando pisar la raya y ojalá saltando.
5. Dibuja una rayuela en la plaza e invítalos a jugar, en la tarde cuando ya casi es hora de cerrar
Cómo citar:
Rincón, M. (2021). Cualamaná. Camino de rocas, glifos y memorias. Practicas estéticas al andar el territorio. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 3(5). Disponible en:https://portal-error-1913.com/2023/03/22/cualamana/
Fecha de recibido: 21 de septiembre de 2021 | Fecha de publicación: 23 de octubre de 2021
Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.
Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | alexander.ortiz12385@ucaldas.edu.co
Gustavo Adolfo Arias Arango
Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | gustavo.arias26905@ucaldas.edu.co
Susana Uribe Madrid
Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | susana.uribe26904@ucaldas.edu.co
Ana Henao Tamayo
Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | ana.henao26902@ucaldas.edu.co
Marisabel Rincon
Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | marisabel.rincon28043@ucaldas.edu.co
Jolie Paola Vargas Camacho
Estudiante Maestría en Artes | Universidad de Caldas | jolie.36617223740@ucaldas.edu.co
Paola Vargas. Definir qué es ser contemporáneo puede ser un tanto confuso, puesto que la palabra en sí misma hace alusión a lo que existe en la época actual o aquello que existe en un mismo tiempo que otra cosa o persona, en cuyo caso todos aquellos que estamos viviendo en este momento somos contemporáneos y a su vez cualquier persona en su momento fue contemporáneo de algo. Sin embargo, si nos referimos a lo contemporáneo en el arte, se podría decir que se hace alusión más que a la actualidad, a una línea de pensamiento. A lo largo de la historia se puede decir que han habido diferentes líneas de pensamiento que caracterizan una época o periodo de tiempo. Estas líneas han recibido un nombre que las identifica, que busca definir las ideas generales que las caracterizan; no obstante, es difícil de asegurar a ciencia cierta, pero creo que difícilmente una persona perteneciente a la época del neoclasicismo, por dar un ejemplo, se refiriera a sí mismo como un neocla- sicista, creo que estas denominaciones se fueron haciendo más evidentes en tiempos posteriores, cuando al mirar hacia atrás se podían identificar ideas, lineamientos o conceptos similares.
De acuerdo a lo anterior, me atrevería a decir, que es probable que en el futuro el arte producido en la época que ahora denominamos contemporánea, podría recibir otro nombre, teniendo en cuenta la dicotomía que se genera a partir de la definición de la palabra y además es posible que exista otro concepto que la defina mejor, puesto que a lo largo de la historia podemos ver cómo llega un punto donde la sociedad siente deseo de cortar con la continuidad de unos métodos de creación que ya no satisfacen las inquietudes de aquellos quienes los producen y de una sociedad en general, así que en el momento que la línea de pensamiento cambie es probable que nazca otra que igualmente podría ser llamada contemporánea.
Ya habiendo planteado lo contemporáneo como una línea de pensamiento, que, en teoría, debiera responder a las características culturales de la sociedad actual, se podría decir que esta época ha tenido, para mí, dos determinantes fundamentales, en primer lugar, la violencia, guerras, disputas por territorios, discriminación, migración, entre otros. En segundo lugar, los múltiples avances tecnológicos, que además en los últimos años se han acelerado de forma evidente. Estos dos componentes, creo que han generado también una tercera característica determinante de esta época que tiene que ver con las diferentes revoluciones, que también han contribuido a la transformación de la sociedad y por ende el arte.
Gustavo Arias. Un refrán popular dice: “la herramienta hace al maestro”. Personalmente creo que, si bien no lo hace, sí condiciona su desarrollo. En cierta medida, la herramienta restringe la creatividad. La obra se adapta a las herramientas del artista. Dicho esto, considero que la evolución de la tecnología influye directamente en la concepción del arte contemporáneo. Los alcances de las herramientas que hoy facilita la tecnología permiten que los artistas piensen en obras que hace unos años eran inimaginables.
Ana Henao. Entiendo lo contemporáneo como una respuesta, una reacción a lo que viene o está sucediendo. Tiene una relación con la ciencia y la tecnología, pero también tiene relación con la libertad. Poder expresar libremente lo que somos, lo que sentimos, lo que pensamos: eso es libertad, en el arte y en todas las expresiones. Es la cualidad más valiosa que en mi concepto tiene el mundo contemporáneo, una realidad multicultural, de transforma- ciones. Somos contemporáneos porque damos respuesta de nuestra época, por ende, es algo inherente. Incluso, lo que estamos haciendo en este momento de hacernos preguntas sobre una realidad y dar las opiniones, esa capacidad de cuestionarnos ya nos hace contemporáneos. Para entender esta pregunta pienso en otra pregunta ¿En qué medida nos podría entender una persona de 500 años atrás? Todo es diferente, la manera en que veía el mundo, sus dioses, su religión, etc. La respuesta a esto es que uno es producto de su época.
Marisabel Rincón. ¿Qué es lo contemporáneo? Es una expresión cultural y simbólica que nos sitúa en un aquí y ahora, un punto de realización en el que convergen las nuevas tecnologías y el conocimiento que nos permite entender las realidades, transformarlas, trascenderlas, interpre- tarlas e incluso crearlas. En medio de las dinámicas sociales de la era de la globalización, la hiperrevolución tecnológica y los nuevos paradigmas de las culturas, somos contemporáneos en la medida que situamos reflexiones del pasado en el presente, comprendiendo las construcciones sociales y sus posibilidades de transformación. Se trata de un proceso reflexivo y crítico que posibilita nuevas apropiaciones culturales, estéticas y artísticas.
Susana Uribe. De lo que implica ser contemporáneo, plantearía dos preguntas que no contestaré: ¿Qué importa? ¿Quién decide qué importa? Existencia simultánea, presencia, urgencia en tener conciencia o presencia, vigencia como la necesidad de pertenecer al propio tiempo. Según Agamben: “El sujeto contemporáneo es arrojado a una orfandad”. Esto sería otra visión de lo contemporáneo donde el sujeto no siente pertenencia o identificación con el propio tiempo, no está alineado al valor de la nación, del conjunto y del pertenecer a un grupo. Para mi, ser contemporáneo también va ligado a la fragmentación, una meteorización de los valores que teníamos en la modernidad, donde hay un extravío a través del asedio de la telepresencia, frente a la oferta comercial, de lugares, marcas, redes sociales, la hiperesti- mulación de los sentidos y este afán por pertenecer, terminamos sintiéndonos extraviados. Por otro lado, se plantea una destrucción en términos de segregación del individuo, para quien no logra esta correspondencia, está pertenencia al conjunto. Ser moderno implicaba cambiar constantemente, el movimiento y la novedad; ahora en este tiempo es una vorágine y una hiperes- timulación que considero conlleva a un anestesiamiento, realmente no hay un despertar de conciencia.
Natalia López. ¿Qué es arte contemporáneo? Lo que no es arte moderno, la contraparte, el arte del presente, actual, mezclado con el vértigo del cambio, pero que busca percibirlo. Arte veloz, simultáneo, confuso, anacrónico. Arte que permite sospechar del arte, en palabras de Agamben: “Pertenece verdaderamente a su tiempo, es verdaderamente contemporáneo aquel que no coincide perfectamente con él, ni se adecua a sus pretensiones y es por ello, en este sentido, inactual. Pero, justamente por esta razón, a través de este desvío y este anacronismo, él es capaz, más que el resto, de percibir y aferrar su tiempo y tomar distancia”.
Jorge Hernández. Ser contemporáneo es situarse en el momento actual, actuando como una suerte de pivote entre el pasado y el futuro. El hombre contemporáneo tiene el reto de actuar como un punto de inflexión entre lo que fue y lo que puede ser, de esta manera se ocupa de las oscuridades de la actualidad con miras a mejorar el tiempo venidero.
Mariana Ariza. Lo contemporáneo son aquellos aconteci- mientos que interactúan en un tiempo determinado, con nosotros, nuestros sentimientos, pensamientos, memoria y sensibilidad. Somos contemporáneos de lo que ocurre a nuestro alrededor desde que nacemos hasta que morimos y esto puede aplicar tanto a un individuo como a una generación completa. Pero si lo miramos desde una perspectiva artística, esto puede cambiar un poco. De repente, el artista con su manía de irreverencia, puede tomar la decisión de elegir algo (fotografía, texto u objeto) y traerlo al mundo contemporáneo. Claramente eso violaría cualquier ley, principalmente de la ciencia histórica, pero el arte va más allá, así que estás restricciones no son aplicables. En ese orden de ideas, el artista toma aquello que ha sido consignado en un libro o en un archivo, que tiene peso porque pertenece a algo o a alguien, por su valor material, y se empeña en rescatar la esencia y síntoma de aquello que observan. De esa manera, a medida que van rescatando, van creando un nuevo archivo cuya importancia se redirecciona a aquello que transmite y comparte con sus espectadores. Entonces, el arte contemporáneo es aquello que retoma, transforma, revive y transgrede. Este tipo de arte se renueva en miras de la coyuntura y la dificultad, aunque el artista contemporáneo también tiene la capacidad de crear su propia coyuntura o momento/objeto trascendente y significativo que llame su atención para después intervenirlos e interpelarlos.
Alexander Ortiz. Ser contemporáneo es preguntarnos por las dinámicas del mundo de hoy y, paralelo a ello, desde la experiencia que a cada uno le ha correspondido, ubicarse en temporalidad, pensamiento y cuerpo. Es mirar adelante pero sin dejar de mirar el atrás, pasado y presente; una puerta que permite pasar de un lado al otro y que indiscutiblemente solicitará una respuesta frente a donde nos ubicamos, tanto espacialmente como en el entramado de relaciones en lo social y lo cultural que constituyen la colectividad en la cual nos hacemos como individuos. Ser contemporáneo nos exige una postura frente a los cambios y tránsitos en los últimos tiempos, en el que el individualismo conlleva a reflexionar sobres las propias creencias, quizás una filosofía o religión, que la que nos aferramos, nos re-ligamos, con una miradas múltiples sobre el mismo asunto.
Esta contemporaneidad reclama a lo diverso, lo plural, lo incluyente, las minorías, la diferencia, lo singular que se enfrenta a la deshumanización. En una rotunda congregación de solitarios, la familia ya no es la consanguínea, cada uno la elige, la identidad se compra en el supermercado; el amor, el sentimiento y el placer se ofrecen en el menú. El agite de la guerra, la coyuntura económica, la transitoriedad, la contaminación del planeta, la pandemia, el aislamiento social y la incertidumbre constante en la que nos encontramos, detonan otras angustias, que reclaman respuestas inmediatas y urgentes: la natura, el planeta, la salud, la soberanía alimentaria. Ser contemporáneo es la posibilidad de desvirtuarse y al mismo tiempo potencializarse, en un acto escénico y performático donde estos dos formatos o esquemas, son también contenido y sentido, todo un documento de la reflexión del pensamiento o la plástica que habla del hombre, su sentir y producir hoy.
Paola Vargas. En mi campo, que es la arquitectura, donde entre otras cosas, en el afán de reconstruir las ciudades y dar albergue la mayor cantidad de personas posibles, se generó un fenómeno en el cual las ciudades se fueron densificando incluso al nivel de casi ser un caos, lo cual ha generado que en contraposición a esto, en la actualidad las personas de cierto modo hayan retornado a entornos naturales, en búsqueda de una vida más tranquila que incluso se hable de arquitectura sostenible en la cual se busca un mejor aprovechamiento de los recursos y desacelerar el deterioro ambiental. Pero esto no hace para mi alusión a una nueva forma de pensamiento, sino que es de cierto modo una vuelta al origen, pero desde otras posturas.
Marisabel Rincón. Mi proyecto es contemporáneo porque busca entablar un diálogo entre el pasado y el presente, brindando la posibilidad de emanar un producto que perdure como memoria en el tiempo, como un ejercicio de reflexión que aporte a la construcción de identidades dentro de las comunidades de las que hacemos parte.
Susana Uribe. Siempre me preguntaba de qué manera mi proyecto es contemporáneo, y llegaba a pensar que mi proyecto más que contemporáneo era anacrónico; sin embargo, logré identificar este anacronismo directamente relacionado con lo actual y lo que implica ser contemporáneo. Desde las preguntas planteadas en el proyecto con los retratos y relatos de la realidad o desde las inquietudes que surgen de los viajes y recorridos contemplando el paisaje y siendo parte de la experiencia de llegar a otras culturas, vamos siendo contemporáneas al participar del presente y de los cambios sociales o culturales que surgen allí. Implica para este proyecto ser contemporáneo al plantearse nuevos interrogantes, o tener preguntas a lo que surge y sucede desde estas realidades. También desde lo subversivo que plantea el proyecto a esta gran máquina que es el sistema y sus afanes de funcionamiento, desde el sentido de la pausa y la contemplación para tener una verdadera experiencia de compenetración con el entorno; lo percibo desde esta transgresión con el tiempo como contemporáneo.
Ana Henao. Mi proyecto es acorde a lo contemporáneo porque representa uno de los valores que mencionaba anteriormente: La libertad. En mi proceso personal de narrar el paisaje partiendo de diferentes derivas. Se representa la realidad, de una manera que no es lineal, que no sea totalmente representativa, hay una distorsión de ella ya que va ligada a la experiencia, a los sentidos, a la manera de ver el y entender el mundo en un sentido personal, subjetivo.
Jorge Hernández. Creer en el amor, a eso le he apostado en mi trabajo. El amor sería el único motivo capaz de hacer al hombre, rodeado de realidades tan desgastantes, pensar en un mundo diferente, más amable, más empático. Ser contemporáneo ha de ser creer desinteresadamente, creer en que podemos cambiar el mundo, por lo menos el mundo circundante; es creer en que los sentimientos son parte primordial de la vida y que hay que tenerlos en cuenta, desde el subconsciente y el inconsciente. Mi pintura es una apuesta por descubrirme dentro de ella, por amarla en su esencia, que es mi esencia. Es una apuesta por entenderme y comprender mi papel de artista que ha de ser el de pedagogo para el mundo.
Natalia López. ¿Qué es ser contemporáneo en Colombia? Vivir en un paraíso tercermundista, asumiendo la contemporaneidad. Vivir la guerra preventiva, la represión de la homosexualidad, la obligatoriedad de la religión en la escuela o la sustitución de los derechos sociales por la caridad, aquí hacen más ricos a los ricos, aumentan las legiones de pobres y la indiferencia a la catástrofe ecológica. Enfrentar nuevas manifestaciones artísticas que no encajan con lo que conocíamos. Modificando nuestras categorías, nuestras suposiciones y nuestros argumentos, es decir, buscando superar en lo posible la distancia entre la teoría y la experiencia.
Jorge Hernández. Ser contemporáneo en Colombia es apostar por la educación, pensar en un país diferente, con más oportunidades para quien a costa de mucha lucha logra terminar sus estudios y para quien decide no hacerlo. Ser contemporáneo en Colombia es creer en que es posible otra realidad, una en la que se pueda acceder a la educación, el alimento y la vivienda de manera natural; una realidad en la que no mueran personas a manos de fuerzas estatales. Una realidad en la que los recursos se distribuyan de manera eficaz, de tal forma que salve a los niños de la muerte por desnutrición, a los adultos mayores de morir en decrepitud; a los hospitales de recoger sus muertos en las salas de espera. Ser contemporáneo en este país de lindas personas y horrendas realidades es soñar, soñar con verraquera y, recogiendo las palabras de mi compañera “es soñar con lo que parece imposible”.
Gustavo Arias. En Colombia, un ejemplo de contemporaneidad es una finca con una garrucha. Herramienta que facilita el transporte de kilos y kilos de café montaña arriba, en poco tiempo y sin la necesidad de muchos campesinos. También son un ejemplo las gaitas desarmables, con empate de corcho y aluminio. En cierta medida, la productividad que ofrece la tecnología contemporánea pone en riesgo la permanencia de los oficios ¿Dónde queda el zapatero del barrio?, ¿el fotógrafo del pueblo? Lo contemporáneo también va ligado a la necesidad de cambio. A cuestionar paradigmas y estructuras, es una especie de insurrección. Finalmente, lo contemporáneo también tiene fecha de caducidad. Es como un producto que será reemplazado por una nueva y renovada versión. Todo lo viejo, en algún punto del tiempo y el espacio, fue contemporáneo.
Susana Uribe. Ser contemporáneo en Colombia es cerrar los ojos (como dice el refrán: “ojos que no ven corazón que no siente”) y continuar con el dolor que se lleva a cuestas. En Colombia, son pocos los que tienen acceso a la educación y, por tanto, pocos se pueden adaptar a la exigencia del propio tiempo, pocos en Colombia logran ser contemporáneos. Siguiendo los planteamientos de Agamben: “Contemporáneo es solo aquel que no deja cegarse por las luces de la época y logra distinguir cuáles son sus sombras”. Sin educación y acceso a la información, son pocos los que pueden guardar distancia para comprender que está realmente sucediendo, conocer la realidad cultural, social y plantearse las razones y el porqué de tanta desigualdad (mucho menos exigir derechos y tener criterios políticos). Ser contemporáneo aquí implica apartarse de la figura de “salvador del mundo” y plantearse pequeñas acciones para impulsar un cambio en la propia realidad y en la de los otros.
Paola Vargas. Mi proyecto de investigación va muy ligado a lo que anteriormente he mencionado de lo que representa para mí la contem- poraneidad. Creo que en Colombia siempre nos ha perseguido la escasez de recursos económicos (pobreza) y más aún, la desigualdad (la brecha entre ricos y pobres). Todo esto con el agravante de las diversas problemáticas sociales derivadas de la guerra, no obstante, no se puede desconocer la riqueza natural y cultural que tiene el país, pero que tal vez no hemos sabido aprovechar, en el buen sentido de la palabra. Contrario a enfrentar nuestras problemáticas sociales o enaltecer los valores de nuestra cultura, considero que nos hemos dedicado a adoptar modelos extranjeros, a seguir tendencias a adoptar todo aquello que nos “ayude” a borrar todo aquello de lo que nos avergonzamos, pero de lo que casi nadie se quiere ocupar. Mi proyecto se enfoca en una arquitectura que se genera desde la cotidianidad, desde la experiencia, desde la vivencia del espacio, en general desde las diversas formas de habitar, que es lo que da lugar a diferentes estéticas, incluidas las estéticas populares, algo que seguramente hace parte de aquello que hemos intentando negar, pero que queramos o no, hace parte de lo que nos identifica como colombianos.
Marisabel Rincón. En torno a la pregunta ¿Qué significa ser contemporáneo en Colombia? Escribí el siguiente poema:
En un país quebrado por la violencia, La suma de todas las guerras, Las pasadas y las presentes,
Somos contemporáneos de un acuerdo fallido, De un estallido social,
De un Estado paraco,
De un pueblo cegado y con miedos.
Somos contemporáneos de Una cultura narco, paraca, militar.
De la extracción minera,
De un país sometido por el ubérrimo.
Y aún más, somos contemporáneos Del guarapo y la mantecada,
Del bambuco y la guabina que se danzan en los festivales de alegría.
Somos contemporáneos de un país en resistencia, Soy contemporánea del tamal y la hamburguesa Soy contemporánea del transmilenio malnacido.
También de la mula de carga que se resiste.
A desaparecer y vivir como evidencia de un pasado aún presente.
Ser contemporáneo en Colombia es vivir entre la incertidumbre y la alegría Entre el terror y la esperanza.
Y ahora ¿Qué debería ser contemporáneo en Colombia?
Darnos la pela para que las cosas mejoren. Y destronar a ese paraco hijo de su madre.
O que nos lleve el putas con media de aguardiente.
Pero soy feliz en una nación que se levanta a pesar de sus verdugos.