Interwoven Objects: About The Disappearance of Elaine Coleman.
Por: Salomé Hincapié Salazar
Artista Plástica | Universidad de Caldas | maria.11715636@ucaldas.edu.co
Figura 1. Vista general. (2022). Pereira: La desaparición de Elaine Coleman, VIII Cohorte MEC. Fotografía: Camila Barragán Ovalle
Elaine Coleman es un recuerdo difuso. Difuso porque no hay certeza de que ella haya existido, es probable que no y si lo hizo, pasó totalmente desapercibida, como si se tratase de una figura fantasmagórica. Como cuando vamos de viaje en carro y estamos justo al lado de la ventana y decidimos observar a través de ella, a la espera de llegar a nuestro destino; mientras el auto está en movimiento, no observamos imágenes muy claras, pero pareciera que en nuestra memoria todo se almacena de manera precisa, tanto así que, por ejemplo, podemos llegar a decir que pasamos por una montaña, pero en realidad no hay manera de confirmarlo. Los seres humanos tenemos una necesidad desesperada por recordar, quizá para no desaparecer.
La fragilidad es algo fugaz en este mundo aparentemente veloz y, pocas veces, solo cuando nos detenemos, somos conscientes de lo que nos rodea. Tendemos a la desaparición y nuestra propia existencia, a medida que pasa el tiempo, se volverá más difusa. Nuestro ser deja de estar, pero los vestigios que dejamos en otros cuerpos quedan presentes. Solo cuando prestamos atención a esos rastros nos damos cuenta que alguien habitó ese espacio, es una imagen muy fuerte porque entonces, ¿qué es aquello a lo que le damos nuestra atención? ¿Solo nos importan las personas o cosas cercanas?, ¿o será que simplemente vivimos tan vagamente por el mundo que nunca llegamos a imaginar que alguien puede desaparecer?
A partir de un cuento de Steven Millhauser surge la exposición de la VIII Cohorte de la Maestría en Estética y Creación (MEC) de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP); en la que se intenta reunir y hacer relaciones entre los vestigios de lo que pudo haber sido Elaine. Todos los objetos y cuerpos son contenedores de memoria y al ver la disposición de las obras, se siente que se intenta traer de nuevo a Elaine desde la ficción. Cualquiera puede inventar su propia historia a través de ella, incluso hacer parte de la misma. Al desaparecer o desvanecerse, lo único que queda visible son los objetos que nos acompañaron en nuestra existencia, así que ahora lo que tiene importancia no es la persona, sino las cosas que la acompañaban y quedan a merced de los demás para que hagan sus propias conjeturas. La sala es pequeña, en ella está el esqueleto de una cama, una caja de recuerdos, el espejo, la lámpara, una radio, cortinas, llaves y un cofre, objetos que acompañan el espacio expositivo para tratar de convertirlo en una habitación; lugar donde por última vez, según la investigación de la policía, estuvo Elaine Coleman. Todas las obras tienen un objetivo en común: tratar de reconstruir una memoria fragmentada, una memoria que nadie sabe si es del todo cierta. La exposición nos invita a ponernos en el rol del investigador e intentar construir una narrativa a través de una serie de objetos, objetos que llegan a darle vida a un rostro que nadie recuerda.
Figura 2. Mapa de relaciones. (2022). Pereira: Exposición, la desaparición de Elaine Coleman, VIII Cohorte MEC. Fotografía: Camila Barragán Ovalle
Algunas obras pasan desapercibidas, como la misma Elaine, por eso es que al ingresar a la sala hay que mirar con cautela, con esa curiosidad de detective que tenía el narrador del cuento, porque es muy fácil olvidar ciertas piezas que requieren de atención. Aunque la intención de esta exposición es que se vea como algo conjunto, no puedo evitar destacar algunas obras porque fui encontrando puntos en común. Encuentro una estrecha relación entre las imágenes difusas y la presencia marcada de la ausencia en Directamente proporcional de David Tobón, una obra que reúne a través de unos hilos, una gráfica, una planta marchita y una serie de alimentos podridos; y Reverberar de María Carolina Salcedo, un espejo intervenido para ocultar su reflejo.
Figura 3. Tobón, David. (2022). Directamente proporcional. Pereira: La desaparición de Elaine Coleman, VIII Cohorte MEC. Fotografía: Salomé Hincapié
Figura 4. Salcedo, Maria. (2022). Reverberar. Pereira: La desaparición de Elaine Coleman, VIII Cohorte MEC. Fotografía: Salomé Hincapié
También encuentro una relación entre las obras sonoras de Erika Orozco y Lina Guevara, la ausencia de Elaine se hace presente en el espacio; el sonido es la fuente principal a la que acudimos cuando queremos pensar en alguien que ya no está. Lo primero que intentamos recuperar es su voz, sus pasos y su respiración, creo que eso es lo que define al cuerpo material; al alimentar nuestros cuerpos a través del sonido, se despiertan todos los sentidos y tejemos relaciones que es, en esencia, a lo que invita esta exposición.
Figura 5. Orozco, Erika. (2022). Atesorar un día. Pereira: La desaparición de Elaine Coleman, VIII Cohorte MEC. Fotografía: Salomé Hincapié
Figura 6. Guevara, Lina. (2022). El último suspiro. Pereira: La desaparición de Elaine Coleman, VIII Cohorte MEC. Fotografía: Salomé Hincapié
La imagen de la ausencia y el olvido está inmersa en todas partes, en algunas obras es más literal, en otras no es tan evidente. Elaine ya no está, pero es claro que su aparente desaparición tiene consecuencias. A pesar de que se ha convertido en una ausencia presente, el resto de la vida sigue su curso; la planta muerta, el tomate podrido, el ruido, la impotencia de no poder verse al espejo, querer regresar a la posición fetal para volvernos a transformar, el ciclo infinito de la memoria, son ahora la manera en la que podríamos recordarla, en la que podríamos recuperar su existencia e incluso pensarnos a nosotres mismes. Finalmente, es una imagen que se vuelve un poco nostálgica porque nos hace pensar en lo que pudo ser y en lo fuerte, nuevamente, de tener que llegar hasta este punto donde no tenemos la posibilidad de que este cuerpo nos cuente quién era y tengamos que reconstruir desde las cenizas ¿Quién de ahora en adelante será su cuerpo?
Elaine Coleman es ahora una infinidad de memorias, una infinidad de objetos entretejidos por las relaciones que podamos recordar.
Notas
[1] La exposición La desaparición de Elaine Coleman se realizó el viernes 27 de Mayo del 2022, en la Sala de Proyectos Maestría en Estética y Creación de la Universidad Tecnológica de Pereira. Fue una muestra de estudiantes de la VIII cohorte en torno al relato de Steven Millhauser, en el marco del seminario “El cuerpo en la modernidad literaria: roces, violencias, desapariciones”, impartido por el profesor Rigoberto Gil Montoya. Compartimos el texto curatorial escrito por Erika Orozco Lozano: “Un rastro, la evidencia de una desaparición ¿Quién era Elaine? ¿Cómo encontrarla? ¿Cómo eran sus objetos? ¿Qué ocultan? ¿Cómo buscar a una persona a la que se recuerda vagamente? La hipótesis de que Elaine nunca salió de su habitación es cautivante, quizás quedó atrapada en sus objetos. Solo queda una escena y la intención de seguir sus acciones, sus ausencias, el murmullo de sus pasos, una planta marchita, un tomate descompuesto ¿Pudo acaso desaparecer, entre ensueños y pesadillas, en una cama que aún palpita? ¿Acaso Elaine merecía nuestra indiferencia? Tal vez ahora solo sea materia en tránsito, en descomposición, un cuerpo que ha desaparecido para ser pliegue, costura, una huella en el colchón, en las cortinas, en la radio, en las llaves, en las ventanas…una mirada que omitimos, un espejo sin reflejo. En esta exposición se encuentra un rostro, varios rostros, después de todo eso es lo que ocurre cuando se ve a alguien sin verlo, nos convertimos en una aparición para nosotros mismos. Una luz nos indica un lugar cálido donde reconfortarnos de nuestra presencia, de nuestros rumbos, pero en lugar de eso encontramos cenizas, vestigios, raptos o fugas. Elaine es ahora un cúmulo de relaciones, de tejidos sueltos e interrogantes”.
The body is a territory in dispute. Interview with Analú Laferal
Por: Salomé Hincapié Salazar
Estudiante Artes Plásticas | Universidad de Caldas
maria.11715636@ucaldas.edu.co
Figura 1. Eunuca Posporno. (2019). La peregrinación de la bestia [Performance]. Medellín: Acciones Abiertas – Medellín a cielo abierto, Museo de Antioquia. Fotografía de Rossana Uribe. [Imagen cortesía de la artista]
Salomé: ¿Cómo nace tu interés por investigar el cine?
Analú: La primera curiosidad surgió viendo una película, Something Must Break. En ese entonces, exploraba temáticas relacionadas con el género y el tránsito. La gente no siempre comprendía de qué estaba hablando (tenía a veces una sensación de soledad). Pero, gracias a esta película, encontré que el cine es un lugar de identificación y de reconocimiento; encontré experiencias que generaban preguntas similares a las que me estaba haciendo. Me di cuenta que el cine era una posibilidad para explorar los tránsitos, porque daba la oportunidad de pensar tanto el diálogo, como la imagen. En un primer momento no lo tomé como investigación académica sino como algo personal; me causó mucha curiosidad saber qué estaba pasando en el cine latinoamericano respecto a este tema. Coincidencialmente, en ese entonces estaba cursando la maestría y creí oportuno volver este tema el centro de mi investigación.
Salomé: ¿Crees que el cine funciona como un método activista para decir lo que generalmente es censurado?
Analú: Creo en el arte –lo digo porque es mi convicción– como un lenguaje de activismo. Se ha convertido en una herramienta muy efectiva para decir lo que siempre hemos dicho desde las formas tradicionales activistas que se han vuelto un poco como paisaje. Cuando cambiamos y usamos esos otros lenguajes, digamos desde mi práctica artística (no mía pero sí la que más utilizo) de performance y videoperformance se potencia el contenido activista y el contenido político; muchas personas no hacen cine desde el activismo, pero veo en el cine una posibilidad inmensa. He tenido un pequeño sueño: algún día quiero hacer cine, justamente porque creo que permite un diálogo con un montón de personas que están en muchos lugares y a las que difícilmente se les puede llegar con otras prácticas. Ahí me entra la curiosidad por saber cómo se hace, más desde la parte narrativa, desde la parte argumental que desde la parte técnica; justamente porque abre la posibilidad –súper activista– de hacer visible eso que incomoda, si tú estás frente a una pantalla ahora, ven que te quiero contar esto.
Salomé: ¿Qué es lo que más te interesa de los estudios de género?
Analú: Me han interesado varias cosas, he profundizado en los estudios trans. Últimamente se habla mucho de lo trans, pero me interesa saber realmente que se ha escrito desde la academia, la medicina, la psiquiatría… conocer todas las personas que han hablado del tema. El foco que he tenido, en los últimos años de lectura, consiste en preguntarme: ¿qué han escrito las personas trans académicas sobre lo trans? Me interesa mucho la mirada de quien asume ese lugar de enunciación y a la vez que lo investiga, más que el médico que lo investiga para hacer lo rutinario. Y ese ha sido hasta el momento, el lugar de los estudios de género que me ha tenido como más atrapada. He conocido un montón de cosas que antes no había reconocido y que me parecen bellísimas, divinas, no sé por qué llegué tan tarde a esto.
Salomé: Teniendo en cuenta tus intereses académicos y artísticos ¿cómo definirías el cuerpo?, ¿qué es el cuerpo?
Analú: Me vine a preguntar por el cuerpo después de realizar acciones, antes me lo preguntaba desde un lugar muy íntimo, pero no desde el arte. Me gusta mucho la obra de Barbara Krugger, una artista estadounidense, y una vez me encontré su definición: “el cuerpo es un campo de batalla”. Puedo decir que es la definición más clara que me haya podido imaginar. El cuerpo si bien es mi territorio, es la carne que palpita este pensamiento, también es un lugar donde todo constantemente se está disputando. No siento que el cuerpo sea un territorio ya ganado, todo el tiempo tengo que salir a poner en negociación lo que pasa en mi cuerpo con el mundo. Esto me parece importante porque en esa disputa o en ese campo de batalla yo tengo una ventaja: soy yo la que mueve ese cuerpo, soy la que puede o no poner en ese cuerpo ciertas cosas y a partir de esa fuerza me enfrento a ese territorio de batalla (no solo con el hecho de hacer una acción, sino también por el hecho de asumir expresiones de género). No solo estoy pensando en lo que yo quiero sino también en lo que pueden generar y voy negociando eso todo el tiempo, entonces, para mí esa es la definición más bella del cuerpo.
Salomé: Además de investigar el cine y el mundo audiovisual, también te dedicas al performance. Para mí el performance es súper catártico, tiene una función muy personal y a la vez me permite crear alteregos, cambios de identidad, ¿Cómo funciona este método para ti?
Analú: Realmente empecé a hacer performance sin saber que eso era performance, mi conexión con el mundo artístico ha sido accidental. Comencé a realizar acciones porque yo tenía mucha rabia con muchas cosas y necesitaba decirlas de alguna forma, para que la gente me escuchara. Los primeros que realicé eran muy charros porque hacía performance sola en mi casa, los grababa y después los mostraba. Necesitaba sacar, decir lo que pensaba, pero me daba miedo hacer acciones en el espacio público, porque la gente, en general, tiene reacciones muy violentas. Entonces, hacía videoperformance, pensaba en un video que pudiera expresar lo que sentía. Después comencé a tener más confianza y a trabajar en el espacio público. Primero en los museos, en los bares, en espacios públicos, pero que eran privados en algún sentido, por lo menos eran cerrados. Ahora trabajo en el espacio que llamo público-público, por esta razón la última experiencia generó bastante escándalo, porque fue realizada en una iglesia, un lugar donde realmente nunca quieren escuchar lo que les quiere decir el performance, reconozco esa acción como un performance y me parece importante nombrarla así.
El performance, como tú dices, me parece completamente catártico. Soy atea, he renunciado a la religión católica y a los pensamientos religiosos, pero realmente tengo ejercicios de espiritualidad constantes. El performance es un ritual que finalmente están buscando tramitar –en mi caso específico– algún dolor. No trabajo el performance desde la alegría, hago los rituales porque hay algo que me está doliendo mucho y las formas tradicionales o cotidianas no me bastan, cuando lo grito, cuando me desnudo hago performance, no sé si realmente sienta que me sana pero dejo de angustiarme tanto y eso finalmente es el performance.
Salomé: Para dar una introducción a lo que viene siendo tu proceso investigativo a través del performance, podrías contarnos ¿en qué consistió tu acción en el Salón Nacional de artistas, «Óbito Travesti»?
Analú: He trabajado el performance de una manera muy consecutiva, mi obra es una misma obra toda, son distintas exploraciones de una misma pregunta o distintas preguntas sobre una misma exploración. Hace un par de años realicé una acción llamada 269, no es un performance creado por mí, hace parte del movimiento antiespecista del mundo que consiste en una mímesis, como si tu cuerpo fuera el de una vaca (alguna de estas especies que se usan en la ganadería) marcarte con fuego en algún lugar público para intentar invocar empatía. No te duele que marquen a las vacas o los toros, pero cuando ves que me estoy marcando, te enfadas y piensas que estoy loca o te da tristeza, te da angustia cuando es tu especie y no cuando es otra. Esta acción abría dos posibilidades inmensas; por un lado, en la apuesta antiespecista ¿cómo hacer para que las personas se cuestionen sobre el dolor de otras especies animales diferentes a la humana? Por otro lado, en la apuesta trans, quería pensar algo diferente a lo humano, no quería quedarme pensando unos códigos de generalización del cuerpo sexuado (saber si es un cuerpo de un varón o una hembra). Como una fuga a eso pensé en la posición política de ser un animal salvaje que no le importa si es hombre o mujer, que no le interesa vestirse ni siquiera, con el tiempo decidí llamar a esas exploraciones “Travestismo Animal”.
Animalidad. Catálogo cortesía de la artistas. Fotografía por: Shara (@sharacg_). Catálogo Laboratorio. Museo de Arte Miguel Urrutia. Bogota Colombia. 6 de junio de 2019.
Travestirme de otra especie me permitía abandonar esos códigos sexuales, culturales e identitarios pero también para hacer un ejercicio de empatía con el resto de animales. En junio del 2019 tuvimos la posibilidad de viajar a Bogotá y realizar un laboratorio que se llamó Laboratorio Transhacker (el laboratorio fue conspirado por Platohedro https://platohedro.org/), en esa exploración me reuní con danzantes y comenzamos una exploración corporal sobre el travestismo animal. Una de las bases del performance es el dolor, usamos las inmovilizaciones que provienen de las prácticas sexuales no convencionales, que permiten inmovilizar partes del cuerpo de personas que están educadas en el movimiento, inmovilizarles su cuerpo para construir formas animales. Construimos el performance que se llamó Animalidad e hicimos un inventario de más o menos nueve o diez especies con fotografías y videos, nos preguntamos qué parte inmovilizaríamos, por ejemplo, para crear la figura de un delfín y cómo me movería para comprender ese movimiento del delfín o de cualquier otro animal.
Figura 2. Eunuca Posporno (2019). Óbito Travesti [Performance]. Bogotá: 45 Salón Nacional de artistas. Fotografía de Daniel Jimenez. [Imagen cortesía de la artista]
Realizamos otra exploración y con una de las personas danzantes generamos una especie que era una jirafa construida a partir de dos cuerpos humanos y cuando vi el registro de esta especie comprendí que ahí había algo que me llamaba la atención. Cuando regresamos a Medellín abrieron una convocatoria para performance justamente sobre animalidad y quisimos aprovechar que ya teníamos una especie con cuerpo, forma y movimiento. Allí nace “Óbito Travesti”, una construcción de esta especie ¿cómo nace? ¿Por qué existe? ¿Por qué está ahí? Decidimos llevar la experiencia personal que teníamos como pareja, ambas como personas disidentes de la norma sexual y de género, ambas encarnando lo femenino; lo femenino estaba muy presente, muy plumas, muy mariconas las dos, en el mundo gay es muy mal visto que se junten dos disidencias muy femeninas.
Figura 3. Eunuca Posporno (2019). Óbito Travesti [Performance]. Bogotá: 45 Salón Nacional de artistas. Fotografía de Daniel Jimenez. [Imagen cortesía de la artista]
Empezamos a investigar el concepto de “sororidad”, porque ha sido una estrategia del movimiento feminista para comprender que entre pares nos podemos apoyar; decidimos trasladar esa sororidad a las maricas y las travestis, en vez de todo el tiempo estar haciéndonos el tedio nos juntamos y nos hacemos más fuertes. Óbito Travesti era primero una reflexión por todos esos travestismos que tenemos (que a veces no llevábamos a cabo en lo público o que a veces nos dolían), pero también una reflexión sobre el papel de esa par que siempre nos está acompañando en medio de ese tránsito (nos está acompañando a la operación, nos está acompañando cuando un man nos violenta por ser lo que somos). Nos juntamos literalmente en esa figura que es una bestia, una jirafa, generábamos terror, nos volvíamos fuertes. Cuando estábamos solas teníamos cierta debilidad, pero juntas ¿quién contra nosotras? Óbito Travesti es una construcción interna de la bestia ¿qué piensa la bestia?, ¿cómo está constituida?, ¿de dónde viene?, ¿cuál es su sentido íntimo? Si bien la acción la hicimos en dos lugares públicos, fue un ejercicio muy íntimo.
Salomé: No podríamos dejar a un lado tu más reciente acción que ha sido La Peregrinación de la bestia, cuéntanos en qué consistió.
Analú: Después del Salón Nacional de Artistas, nos llegó una invitación del Museo de Antioquia para realizar una acción en el marco de Medellín a cielo abierto; entonces pensamos que esta bestia funcionaba entre nosotras dos, pero -como en el caso de la sororidad- esta bestia tiene más potencia si somos muchas; entonces, decidimos construir una bestia de todas las especies y sacarla a pasear al espacio público (en Bogotá se había presentado en la cinemateca, con un público muy específico). Quisimos poner la bestia en las calles donde la gente no se lo esperaba, donde no la quieren ver, pero -sobre todo- hicimos un desplazamiento, no se trataba solamente de poner la bestia en lo público, sino en los lugares donde normalmente nos han violentado, los lugares donde históricamente está el macho que nos grita, el que se ríe, el que quiere abusar de nosotras. Normalmente nosotras agachamos la cabeza y nos vamos, nos desplazan de los lugares donde históricamente las personas trans o maricas han habitado esta ciudad. Tenía la necesidad de cambiar la narrativa, la forma de habitar la calle, que no fuera desde el miedo, sino generar miedo.
Declaración de Analú sobre La peregrinación de la bestia. Vídeo cortesía de la artista.
Me interesaban dos cosas, primero, generar miedo a quien siempre nos genera miedo y segundo que fuera un ejercicio sanador o catártico para quienes habitamos esa bestia. La bestia se construyó a partir de una pregunta inicial que le empecé a hacer a colectivos trans y distintas activistas feministas maricas de acá de la ciudad: ¿De qué situación por ser marica o por ser disidente de esa norma heterosexual se ha generado dolor o tristeza y quisieras vengarte?Muy pocas veces nos preguntan por la venganza y yo creo que es un ejercicio bonito, especialmente, cuando no se devuelve con la misma violencia física contra la otra persona. Muchas de nosotras quedamos impotentes después de situaciones de violencia o de violencia sexual porque siempre nos dicen “tranquila, ya, supéralo”, pero cómo no decir, me da rabia, me duele que hayan accedido a mi cuerpo, que me hayan gritado, que me hayan hecho eso por no pertenecer a la norma heterosexual.
Registro de la acción La peregrinación de la bestia. Vídeo cortesía de la artista.
Traducimos nuestro miedo en un lenguaje que también generara miedo, que cuando nos vieran dijeran “ay jueputa”. Habíamos iniciado un laboratorio de danza contemporánea con distintas activistas de la ciudad; empezamos a construir todo esto, le trabajamos como dos o tres meses y luego lo pusimos en el espacio público con distintas características estéticas que generaran miedo. La gente le tiene mucho miedo al diablo, le tiene miedo a lo oscuro y a lo satánico (porque el pensamiento católico es demasiado hegemónico en nuestra cultura y la ha hecho temerosa). Nosotras usamos un poco eso sin hacer un ejercicio satánico, usamos eso para hacer públicas nuestras denuncias. Hicimos un audio donde se archivaban distintos dolores, donde le gritábamos a la gente que “éramos la bestia, maricas salvajes que salieron a cobrar venganza”. Haciendo referencia a las peregrinaciones de la iglesia católica, en las que estas personas se toman los espacios públicos, salen a gritarnos todo su odio y nadie les dice nada.
Figura 4. Eunuca Posporno (2019). La peregrinación de la bestia [Performance]. Medellín: Acciones Abiertas – Medellín a cielo abierto, Museo de Antioquia. Fotografía de Rossana Uribe. [Imagen cortesía de la artista]
Salomé: Me parece increíble que, por un tweet de un personaje no muy agradable, se haya generado tanta polémica.
Analú:La Peregrinación de la Bestia tuvo revuelo porque uno de estos católicos conservadores de nuestro país sintió miedo. Le dio miedo porque, según él, era un ritual satánico que promovía el paro nacional. Si bien no tenía relación con el paro, la acción cumplió su cometido: poder generar miedo a quienes todo el tiempo nos están generando miedo, a los señores de la guerra, a los que en cualquier momento nos pueden matar. Este ha sido mi recorrido en el performance, una construcción corporal individual que surge en un laboratorio en Bogotá y que adquirió cada vez más un carácter público, desde Óbito Travesti hasta La Peregrinación.
Salomé: Hay una última cosa de la que podríamos hablar, me gustaría que habláramos sobre el Manifiesto Trans-Animal que realizaste en conjunto con Val Trujillo. Hace poco lo leí y me pareció hermoso, ¿cómo podríamos hacerle ver a las personas que nosotras, las especies vivas no tenemos una jerarquía?, ¿hacerles entender que las demás especies animales no están por debajo, entender que somos la cosa más minúscula de este mundo?
Analú: Hemos llegado a realizar una reflexión que me interesa mucho mientras habito el mundo: ¿cómo hacer para que mi existencia no le genere dolor a nadie? Esto se ha llamado de muchas formas y, en mi experiencia tiene dos facetas: por un lado, es feminista cuando comprendo que el lugar en el que he nacido genera violencia sobre otros cuerpos para poder mantener ciertos privilegios; por otro lado, es animalista cuando comprendo que hay otras especies animales que sufren para que pueda vestirme y alimentarme de cierta manera. Estas dos reflexiones para mí han nacido del mismo problema, pensar esto en los escenarios activistas era muy raro. En los círculos feministas, por ejemplo, hablar de antiespecismo era algo casi incomprensible, no tenía sentido, porque la lucha era contra las jerarquías que genera el sexismo, el patriarcado. Al llegar a un círculo antiespecista que es profundamente radical en sus prácticas (buscan, por ejemplo, el origen de todo para no consumir nada que provenga de animal), puede verse que en la estructura organizativa de estos colectivos -en la mayoría de los casos me atrevería a decir- hay un varón heterosexual que es el que dice cómo se van a generar las acciones y sigue existiendo una división de roles, como si las reflexiones feministas no pasaran por ese espacio. Las violencias se ejercen en los dos campos (hombre y mujer, humano y no humano), por fortuna, fui conociendo personas que también tenían estas ideas en mente, eso no significa que quisiera que tuviéramos un pensamiento ortodoxo; pero ambos lugares eran muy incómodos (los antiespecistas más que los feministas). Al juntarnos pudimos gritarle al mundo: ¡Ey, para nosotras estas dos cosas no están separadas! Hacen parte de una misma forma de pensamiento, de un mismo ejercicio de la violencia en el planeta y queremos ponerlo en discusión. De ahí nace el Manifiesto Trans-Animal, como un llamado para poner el tema en discusión.
Salomé: Muchas gracias por todo, siempre es un placer tener la oportunidad de hablar contigo.
Analú: Para mí también, además porque parece más una conversación que una entrevista. Siempre es un gusto hablar de estos temas.
Analú Laferal
Artista del proyecto Eunuca, Politóloga y Magíster en Estudios Culturales y Artes Visuales (perspectivas feministas cuir/queer). Acaba de finalizar una investigación sobre la representación de los tránsitos no binarios en el cine latinoamericano. Sus enunciados están trazados por las exploraciones en torno al poder y su relación con la especie, el cuerpo, las identidades de género, las sexualidades y los feminismos disidentes. Travesti herbívora, desde el performance y las herramientas audiovisuales, explora las potencias y los límites del travestismo animal como una estrategia posidentitaria de desgenerización.
Muchas personas piensan que tengo una vida perfecta, esto es absurdo porque la perfección es inalcanzable. En ocasiones me he sentido mal e impotente por aquellos que no lo entienden. Ellos son quienes se encargan de crear un modelo de vida que solo se sustenta en la apariencia, ciertos aspectos de la vida se convierten en una «ficción», cumpliendo todo lo que socialmente se ha impuesto como “bueno”. Se supone que cada uno de nosotros debe tener una vida llena de alegría, paz, tranquilidad, cosas que aparentemente asimilamos para mantener el control y la cordura. Es como si fuera un sueño, en el que se quisiera estar ensimismado y cuando se despierta la realidad es otra. Casi nadie nunca nos habla de qué es lo que hay qué hacer para poder llegar a cumplir a “plenitud” esta vida buena, nadie nos dice que esto no es tan fácil como parece. Mucho menos, nos enseñan a reírnos de nuestras tragedias, cuestión que sí podemos aprender en los memes.
Figura 1. Estoy teniendo un año doloroso [Meme de Pharrael Williams]
La vida es un bucle constante de tragedias. A nadie se le puede negar que la tragedia está presente en todo. Hay tragedias absurdas, unas las he vivido a causa de mi torpeza, como aquel día en que se me resbaló la pizza de las manos (no tenía dinero para pedir más comida) y justo cayó en la parte del queso.
Figura 2.Tragedia absurda [Meme]. Disponible en plandyland.net
También hay tragedias mucho más difíciles de vivir como el duelo o la muerte. Esta palabra es compleja, uno la menciona y la gente se horroriza, por eso hay que hablar de ella. Porque a fin de cuentas esto no es la cosa del otro mundo, solo hay que aprender a asumirla «sin pesar alguno». Los artistas sabemos lidiar muy bien con esto. Es muy curioso que sepamos llevar las ideas a tal punto que sean funcionales ante un público. Sabemos convertir la palabra en imagen. Hasta el momento no conozco el primero o la primera que no haya tenido que pasar por algún tipo de crisis y no haya sacado un resultado creativo a partir de ella. En este campo artístico hay muchas maneras de expresar este concepto. La existencia misma es trágica y cruel, entonces, ¿por qué no sacar provecho de eso?
Figura 3. No quiero que me tomen en serio [Cómic].
Hay muchos caminos para trabajar la tragedia cuando uno es artista. Me imagino una serie de derivas, a lo menos hago una selección porque se podría decir que son infinitas. Aquellas con las que generalmente más me identifico, parten de experiencias personales, que al tiempo se convierten en impersonales porque yo no soy la única que ha experimentado estas sensaciones. Para mencionarlas muy someramente son: la muerte, la ausencia, el vacío y la inconformidad. Probablemente surjan muchas más y esto es solo una pequeñísima parte de lo que pienso a la hora de producir.
Figura 4. La vida es un absurdo [Meme].
Estas cuatro bases son mis premisas, pero generalmente no son mis resultados. Cuando hablamos sobre estas problemáticas no necesariamente debe ser literal, porque para qué entregarle al espectador o espectadora todo ya meticulosamente pensado, sí él o ella también puede razonar por sí mismo o sí misma. Es darles la oportunidad de crear su propia ficción a partir de esa creación.
Figura 5. Decidiendo con qué voy a estar triste hoy: mis traumas infantiles, mi cuenta bancaria, mi salud mental, mi peso, etc.[Meme]
Soy una de las más pequeñas en mi familia, es decir, la más joven. Ellos creen que soy fuerte y que tengo muchísima energía. De alguna manera, soy el reflejo de la «estabilidad emocional» que necesitan, no puedo decepcionar a nadie. Tristemente esto también es una apariencia que todos nos hemos creado para mantener un equilibrio, pero no es del todo cierta. Creen que porque tengo un carácter fuerte, tengo la valentía de asumir todos mis problemas.
Figura 6:Gatito valiente [Meme]
Como artistas también nos hemos encargado de crear estas ficciones, todos sabemos que no somos tan estables como lo pueden aparentar nuestras obras. Los mismos medios de comunicación, gremios o colegas se encargan de crear historias que nosotros ni sabíamos que existían.
Figura 7. Andersen, S. (2018). Artista en los medios [Tira de cómic].
Nuestra estabilidad emocional y creativa es como una montaña rusa. Llena de adrenalina, temor, y muchos altibajos. Cuando estamos empezando a crear una idea, todo está perfecto, creemos que ha sido lo mejor que hemos hecho hasta el momento, luego llega la etapa de la frustración, esa creación se estanca en medio de todo y, a veces, se queda mucho tiempo ahí. Por último, cuando ya creemos que está lista, nos quitamos un peso de encima. Ser artista es muy agotador.
Figura 8. Anderson, S. Mi autoestima [Cómic]
La tragedia parte de un punto muy particular que es una sensación o acontecimiento que luego se expande a lo universal porque hay un punto de encuentro entre las personas y esa particularidad. Todos sabemos que nuestra vida no le interesa a nadie y mucho menos se preocupan por ella. Cada quien está muy ocupado tratando de arreglar sus problemas, pero nadie se da cuenta que todo esto se trata de un asunto colectivo: todos estamos intentando superar nuestras crisis. Por esto, es que hay que considerar a la tragedia como un baile, una pseudocomedia, algo dinámico que ayuda a superar lo pasado.
Figura 9. Lo que yo siento, lo que a los otros les importa [Meme diagrama de Venn].
Muchos me tratan de exagerada o dramática por estar hablando de mis situaciones dolorosas de manera muy abierta. Pero siento que a veces es necesario, tampoco uno tiene que sobrepasar el límite de la «vida privada», solo con revelar un par de detalles es suficiente para dejar eso a un lado y superar situaciones cuya descripción más extensa causarían un hueco gigante en nosotros. La tragedia es algo muy normal, además, ¿quién no se reiría de las desgracias del otro? Nadie puede negar que en algún momento se ha burlado de alguien que se tropieza o realiza una acción que uno sabe que es absurda.
Figura 10.Monsters Inc. Musical [Meme]
El arte funciona como un método catártico para sanar los dolores, funciona como una terapia para no caer en pensamientos, que en este caso, puedan llegar a hacerme daño. Finalmente es esa cura, que permite el desahogo de todos los males. Así mismo la tragedia es esa que anuncia todo lo que parece ir en picada hacia un lugar inesperado, le enseña a una a reconciliarse consigo misma.
Figura 11. Ansiedad [Memes]
Académicamente todo lo mencionado hasta el momento es llamado como lo “autobiográfico” o lo “autorreferencial”. Y aunque parezcan iguales, no lo son. La una narra la vida del artista y la otra expande esa narración a algo tan supremamente general que se llega a comprender que se comparte esa experiencia con el otro. Se vuelve algo dinámico, empático o interactivo. Hacer parte del mundo del arte tiene que ver con tener el valor de hablar en público sobre estos temas que quizá otros no se atreven a mencionar. A veces odio ser artista, la alta sensibilidad ante todo me afecta mucho emocional y mentalmente, pero no puedo dejar de serlo, es como si esto se me hubiese convertido en una adicción. La tragedia se me ha convertido en un estilo de vida.
A manera de conclusión, realicé una pequeña definición de la tragedia.
Figura 12. Hincapié, S. (2019). Mi definición de tragedia. Manizales. Cortesía de la autora