ESTO NO ES UN MAGRITTE. Sobre “Esto no es una pipa” de Colectivo Paramédicos

THIS IS NOT A MAGRITTE. About «This is not a pipe» by Colectivo Paramédicos

Duván Andrés Sánchez García

Estudiante Artes Plásticas | Universidad de Caldas|duvan.11911294@ucaldas.edu.co

Figura 1. Colectivo Paramédicos (2019). Esto no es una pipa. [Video arte]. Cortesía del Festival Internacional de Arte Contemporáneo.

¿Cómo describir una obra que, de entrada, desde el título, nos dice que no es lo que uno pensaría a primera vista? De la infinidad de cosas que podría ser solo hemos descartado una, sin embargo, el reto que se nos plantea no es descubrir qué otra cosa será, sino por qué no es lo que vemos. Pero vamos por partes, que no pretendo hacer filosofía barata. Hace un año, para la quinta versión del Festival Internacional de Arte Contemporáneo de Manizales, el Colectivo Paramédico presentó Esto no es una pipa, valiéndose de un vídeo en el que se describen los componentes y el funcionamiento de una serie de dispositivos que, aun variando en materiales y diseño, cumplían una misión bien específica: extraer THC para ser fumado. Bien pude ahorrarme unas cuantas palabras diciendo simplemente que el colectivo se ha ingeniado formas alternas de construir pipas, pero es que sobre la obra pesa un título problemático, y no solo el título sino también la idea de otra obra homónima, más famosa y discutida, creo no equivocarme al decir que, como fue mi caso, la pintura de Magritte es lo primero que se le viene a la cabeza a quien se plante frente a la pieza que nos ocupa en este ensayo.

Figura 2. René Magritte (1929). La traición de las imágenes. [óleo]. Museo de Arte del Condado de Los Ángeles.

El Colectivo Paramédico [1] parte de la obra del conocido surrealista, pero hay un punto en que el sentido diverge, toma otro rumbo que uno intuye, desconcertado en cierto punto porque las (no)pipas del colectivo no son como la (no)pipa de Magritte. ¿Cómo decir que algo es o que no es? Es el mismo problema en ambos casos, pero cada obra presenta sus dificultades: Magritte se pregunta por la representación que nos hacemos del objeto, por cómo lo entendemos y de cómo nuestra comprensión del mundo se cimienta, engañada, en palabras y retóricas pobres, aceptadas de primera y, por lo tanto, en muchos casos, llenas de inconsistencias, incapaces de traducirnos el mundo. Ante estas falencias de la inteligencia hacemos uso de las imágenes, cuya función originaria era hacer presente lo que se mostraba (de allí las exigencias de fidelidad al modelo que durante tanto tiempo rigieron el mundo del arte). Pero tampoco basta con ellas, la representación no es su modelo, ni imagen ni palabra nos permiten abarcar el objeto y, ante esta incapacidad de aprehenderlas en la conciencia, las cosas mismas se nos escapan y tenemos que conformarnos con traducirlas, con imaginarlas. Magritte, como desentendido, zanja la cuestión con un “¿Quién puede fumar la pipa de mi tela? Nadie. Entonces, no es una pipa”. Y aquí radica la principal diferencia entre ambas obras, lo que me hace decir que las no-pipas son diferentes entre sí: las del Colectivo Paramédico, diseñadas por Samuel Rojas, son perfectamente prácticas, quien quiera puede fumar de ellas.

Además, estos aparatos son diferentes no solo de la pipa de la pintura, sino de las que rondan por ahí, de mano en mano y en la cabeza de la gente menos afín a eso de fumar (pues supongo que los más empedernidos tendrán mayor variedad de pipas en mente). En total fueron desarrollados seis de estos dispositivos: el vídeo presentado en el FIAC está dividido en seis y para cada modelo contamos con un clip que nos muestra un esquema de su diseño, una suerte de ficha técnica que nos comunica nombre, dimensiones y materiales de construcción; tras esto hay un montaje del dispositivo siendo ensamblado y, por último, una toma de un personaje (diferente para cada caso) ataviado con cierta indumentaria y luciendo su no-pipa. Por ejemplo: está el mini Cartucho, modelo VP4mC, que no recuerda precisamente a una pipa, sino a una pistola. Para dejar esto aún más patente John Chaves y Andrés Moreno, directores de arte del proyecto, no se contentan con la mera semejanza formal, hacen que quien sostenga el pequeño extractor de THC portátil sea un vaquero enmascarado, un forajido con antifaz y caballo. Así es, con caballo y todo.

Otro de estos geniales artilugios -sí, geniales, hay que reconocerlo, porque no son simples tapitas de lapicero con un pedazo de aluminio- es la Pistola bong, modelo VP2P, que, siguiendo con eso de las semejanzas por la apariencia, luce como una especie de escopeta corta, que no dispara balas sino una humareda increíble. Quién sostiene este aparato no es ya un vaquero, ni un asaltador de bancos, sino un sujeto que lleva puesto casco y armadura moderna que a tanta gente le recuerda cierto poder represivo y autoritario, que convierte al humo en gas insoportable. Luego vemos, de mano de un hombre que lleva puesto un traje quirúrgico el Botiquín primeros auxilios, modelo VP1X, artilugio que llena de humo una bolsa de aquellas con que se hacen trasfusiones, conectada a su vez a una mascarilla para anestesia que, visto de cierto modo, al fin y al cabo, cumplirá su función de anestesiar (no puedo negarme a mencionar lo gracioso y oportuno que se torna el nombre del colectivo en esta parte del vídeo, en tanto la raíz «para» señala que iría al margen y en contra de lo médico). A la Marimba a la lata (su carcaza está hecha de hojalata), modelo VP3L y a los TraBitron RX2 y RXW les dedico una carcajada que soy incapaz traducir en texto, pero no de mala fe, sino una genuina risotada llena de complicidad, que me parece a mí el mejor cumplido para esos nombres tan geniales.

Figura 3. Colectivo Paramédicos (2019). Esto no es una pipa. [Video arte]. Cortesía del Festival Internacional de Arte Contemporáneo.

Volviendo un poco a Magritte: si bien su pintura de una pipa lucía como tal, era por completo inutilizable. Su imagen corresponde a la figuración mental que uno se hace de ese artilugio y bien puede uno llamarla con el nombre de pipa, pero Magritte nos dice que, en el fondo, no pasa de allí, de las meras evocaciones. En el vídeo de Kiran Fernandes (realizador audiovisual del proyecto) se nos presentan no pipas sino otra suerte de elementos: una pistola, un mini cartucho, un kit de primeros auxilios. Siguiendo la lógica de lo que he escrito bien podría referirme a ellos como no-armas, no-herramientas, y la verdad es que también podría, a riesgo de evitarle toda esta reflexión al que no haya visto la obra, el “no” a su título, pues la obra es prueba bien lograda de que se puede aprehender la esencia del objeto incluso, y justamente, renegando de las herramientas de que nos habíamos servido para intentarlo: la semejanza de forma y la correspondencia con la palabra. Toda resignificación de los objetos y las circunstancias (por no decir de las ideas) corresponde a un ansia de oposición, a una propuesta de cambio de rumbo: Magritte sugirió nuevas miradas metafísicas, los chicos del colectivo paramédico nos lanzan en la cara un nuevo mapa, ¿Qué valores oponer a la tiranía? ¿Cuál es la mejor medicina, la mejor arma y la mejor música?  Yo creo que está muy clara la respuesta, tan clara como verde, y creo también que valió la pena el sacrificio de Prometeo, gran benefactor de esta pobre humanidad: nos dio el fuego y ya con este y pipa en mano hicimos maravillas, o si no que les pregunten a los muchachos del colectivo Paramédico.


Notas: El Colectivo Paramédicos está conformado por John Chaves, Samuel Rojas, Kiran Fernandes y Andres Moreno Hoffmann, «El Colectivo Paramédicos desarrolla su propuesta en artes electrónicas bajo los principios del Low-Tech, el reciclaje, el hacking y la videoinstalación entorno al consumo de cannabis, de arte como objeto y de la publicidad como canal. – Conceptualización

Como citar:

Sánchez, D. (2021). Esto no es un Magritte. Sobre “Esto no es una pipa” de Colectivo Paramédicos. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 1(4). Disponible en: https://portalerror1913.com/2021/08/17/esto-no-es-un-magritte/

Fecha de recibido: 5 de noviembre de 2020 | Fecha de publicación: 6 de noviembre de 2020

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144X

        

        

                                           

EL ÓLEO TRAS EL CELULOIDE: Las artes plásticas en el cine

The oil painting behind the celluloid. The plastics arts in the cinema

Por: Duván Andrés Sánchez García

Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas

duvan.11911294@ucaldas.edu.co

Figura 1. Villeneuve, D. (2017). Blade Runner 2049 [Fotograma película]. Los Ángeles: Dolby Theatre

Quien lleve un tiempo consumiendo ciertos productos de los que nos ofrece la cultura (música, cine o literatura), se habrá topado más de una vez con felices coincidencias, con cineastas y artistas que, en su vida privada, resultan ser amigos íntimos. Luis Ospina y Andrés Caicedo, Robert Mapplethorpe y Patti Smith, Bioy Casares y Fito Páez, todos ellos artistas que se han rodeado de otros artistas, de personas que, alguno pensará, se desempeñan en labores creativas que poco tienen que ver con las suyas propias: directores de cine que traban amistad con escritores, músicos, fotógrafos y novelistas. Como los ejemplos mencionados hay muchos otros, y si se mira con un poco de detenimiento la producción de estos artistas, la idea de que poco tuviesen que ver, por ejemplo, los cuentos de uno con los documentales de otro, comienza a parecer ingenua. Lo cierto es que, en tanto compartían vivencias, intereses filosóficos o estéticos y discutían sobre ello (la mayoría de los amigos suelen hacer esto, ¿no?) se veían influidos por los pensamientos ajenos y a su vez, influían sobre los otros.

Un ejemplo claro de esto, es la obra de André Breton que contribuyó enormemente a la creación de un movimiento literario. Pero las artes son tantas (incluso hay debates sobre el “décimo arte”) y tan numerosas las influencias entre unas y otras, que sería un despropósito no dedicarles, por lo menos, un libro entero. Así que, en este ensayo, debido a su extensión, se discutirá tan solo una relación muy específica, pues, tal como sucede con la música y la pintura (recordemos al arte abstracto), las artes plásticas han influenciado grandemente -y en más de una forma- al séptimo arte, que tiene tanto impacto cultural en nuestros días.  

Dicho esto, puede preverse que se tratará un término muy mentado últimamente: el de intermedialidad, entendida como la realización de actividades y productos, frutos de la interdisciplinariedad (otra palabra muy usada, esta vez en los ámbitos académicos) entre distintos campos artísticos y culturales, fracturando en muchas ocasiones los límites entre una y otra disciplina. En cuanto a la mencionada intermedialidad, bien dijo Kandinsky:

“Paulatinamente, las diferentes artes se disponen a decir lo que mejor saben decir y por los medios que cada una de ellas posee exclusivamente. A pesar de, o gracias a, esta diversificación, las artes nunca estuvieron tan cerca las unas de las otras en los últimos tiempos, como en esta hora última de cambio de rumbo espiritual.” (Kandinsky, 1970, p. 49)

El material de referencia aquí usado es una edición de los años setenta de la Colección Labor, pero se ha de aclarar que el manuscrito de Kandinsky fue terminado mientras corría el año 1910, y no se pase esto por alto pues nos sirve para dimensionar cuánto tiempo lleva gestándose esta tendencia de la intermedialidad. Si hasta 1910 las artes no habían estado nunca tan cerca, ahora los límites parecen incluso difusos, como suele ocurrir al intentar diferenciar el videoarte de los cortometrajes y la producción cinematográfica, las relaciones se hacen cada vez más palpables. Para empezar, antes de meternos de lleno en la pintura y la plástica, ha de mencionarse que está claro que parte fundamental de una película son sus fotogramas. ¡Vamos! que podríamos decir que a una película la conforman (entre otras cosas, por supuesto) un montón de fotografías colocadas una tras otra; así pues, la relación entre cinematografía y fotografía, lejos de resultar extraña, termina siendo evidente, hasta natural.

Ahora bien, si el más que importante papel que desempeña la fotografía dentro de una película es bastante claro y comprensible, no sucede así siempre que se quiere relacionar al cine con las artes plásticas. Hay, sin embargo, un par de estas relaciones, y me permito mencionarlas:

(i) El artista como tema. Quizá la primera influencia que se nos puede ocurrir, que la pintura ejerce sobre el cine, sería la referente al tema: usar la vida de un artista reconocido como trama para una película, lo que llamamos película biográfica: Mr. Turner (2014) o Loving Vincent (2017) son ejemplos de este tipo de biopics, con el agregado de que, en estas dos películas, se valen del estilo de cada pintor para generar atmósferas y representar los rasgos característicos de sus respectivas búsquedas estéticas.


(ii) El arte como un estudio de atmósfera. Ciertos directores, para la realización de películas de época, se valen de los cuadros de género: estudios del vestuario, del mobiliario y los paisajes urbanos. Ejemplos recientes de esto pueden apreciarse en La favorita (Lanthimos, 2018), nominada a mejor película en los premios Oscar del año pasado (2019), que se luce en aspectos como el diseño de vestuario. En otra película, quizá no tan aclamada, Lady Macbeth (ver figura 2), no solo se retratan con precisión los elementos visuales que nos sitúan en cierta época, sino que, muy al estilo del pintor simbolista Vilhelm Hammershoi, se hace uso de la luz y del color para generar atmósferas que le despierten al espectador tal o cual sensación.

Figura 2. Oldroyd, W. (2016). Lady Macbeth [Fotograma película]. Toronto: Toronto International Film Festival.)
Figura 3. Casas, R. (1899). Joven decadente [Pintura al óleo]. Barcelona: Museo del Monasterio de Montserrat.

Sin embargo, las artes plásticas aparecen de un modo más sutil en la elaboración del cine (lo cual resulta más interesante). Podría seguir mencionando algunas relaciones más, pero en ese caso el presente escrito se convertiría en algo no muy distinto de una lista o un sumario de parecidos, nada más lejos de la intención de quien escribe. Así pues, llevemos el texto a su rumbo pertinente sin más dilaciones: el hecho de que el cine, de una u otra forma, se ha convertido en una nueva manera de realizar imágenes: las nuevas pinturas. No se trata tan solo de una correspondencia de temas o del uso de una estética propia de un artista para, a manera de film didáctico, darlo a conocer; sino que, como lo menciona Taratuto, los cineastas: “toman elementos [de las artes plásticas] para trabajar la composición del cuadro, para encontrar la forma de crear profundidad de campo, para el manejo dramático de la luz, (…) y otros elementos fundamentales en la creación de la imagen.” (2017, p.155). En tanto los fotogramas de una película y un cuadro del neoclasicismo, por poner un ejemplo, son ambos imagen, compartirán algunos métodos a la hora de ser creados. Por esta razón, Pablos Pons, afirma que: “la manera de encuadrar un plano fílmico sigue las mismas reglas que la pintura al tratarse en ambos casos de una representación bidimensional” (citado por Taratuto, 2006, p. 155). Y las “nuevas pinturas” a las que hago referencia no son tan solo los homenajes a cuadros famosos que hacen ciertos directores en sus películas, sino los fotogramas completamente nuevos de cada film, “capturas” enteramente bellas por sí mismas, nuevas composiciones fruto de las manos de artistas que, en última instancia, no tienen tanto que envidiarles a los antiguos maestros de la pintura.

Ya que se toca el tema del encuadre en las obras de las artes plásticas como precursor del encuadre cinematográfico, por decirlo de uno u otro modo, me permito irrumpir en el discurso para plantear un sencillo ejercicio: al ver una película en que podamos percibir cierto valor estético, pausémosla (si es posible) y percatémonos si la toma en que quedó parada la acción es o no pictórica (un ejemplo se puede ver en la figura 1). Más allá del gusto personal, la invitación es a percatarnos si usa acertadamente ciertos elementos compositivos, si consigue un equilibrio visual y si nos conmueve. Si la respuesta es sí, es muestra del cuidado que ha debido tener el director de fotografía.

Ante este escrito, que bien podría pasar por una oda a la intermedialidad entre las distintas artes, no faltará alguien que, junto a Baudelaire, me llamaría disperso y proclamaría con desdén que: “Los ensayos de medios contradictorios, la intrusión de un arte en otro, la importación de la poesía, del ingenio y del sentimiento a la pintura, todas estas miserias modernas son vicios propios de los eclécticos” (2005, p. 162). Y lo diría, no sin motivo, arguyendo que quien mucho abarca, poco aprieta. Pero esta sería una visión equívoca del sentido de este ensayo: no se quiere dar a entender, en última instancia, que la maestría de un artista consista en la cantidad de áreas en que pueda desempeñarse (confusión que podría surgir de la lectura del primer párrafo), sino que resulta imposible soslayar la gran influencia que unos artistas representan para otros, más en nuestra época en que las películas hacen referencias y toman elementos de otras, en dónde múltiples guiños y homenajes pueden verse por doquier. Y estas influencias no son, como quién dice, intrusiones de quien carece de talento en su oficio, sino que pueden verse como un aspecto consecuente y positivo: más que contaminar, lo que hacen es enriquecerse las unas a las otras. Y no quedarse allí: ir a la búsqueda de bellos planos en las películas que veamos, de homenajes a cuadros famosos y de magistrales y novedosas composiciones. Hemos de preguntarnos, entonces, por la injerencia cultural de las artes plásticas y prestar atención para poder percatarnos de su gran importancia, de cómo permea las demás artes y se enriquece de ellas.


Referencias

Armada. J-I. (2015). Arte y literatura en el cineasta José Luis Borau, hacia una estética total. Universidad Complutense de Madrid.

Baudelaire, C. (2005). Salones y otros escritos sobre arte (3 ed.). La balsa de la medusa.


Casas, R. (1899). Joven decadente. [Pintura]. Disponible en: https://historia-arte.com/obras/joven-decadente

Kandinsky. V. (1970). De lo espiritual en el arte. Colección Labor


Oldroyd (2017). Lady Macbeth [Fotograma de Película]. Disponible en: https://jff.org.il/en/movie/9910

Solórzano. F. (2018). Cine aparte: Lady Macbeth. Letras libres. Taratuto, P. (2017). La influencia de la pintura en el cine: una herramienta para el diseño de la imagen como proceso metodológico. [Memorias congreso. Reflexión Académica en Diseño y Comunicación NºXXXII Vol. 32]. Universidad de Palermo. Disponible en: https://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libro=649&id_articulo=13564

Villeneuve, D. (2017). Blade runner 2049 [Fotograma de película]. Disponible en: http://revistaiconica.com/blade-runner-2049/


Como citar:
Sánchez, D. (2020). El óleo tras el Celuloide: las artes plásticas y el cine. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo. 1 (2).  Disponible en: https://portalerror1913.com/2020/06/22/el-oleo-tras-el-celuloide 

Fecha de recibido: 20 de mayo de 2020 | Fecha de publicación: 22 de junio de 2020

Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.

ISSN: 2711-144X