Category / Crítica de Arte
Protegido: GARRIC Y MONUMENTO A LOS MATACHINES
¿FUMAR O AMAMANTAR? DESEO FEMENINO Y PENITENCIA. Sobre «La Caida» de Ana Blandón y María Fernanda Mora
The Fall: The first was the cause, the second was the effect.
Por: Mariaclara Carmona Caraballo
Estudiante de Artes Plásticas | Universidad de Caldas | maria.carmona30061@ucaldas.edu.co

Figura 1. Blandón, A. (2025). Desobediencia. [Acuarela sobre papel] 20x30cm. Fotografía cortesía del artista.
La exposición La caída, realizada por las artistas plásticas Ana Blandón López y María Fernanda Mora, fue inaugurada el 23 de mayo de 2025 en Cebolla Estudio (Manizales), un espacio cultural donde se llevan a cabo diversos talleres, conversatorios, muestras artísticas, subastas, entre otros eventos.
La exposición constaba de diez piezas, entre las que se encontraban pinturas hechas con técnicas como la acuarela y el óleo, además de una instalación compuesta por una silla que poseía en su espaldar, a la altura de la cabeza, un par de pechos realizados en cuero, con la medida perfecta para que el espectador se recostase y, con sólo voltear la cabeza, pudiese fumar al succionar los pezones. Esta pieza hace referencia al acto de ser «amamantado». Pero, ¿por qué amamantar? ¿Por qué fumar de un pecho? ¿Por qué llamar a la exposición La caída? En el texto curatorial de la muestra se podía leer:
«¿Y si el Edén nunca fue un lugar, un espacio, sino alguien…?
una mujer.
Las piezas exploran la construcción simbólica de la mujer como un ser desobediente, ingrato y rebelde, cuya autonomía y deseo han sido condenados -desde lo divino- al dolor, la sangre y el parto. Así, aquello que fue castigo se convierte también en el origen de la vida misma; nuestro propio nacimiento.» (Blandón y Mora, 2025)
La caída aborda temas como el pecado, la maternidad y la sexualidad de las mujeres. Por años se ha percibido la sexualidad femenina como una muestra de desobediencia, que -según la Biblia- acarrea un castigo, por esta razón el proceso de maternar se convirtió en algo doloroso. Todo comienza con el pecado original: cuando Eva come del fruto prohibido se convierte en símbolo de debilidad moral y desobediencia, así se transforma al cuerpo de la mujer en una fuente de pecado y desorden, inculcando históricamente en las mujeres la culpa por manifestar su deseo sexual. Y con la culpa llega el castigo.

Figura 2. Exposición La caida. (2025). Cebolla Estudio.
Reza el versículo bíblico, en el que Dios se dirige a Eva luego de que hubiera abandonado el Edén: “Multiplicaré en gran manera los dolores de tus preñeces, con dolor darás a luz los hijos, y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” (Génesis, 3:16). La frase: “tu deseo será para tu marido” implica una reducción del cuerpo de la mujer a un mero objeto a disposición del placer masculino. Lejos de dignificar nuestra sexualidad, el relato nos obliga a ser sumisas, a reprimir y asumir el dolor de dar a luz como castigo por el hecho de ser mujeres. La penitencia de Eva se convierte en la voz enjuiciadora de muchas mujeres que asocian el deseo con la vergüenza.
Es así como se genera una dicotomía alrededor de la sexualidad de la mujer: por un lado, se tiene a la madonna y, por el otro, a la prostituta, simbolizadas en este caso por la Virgen María y Eva respectivamente. La primera representa la mujer ideal: casta, sumisa y maternal; la segunda encarna a una mujer histérica, sexualizada, desobediente y pecadora. Este concepto niega a la mujer como un ser en el que pudiesen coexistir el deseo y la pureza: se nos obliga a elegir entre la santidad y el pecado.
Ahora, después de discutir un poco la sexualidad femenina, vale la pena hablar sobre la maternidad, consecuencia bíblica del pecado, indagando en una de las pinturas de Maria Fernanda Mora titulada: Perla, pieza sobre la que escribe las siguientes palabras en su portafolio:
«Las perlas son utilizadas
comúnmente como una
romantización del dolor, para
estas formarse, las ostras deben
sufrir un trauma físico, y en
respuesta , sus cuerpos crearán
una perla para protegerse.
la alegoría del bebé como perla
nace de la idea de ese trauma
compartido entre madre y bebe,
el dolor heredado, pues quizás la
maternidad es el acto más
desesperado en contra de la
soledad» (Mora, 2025)

Figura 3. Exposición La caida. (2025). Cebolla Estudio.
Pero ¿Qué tiene que ver el acto de fumar con el amamantar y la maternidad? Según Freud, los bebés experimentan el mundo a través de la boca y el acto de ser amamantado no sólo alimenta, sino que brinda calma y seguridad (1972). En ese sentido, el pecho no sólo es fuente de nutrición, sino de seguridad emocional y afecto. Ahora bien, siguiendo tal lógica, el acto de fumar, que también consiste en succionar, se convierte en una búsqueda inconsciente de volver a ser amamantado, deseando saciar la ansiedad y retornar a la calma.
La caída nos enfrenta a las tensiones históricas entre maternidad, deseo y redención. La exposición no sólo cuestiona la imposición binaria que se nos ha hecho a las mujeres, sino que también evidencia cómo estos arquetipos siguen limitando la forma en que las mujeres vivimos nuestro cuerpo y deseo. Obras como Perla revelan la maternidad como una experiencia ambivalente, atravesada por el dolor, la herencia emocional y el deseo profundo de conexión. La instalación que combina el acto de fumar con el de amamantar sugiere un retorno simbólico al origen, a esa necesidad humana de afecto y calma que comienza en el pecho materno. En este sentido, La caída no se presenta como un castigo, sino como una oportunidad para mirar de frente nuestras fisuras y resignificarlas.
Referencias
Freud, S. (1972). Ensayos sobre la vida sexual y la teoría de las neurosis. Luis López-Ballesteros (trd.). Alianza Editorial.
Mora, M.F. (2025). Portafolio artístico. Documento no publicado .
Cómo citar:
Carmona , M. (2025). ¿Fumar o amamantar? lo primero fue la causa, lo segundo fue el efecto. Sobre: «La caida». Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 5 (9). Disponible en: https://portal-error-1913.com/2025/10/14/fumar-o-amamantar/
Fecha de recibido: 30 de mayo de 2025 | Fecha de publicación: 13 de octubre de 2025
Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.
ISSN: 2711-144
SAMAY: EL ALIENTO QUE NACE DEL CORAZÓN EN LA OBRA DE ELIANA MUCHACHASOY
Samay: on the work of Eliana Muchachasoy
Por: Sofía Gañán Betancur
Ēbēra Wērā (Territorio ancestral San Lorenzo, Colombia)
Estudiante de artes plásticas | Universidad de Caldas | sofia.ganan10143@ucaldas.edu.co

Figura 1. Muchachasoy, Eliana. (2023). Samay: Un soplo de vida [Acrílico sobre lienzo]. Sibundoy, Putumayo: Galería de arte Benach.
Hoy quiero saludarles expresando mi gratitud y, sobre todo, mi reverencia a la vida, al cosmos y a la madre creadora, dadora de vida y luz. Una, dos y tres veces gracias a la puntada que me ha traído al presente de este tejido. Quiero empezar, como lo hago siempre, pidiendo permiso a este espacio-tiempo y a cada una y uno de ustedes. Les escribo desde las abuelas, las parteras, las madres, las tejedoras, las naciones que habitan en mí; desde la inquietud constante que corre por mi sangre y palpita en mis manos, ofrendando cada palabra a quienes fueron, son y serán.
En el majestuoso Valle de Sibundoy, donde la tierra respira en un susurro ancestral, surge la obra Samay Un Soplo de Aliento, una creación de Eliana María Muchachasoy Chindoy. Su arte no es solo pigmento sobre lienzo: es un grito de resistencia, un clamor por la defensa de un territorio sagrado, un homenaje a la vida que florece en cada rincón de esta tierra que habla en colores y formas. Ella, como mujer indígena, porta una herencia rica y compleja, convirtiendo su paleta en un vehículo de reivindicación y amor por su pueblo.
La palabra Samay, que en quechua significa “aliento”, se transforma en un símbolo de lucha y esperanza, en un mundo donde los territorios ancestrales son amenazados. Al contemplar la pintura se percibe una danza entro lo humano, lo natural y lo espiritual. Cada trazo es un acto de resistencia, cada color es un grito de vida que se opone a la desarmonía y al olvido.
Técnicamente, es una obra que demuestra maestría en el uso de texturas, trazos y la manipulación de la luz. La luz que emana desde el interior de la pintura acaricia suavemente los elementos plasmados, cada uno es portador de una carga simbólica milenaria. En este juego de luces y trazos, en esta danza de texturas, Eliana nos transporta a un espacio donde la naturaleza y la espiritualidad se entrelazan, invitándonos a sentir la brisa fresca y a respirar el aire que bajo la guía de la mamita que ella plasma. En el lienzo, una mujer sanadora, con el pincel, una mujer transformadora y en este escrito, una mujer tejedora.
En una sociedad donde las voces femeninas suelen ser silenciadas, la maestra se erige como un faro de luz, un soplo de aliento que desafía las narrativas dominantes. Su arte es un recordatorio poderoso de que las mujeres indígenas son guardianas de la memoria y de la sabiduría, portadoras de una visión del mundo que honra el vínculo de todos los seres. Quiero compartirles que siento una gran admiración por ello, escribo de Eliana y de Samay con la firme convicción de mantener vivo el legado ancestral desde mi lugar como mujer, como indígena y como tejedora. La respeto profundamente, le agradezco porque, a través de su rol nos invita a no olvidar y, sobre todo, a mantener viva la esencia.
Pensando en ella, en mí y en todas las mujeres que me precedieron y a quien debo mi existencia quiero ofrendar:
Mujer indígena, fuerza natural y faro en la oscuridad.
Su arte, un puente hacia el pasado, un refugio en el presente y un camino hacia el futuro.
Defender el territorio no es solo un acto político, es un acto de vida, es la sangre que corre por sus venas, es la memoria que se niega a morir.
En un mundo que busca despojar, ella se viste de valentía, con la fuerza de la montaña, con el espíritu del agua.
Su arte es un grito de guerra, una danza de resistencia.
En el lienzo cuenta las historias de sus antepasados, en cada palabra un legado, en cada color, una batalla.
Ella pinta su verdad, una verdad que trasciende, que desafía al tiempo y al miedo, que se niega a ser silenciada porque en su pecho late la tierra, en su voz, el canto de los pueblos.
Y en un abrazo sagrado, que desafía las sombras, ilumina el camino hacia un mañana en el que la tierra y sus hijos se encuentren en paz.
La fuerza emocional de esta obra trasciende lo visual; la ambigüedad de las formas se convierte en un reflejo de la fluidez de la existencia. El legado ancestral se teje en cada trazo, recordándonos que hay que volver al origen, abrigar la palabra, el pensamiento y la acción.
Samay Un Soplo de Aliento, no es simplemente una representación de un paisaje físico del Valle de Sibundoy: es un viaje hacia el alma de un territorio y de su gente. A través del arte de Eliana María Muchachasoy Chindoy, se nos recuerda que, en la vasta red de la existencia, todos estamos conectados. Su obra se manifiesta como un tributo a las raíces, a la conexión con la tierra y a la sabiduría de los pueblos indígenas, una celebración del aliento compartido que nos invita a reconocer nuestra propia esencia dentro del soplo de la vida.
La semilla que Eliana siembra con Samay es un acto que resiste y trasciende las barreras de Occidente. Hoy, quienes contemplamos esa semilla, la regamos y la apreciamos, preparando la tierra con la convicción de que más semillas se sembraran. Arâkirumâ (gracias) Sõ Biia (Corazón bueno) por la fuerza, los colores, la luz, la sombra, las estrellas, la mamita, el linaje, las plantas, la pinta, lo dulce y lo amargo, por la vida, la voz, la juntanza, la conexión, la transformación, la vitalidad, la sangre, la lucha, la fragilidad, la memoria y sobre todo arâkirumâ por pintar.
A todas y a todos quienes se dedican a este camino quiero expresarles mi gratitud. Hay que seguir tejiendo la memoria con nuestros actos, con nuestra arte, con la fuerza que cada una y uno lleva adentro. Hay que seguir pintando, haciendo, luchando y transformando, sembremos nuestra semilla.
Cómo citar:
Gañán, S. (2025). Samay: El aliento en la obra de Eliana Muchachasoy. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 6 (10). Disponible en: https://portal-error-1913.com/2025/07/21/un-soplo-de-aliento/
Fecha de recibido: 3 de Julio de 2025 | Fecha de publicación: 21 de Julio de 2025
Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.
ISSN: 2711-144
EL VESTUARIO FRENTE AL BINARISMO: REFLEXIONES A PARTIR DE LA OBRA DE MARI LUZ GIL
Costumes, plastic exploration and the binary: reflections from the work of Mari Luz Gil
Por: Manuela Rojas Devia (Amapola)
Estudiante de Artes plásticas | Universidad de Caldas |manuela.rojas49664@ucaldas.edu.co

Figura 1. Gil, Mari Luz, (2013), Vestido Rosa, fotografía. Cortesía de la artista.
La obra de Mari Luz Gil captó mi atención mientras ojeaba el Catálogo de los 17 Salones Regionales de Artistas debido a su exquisito uso del material textil; riqueza visual que se veía acompañada por un potente trasfondo conceptual, una pertinente selección de espacios en donde desarrollar su obra y una paleta de colores que conseguía que sus piezas resaltasen, tal y como lo evidencia, por ejemplo, la fotografía Vestido Rosa del año 2013.
No obstante, para entender un poco más a fondo la materialidad de su obra y la elección de sus elementos, es necesario conocer un poco de su vida. Mari Luz Gil Monsalve es una artista plástica independiente y diseñadora industrial de la ciudad de Medellín, Antioquia. Su quehacer artístico gira alrededor del performance, la foto performance y el vídeo performance, soportes de los que se vale para evidenciar las dinámicas de la industria de la moda sobre la mujer y cuerpos feminizados y cómo ciertos preconceptos socioculturales condicionan nuestra corporalidad, destacando la violencia sistemática que esta genera y cuestionando lo que hemos construido socialmente como femenino, así como qué es y cómo debe verse una mujer.
Mi interés por su trabajo me llevó a entrevistar a Mari Luz, ampliando mi entendimiento y percepción sobre cada una de las piezas. Para empezar, en nuestra conversación la artista me mencionó que su predilección por lo textil se hallaba fuertemente influenciada por su madre: “Mi mamá desde que yo estaba muy pequeñita nos cosía vestidos a mi hermana y a mí porque decía que era como hacerle vestidos a las muñecas; siempre teníamos en la casa franjas, telas, peluches: una miscelánea”.
Una de las más claras reflexiones que me quedaron luego de escuchar a la artista describir sus inicios en la exploración del textil es que las personas somos una construcción de retazos de nuestros entornos y de lo que nos permite nuestro contexto. Me mencionaba Mari Luz: “En una de las entregas que tenía que hacer para la universidad un profesor nos dijo que hiciéramos un trabajo de pintura y nos dio muchas opciones y materiales no convencionales. Entonces yo le dije: ‘¿Puedo pintar con telas?’, y él me dijo: ‘¡Claro!’. Ahí arrancó toda mi experimentación con la tela y ya después llegué al vestuario, a ese contenedor. Yo estudié diseño industrial y entendía lo difícil que era darle forma a un material rígido, como los vaciados en cemento por ejemplo, y además eran procesos muy costosos, mientras que la tela era todo lo contrario: a la tela la podía moldear como yo quisiese”.
El entendimiento de la artista sobre la tela se ve evidenciado claramente en los acabados de cada uno de sus vestuarios, dotando a sus obras de un fuerte impacto visual.
Durante la entrevista la artista me comentó una anécdota, ocurrida en el marco del Encuentro de Mujeres Trabajadoras de las Artes y las Culturas, que daría origen a la obra Contenedor no binario: “Durante el encuentro hubo inconformidades alrededor del nombre del congreso: ¿qué sucedía con quienes asistían y no se sentían identificados con el concepto de mujer? Porque puede que uno vea a alguien en cuerpo de ‘mujer’, pero quizás esa persona no se sienta identificada como mujer, no quiere que se le llame mujer y si hacía parte del Encuentro de Mujeres Trabajadoras de las Artes y las Culturas, entonces todo el mundo iba a asumir que dicha persona se sentía identificada con ese género”.
La idea central de Contenedor no binario nace tras la reflexión acerca del privilegio de ser nombrado: ser una persona cisgénero dentro de la sociedad te valida, te da un nombre y una identidad, aunque esta misma te subyugue, pero, ¿qué pasa con las disidencias?, ¿acaso no hay espacio para el reconocimiento de la fluidez de género?, ¿qué tan atravesados estamos por el binarismo? El hecho de que socialmente se nos trate de acuerdo a cómo abordamos nuestra corporalidad, da muestra de que sobre la civilización aún pesan milenarios comportamientos occidentales que no dan espacio a la decisión. Es así que la trasgresión textil y corpórea se juntan para dar a luz a una pieza que gira en torno a una corporalidad no identificada que interactúa directamente con el espectador, a través de un performance que tuvo lugar en Medellín; un recorrido por el espacio público que iniciaba en el Museo de Antioquia y pasaba por el Centro de la ciudad: un lugar transitado que producía que la acción incomodase por su volumen, causando que los viandantes se cuestionasen acerca de aquel ser inefable, compuesto por múltiples extremidades y articulaciones cubiertas por una capa de tela, semejante al encaje, de visible rigidez, lo que obligaba a la corporalidad a ceñirse a su contenedor.
Al conversar con Mari Luz, a pesar de nuestra diferencia generacional, no me sentía ajena a su experiencia, incluso habían situaciones sobre las que me hablaba y que yo misma ya había vivido. Durante la charla las estructuras académicas de la entrevista dejaron de ser tan rígidas y la reunión se fue convirtiendo en una conversación entre dos personas que compartían su mundo. Yo le conté sobre mi experiencia habiendo crecido como cuerpo feminizado en un entorno, influenciado por la moda y los gustos perfectamente curados de mi madre y mi abuela, donde imperaban rituales mañaneros en los que todo lo no deseado se escondía tras una faja. Asimismo, le mencionaba cómo esto influyó en mi autopercepción y en mi gusto por explorar el vestuario para esconder mi volumen; diversas vivencias y sentires que me llevaban a cuestionar a fondo las estructuras binarias que en su momento trataba de seguir de manera religiosa como método de protección.

Figura 2. Gil, Mari Luz, (2019), Contenedor No Binario, fotografía. Cortesía de la artista.
La obra de Mari Luz se compone de propuestas plásticas textiles, entretejidos anecdóticos y emocionales desheredados en preguntas, cuestionamientos, reflexiones, ira, indignación, trasgresión, acción, empatía y proyección. Su postura crítica ante el contexto sociocultural en el que fue criada, y que aún es perpetuado, se ve fuertemente reflejada en cada una de sus piezas. Me gustaría cerrar este texto con un par de preguntas que me sucinta su obra: ¿alguna vez nos hemos cuestionado el encasillamiento de nuestros cuerpos en las categorías binarias o sólo las damos por sentado?, ¿quiénes somos en estos contenedores no binarios?

Figura 3. Gil, Mari Luz, (2019), Contenedor No Binario, fotografía. Cortesía de la artista.
Cómo citar:
Amapola. (2024). El vestuario, la exploración plástica y lo binario: reflexiones a partir de la obra Mari Luz Gil. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 5 (9). Disponible en: https://portal-error-1913.com/2025/06/18/el-vestuario-la-exploracion-plastica-y-lo-binario/
Fecha de recibido: 31 de Marzo de 2024 | Fecha de publicación: 19 de Junio de 2025
Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.
ISSN: 2711-144
