Costumes, plastic exploration and the binary: reflections from the work of Mari Luz Gil
Por: Manuela Rojas Devia (Amapola)
Estudiante de Artes plásticas | Universidad de Caldas |manuela.rojas49664@ucaldas.edu.co

Figura 1. Gil, Mari Luz, (2013), Vestido Rosa, fotografía. Cortesía de la artista.
La obra de Mari Luz Gil captó mi atención mientras ojeaba el Catálogo de los 17 Salones Regionales de Artistas debido a su exquisito uso del material textil; riqueza visual que se veía acompañada por un potente trasfondo conceptual, una pertinente selección de espacios en donde desarrollar su obra y una paleta de colores que conseguía que sus piezas resaltasen, tal y como lo evidencia, por ejemplo, la fotografía Vestido Rosa del año 2013.
No obstante, para entender un poco más a fondo la materialidad de su obra y la elección de sus elementos, es necesario conocer un poco de su vida. Mari Luz Gil Monsalve es una artista plástica independiente y diseñadora industrial de la ciudad de Medellín, Antioquia. Su quehacer artístico gira alrededor del performance, la foto performance y el vídeo performance, soportes de los que se vale para evidenciar las dinámicas de la industria de la moda sobre la mujer y cuerpos feminizados y cómo ciertos preconceptos socioculturales condicionan nuestra corporalidad, destacando la violencia sistemática que esta genera y cuestionando lo que hemos construido socialmente como femenino, así como qué es y cómo debe verse una mujer.
Mi interés por su trabajo me llevó a entrevistar a Mari Luz, ampliando mi entendimiento y percepción sobre cada una de las piezas. Para empezar, en nuestra conversación la artista me mencionó que su predilección por lo textil se hallaba fuertemente influenciada por su madre: “Mi mamá desde que yo estaba muy pequeñita nos cosía vestidos a mi hermana y a mí porque decía que era como hacerle vestidos a las muñecas; siempre teníamos en la casa franjas, telas, peluches: una miscelánea”.
Una de las más claras reflexiones que me quedaron luego de escuchar a la artista describir sus inicios en la exploración del textil es que las personas somos una construcción de retazos de nuestros entornos y de lo que nos permite nuestro contexto. Me mencionaba Mari Luz: “En una de las entregas que tenía que hacer para la universidad un profesor nos dijo que hiciéramos un trabajo de pintura y nos dio muchas opciones y materiales no convencionales. Entonces yo le dije: ‘¿Puedo pintar con telas?’, y él me dijo: ‘¡Claro!’. Ahí arrancó toda mi experimentación con la tela y ya después llegué al vestuario, a ese contenedor. Yo estudié diseño industrial y entendía lo difícil que era darle forma a un material rígido, como los vaciados en cemento por ejemplo, y además eran procesos muy costosos, mientras que la tela era todo lo contrario: a la tela la podía moldear como yo quisiese”.
El entendimiento de la artista sobre la tela se ve evidenciado claramente en los acabados de cada uno de sus vestuarios, dotando a sus obras de un fuerte impacto visual.
Durante la entrevista la artista me comentó una anécdota, ocurrida en el marco del Encuentro de Mujeres Trabajadoras de las Artes y las Culturas, que daría origen a la obra Contenedor no binario: “Durante el encuentro hubo inconformidades alrededor del nombre del congreso: ¿qué sucedía con quienes asistían y no se sentían identificados con el concepto de mujer? Porque puede que uno vea a alguien en cuerpo de ‘mujer’, pero quizás esa persona no se sienta identificada como mujer, no quiere que se le llame mujer y si hacía parte del Encuentro de Mujeres Trabajadoras de las Artes y las Culturas, entonces todo el mundo iba a asumir que dicha persona se sentía identificada con ese género”.
La idea central de Contenedor no binario nace tras la reflexión acerca del privilegio de ser nombrado: ser una persona cisgénero dentro de la sociedad te valida, te da un nombre y una identidad, aunque esta misma te subyugue, pero, ¿qué pasa con las disidencias?, ¿acaso no hay espacio para el reconocimiento de la fluidez de género?, ¿qué tan atravesados estamos por el binarismo? El hecho de que socialmente se nos trate de acuerdo a cómo abordamos nuestra corporalidad, da muestra de que sobre la civilización aún pesan milenarios comportamientos occidentales que no dan espacio a la decisión. Es así que la trasgresión textil y corpórea se juntan para dar a luz a una pieza que gira en torno a una corporalidad no identificada que interactúa directamente con el espectador, a través de un performance que tuvo lugar en Medellín; un recorrido por el espacio público que iniciaba en el Museo de Antioquia y pasaba por el Centro de la ciudad: un lugar transitado que producía que la acción incomodase por su volumen, causando que los viandantes se cuestionasen acerca de aquel ser inefable, compuesto por múltiples extremidades y articulaciones cubiertas por una capa de tela, semejante al encaje, de visible rigidez, lo que obligaba a la corporalidad a ceñirse a su contenedor.
Al conversar con Mari Luz, a pesar de nuestra diferencia generacional, no me sentía ajena a su experiencia, incluso habían situaciones sobre las que me hablaba y que yo misma ya había vivido. Durante la charla las estructuras académicas de la entrevista dejaron de ser tan rígidas y la reunión se fue convirtiendo en una conversación entre dos personas que compartían su mundo. Yo le conté sobre mi experiencia habiendo crecido como cuerpo feminizado en un entorno, influenciado por la moda y los gustos perfectamente curados de mi madre y mi abuela, donde imperaban rituales mañaneros en los que todo lo no deseado se escondía tras una faja. Asimismo, le mencionaba cómo esto influyó en mi autopercepción y en mi gusto por explorar el vestuario para esconder mi volumen; diversas vivencias y sentires que me llevaban a cuestionar a fondo las estructuras binarias que en su momento trataba de seguir de manera religiosa como método de protección.

Figura 2. Gil, Mari Luz, (2019), Contenedor No Binario, fotografía. Cortesía de la artista.
La obra de Mari Luz se compone de propuestas plásticas textiles, entretejidos anecdóticos y emocionales desheredados en preguntas, cuestionamientos, reflexiones, ira, indignación, trasgresión, acción, empatía y proyección. Su postura crítica ante el contexto sociocultural en el que fue criada, y que aún es perpetuado, se ve fuertemente reflejada en cada una de sus piezas. Me gustaría cerrar este texto con un par de preguntas que me sucinta su obra: ¿alguna vez nos hemos cuestionado el encasillamiento de nuestros cuerpos en las categorías binarias o sólo las damos por sentado?, ¿quiénes somos en estos contenedores no binarios?

Figura 3. Gil, Mari Luz, (2019), Contenedor No Binario, fotografía. Cortesía de la artista.
Cómo citar:
Amapola. (2024). El vestuario, la exploración plástica y lo binario: reflexiones a partir de la obra Mari Luz Gil. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 5 (9). Disponible en: https://portal-error-1913.com/2025/06/18/el-vestuario-la-exploracion-plastica-y-lo-binario/
Fecha de recibido: 31 de Marzo de 2024 | Fecha de publicación: 19 de Junio de 2025
Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.
ISSN: 2711-144
