Writing in research-creation: Words in the inaugural Lesson of the Master of Arts
Por: Adolfo León Grisales Vargas
Director Maestría en Artes (2022-2023) | Universidad de Caldas | adolfo.grisales@ucaldas.edu.co

Figura 1. Alexandra Mora. (2022). Lección inaugural de la Maestría en Artes 2022. [Fotografía]. Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona.
Un pequeño homenaje a todos los estudiantes de la Maestría. Creo que les han tocado tiempos particularmente complejos, y ustedes persisten en medio de enormes dificultades, personales, económicas, laborales; además lo hacen en un escenario incierto de futuro. Como director de la Maestría debo agradecerles de todo corazón la confianza que depositan en nosotros, que a la vez la siento como un enorme reto que tenemos para lograr cumplir los sueños y expectativas que se han propuesto; por lo mismo también les pido disculpas por los errores que pueda cometer y les ruego mucha paciencia y comprensión, frente a ciertas situaciones que se escapan de mis manos o ante la dificultad de poder atender los requerimientos de todos (que en ocasiones son opuestos y difíciles de conciliar).
Quiero iniciar con una confesión: ya empiezo a sentirme viejo, y eso en sí mismo no me parece un problema, creo que hay dos aprendizajes fundamentales en la vida: aprender a perder en los juegos y aprender a envejecer; los años le permiten a uno ver las cosas de otro modo, que no es por eso más acertado ni mejor, simplemente distinto; en fin, lo que quiero decir es que cada vez se me vuelve más angustiante comprender, más difícil de justificar, por qué en la formación posgraduada del artista tenemos que insistir en que lea y escriba; y no olviden que soy filósofo, toda la vida me la he pasado leyendo y escribiendo. Pero si piensan el asunto al revés verán una injusticia: si al filósofo le enseñaran a darle forma al barro o a trabajar con los colores, se harían caricaturas y dirían que le tienen que explicar las ideas filosóficas con plastilina. Por eso cuando queremos reivindicar la dignidad epistémica del trabajo del artista, le exigimos que también sea capaz de escribir y de leer. Y sin embargo, aunque soy el Director de la Maestría, no está en mis manos cambiar directamente esta situación (pero me comprometo a hacer lo posible). Para que filósofos y artistas nos entendamos no deberíamos obligar a los artistas a hablar nuestro lenguaje (leer y escribir), si bien es conveniente promover el entendimiento mutuo, algo así como una especie de bilingüismo, que propicie una verdadera “ecología de saberes”; pero solo por eso se debería justificar la conveniencia de que el artista también se forme en habilidades de lectura y de escritura; debemos tender puentes, también se le debería exigir a los filósofos alguna obra, alguna evidencia sensible de su pensamiento. Pero en últimas creo que más allá del asunto canónico de la escritura académica, lo que resulta clave en el arte contemporáneo es el hecho de que no podemos separar la creación artística de toda la trama discursiva que la entreteje y la sostiene, pero esa trama no solo se realiza baja la forma del artículo publicable (normas apa y demás).
El debate reciente, que inició el profesor Wasserman a propósito de un borrador de la política sobre ciencia del próximo gobierno, ha puesto sobre la mesa, de qué manera sigue prevaleciendo una mirada jerárquica del conocimiento, en donde todo intento por pensar de manera horizontal la relación entre la ciencia y otras formas del saber, del hacer, del pensar y del sentir, se considera un atentado o una negación del valor de la ciencia. Creo que nuestra manera de hacer ciencia ha determinado también nuestra manera de hacer arte, nuestras maneras de sentir, todo el ámbito de lo sensible, de la praxis, del hacer y del saber se han condicionado y determinado por una manera restringida, jerárquica, excluyente, de valorar lo que cuenta como conocimiento legítimo. Así entonces, del mismo modo en que la ciencia reclama ser la forma superior del conocimiento, también el arte ha reclamado ser la forma de expresión más elevada del espíritu. Pero entonces también en el ámbito de la creación artística es necesario quebrar esa concepción jerarquizada de la experiencia y de la sensibilidad. Esto nos lleva a una pregunta crucial, ¿cómo diferenciar entonces lo que tiene valor de lo que no lo tiene? Creo que el problema es que hemos pensado que lo valioso se puede definir en abstracto, como si para juzgar, decidir y valorar pudiéramos disponer de una regla, de un método uniforme. El punto clave es precisamente ese: desde la ciencia se tiene la ilusión de disponer de una regla que permita eludir el riesgo de juzgar y decidir; desde el arte nos movemos siempre en la incertidumbre, sabemos que tenemos que juzgar, valorar y decidir pero desde el desafío de no disponer de un método, de una regla.
En fin, creo que desde un posgrado en artes el reto que tenemos es mantener vigente, no agotar la pregunta por lo que implica o significa la generación de conocimiento desde la creación artística, no hay una única respuesta.
Y vuelvo a mis palabras del inicio, a ustedes, los estudiantes, les ha correspondido vivir una época difícil, son tiempos de mucha incertidumbre, y la más abrumadora de todas: ni ustedes, estudiantes, ni nosotros, profesores, tenemos claro el sentido y justificación de lo que hacemos. Hay algo de lo que estoy convencido: la universidad no puede claudicar, en medio de la enorme crisis que pareciera vivir nuestra civilización, no solo parece un refugio apropiado sino una esperanza de futuro. Pero, por otro lado, tenemos que re-crear el sentido de la universidad, tenemos que sentirnos de nuevo partícipes de la creación de la universidad, y creo que en esto las artes jugarán un papel definitivo. Pareciera que las artes entraron a la universidad para buscar una forma de legitimación y reconocimiento, pero creo que serán la esperanza para la creación de una nueva universidad, de un nuevo mundo.
Hace ya un buen tiempo, un filósofo alemán, Gadamer, propuso entender el arte como juego, como símbolo y sobre todo como fiesta, en el sentido de que tal vez la principal tarea del arte es la de crear, hacer posible lo común, la comunidad, el encuentro. El ExLibris es algo más parecido a una fiesta que a un libro. Valga decir que hay varios tipos, varios modos de la fiesta y la festividad, y la que nos congrega ahora tiene un aire cercano a la solemnidad e incluso a la exigencia ritual de la fiesta sagrada: no nos están invitando como espectadores sino como participantes, casi como iniciados. ¿Cuál es la actitud adecuada para participar en un perfomance? ¿Qué se espera de nosotros, cómo nos debemos involucrar con las obras de arte contemporáneo? Definitivamente no funciona la figura distanciada del espectador.
En el Festival Internacional de Arte Contemporáneo el tema curatorial fue la escritura, creo que además fue una provocación para hacernos varias preguntas en relación con el arte contemporáneo y ese carácter festivo del arte: ¿Por qué privilegiamos solo la escritura alfabética, o la oralidad, acaso no es también el arte, siempre, un modo de escritura, una huella, un querer decir, interpelación, invitación, incluso una forma de conversar? Hablar de escritura es hablar de huella, pero también de encuentro, la huella solo lo es para aquel que la reconoce y la interpreta como huella, para quién se inquieta por lo que quiera decir esa señal. Pero además, la conversación hay que entenderla como ritual, como acción y no desde una idea abstracta de la razón. Conversar es más bien parecido a bailar, ponerse de acuerdo es primero que todo un gesto, una disposición del cuerpo, algo así como cogerse el paso. Pero, ¿qué es lo dicho en esa fiesta, en la que nos encontramos para conversar, para bailar? Creo que en general lo que nos dice el arte es que “todavía es posible…”, incluso, y seguro que sonará a ingenuidad, creo que también nos ofrece esperanza; la obra está preñada de tiempo, ofrece tiempo. Quisiera apropiarme de la bella frase de la Comisión de la Verdad: hay futuro, si hay arte. Nietzsche decía que los poetas mienten demasiado, Platón expulsó a los artistas de su República porque nos alejan tres grados de la verdad, pero eso precisamente nos deja claro que hay una relación profunda, secreta, que se quiere silenciar, entre arte y verdad. La verdad, si es un puro argumento racional, si carece de cuerpo, de sensibilidad, siempre es insuficiente; no son gratuitas las metáforas con las que nos referimos a la verdad más honda: la verdad desnuda, la dolorosa verdad. La verdad es sobre todo una experiencia, y es más auténtica cuando es compartida.
En fin, el arte es fiesta, es encuentro, es ritual, es escritura, es un querer decir, es verdad, es experiencia compartida, es kayros, es revelación desgarradora y es esperanza.
Cómo citar:
Grisales, A-L. (2022). La escritura en la investigación-creación: palabras en la Lección inaugural de la Maestría en Artes 2022. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo 4 (7). Disponible en: https://portal-error-1913.com/2024/02/20/la-escritura-en-la-investigacion-creacion/
Fecha de recibido: 7 de diciembre de 2022 | Fecha de publicación: 21 de febrero de 2024
Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.
ISSN: 2711-144

La conclusión del texto recrea el arte de manera tan sencilla que le puede abrir muchos caminos al artista, dirigidos a engrandecer la construcción de esta sociedad.
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