Por: Andrea Ospina Santamaría
Profesora del Departamento de Artes Plásticas | Universidad de Caldas | andrea.ospina@ucaldas.edu.co

Me han encargado la compleja tarea de hacer una editorial para una revista universitaria en un número que correspondió a un año difícil. Quiero decir, hacer una editorial para una revista de un programa de artes en una universidad pública y regional de Colombia en el año de la más mediática y – tal vez – la mayor crisis social, política y sanitaria de nuestra historia reciente, que es la última gota del vaso para desatar un paro nacional en donde se cometen un sinnúmero de muertes y nacen una cantidad igual de esperanzas.
Así que sobra decir que esta editorial será más una carta que un texto de rigor académico, porque eso ha sido esta revista para su comité editorial y para quienes en ella escriben: un espacio de construcción de afectos más que una egoteca de argumentos. También pareciera obvio que toda palabra será insuficiente para intentar reseñar lo que ha sido, para la comunidad estudiantil, las personas invitadas y el equipo organizador detrás de este proyecto, aferrarse a la escritura y a las artes en tiempos de completa incertidumbre.
He de decir, primero que todo, que no lo hicimos al 100%. No queda sensación más gratificante que cerrar un número que comprendió que a veces todo para, ya sea porque tenemos que estar confinados o porque nos llaman las calles, ya sea porque se nos llenó de miedo el pecho o porque consideramos que nunca la inestabilidad social de nuestro país es un simple tema, sino un lugar de enunciación transversal. Podemos decir que este conjunto de textos va llegando poco a poco y digerido mientras que nuestros activismos personales y colectivos tenían rumbos diferentes, así como la fragilidad a la que un pequeñísimo ser nos empujó, justo al límite de nuestro antropocentrismo. Gran parte de nuestro semestre se basó en el compartir contenido de otras iniciativas que ya se encontraban activas en las manifestaciones del país, porque lo que menos deseamos es generar información sin norte, ni articulación, al mismo tiempo que en procurar que no se hundiera el barco frente a las crisis de la educación pública en medio de la virtualidad.
Lo que sí podemos afirmar es que como equipo editorial fuimos conscientes de la empatía necesaria en tiempos de pandemia y posteriormente concretamos una posición en contra de la sistemática violencia ejercida hacia los manifestantes. Nos alegramos con la fuerza de las comunidades y también sufrimos cada derecho violado, y afortunadamente, como cualquier otra, esta tercera edición de la revista PORTAL ERROR 19-13 trae voces políticas en múltiples sentidos y activa la posición de las artes ante estos procesos complejos. Podemos decir que estas reflexiones pasan por cuatro categorías: feminismo, crítica al sistema artístico, cotidianidad interrumpida y construcción de escenas locales.
En un primer grupo, tenemos voces que nos hablan desde el feminismo en medio de este camino de las artes, la oportunidad de construir realidades posicionadas en el rol de las mujeres, los encuentros vivos, la toma del espacio público y la posibilidad de narrar una nueva historia, así como las reflexiones en torno al cuerpo expandido y apropiado el cual se enfrenta desde múltiples formas colectivas e íntimas a los imaginarios que por tanto tiempo nuestro sistema ha perpetuado.
Ahora bien, estas palabras se sitúan desde una cotidianidad totalmente interrumpida, en donde nociones que parecían lejanas empiezan a hacer parte de nuestro día a día, como la repetición, lo monstruoso y la putrefacción. Entre el miedo, el control y la necesidad de concebirse como parte de una sociedad, al mismo tiempo que como individuos condenados a vivir con su propio cuerpo en pequeños espacios, estos proyectos llegan como un punto de vista potente en torno a lo que nos atravesaba de forma desesperante e impensable.
Un tercer enfoque se basa una crítica que se dirige al funcionamiento del sistema del arte, sus roles existentes y en especial las dificultades de ejercerlos desde la curaduría, la precariedad y las instituciones museales enfocadas al contexto local y nacional. Estas palabras, por parte de egresadas de la facultad, especifican una cantidad de injusticias, puertas abiertas y diferentes caminos para ejercer una profesión que más que una acción específica es un lenguaje desde el que se lee el mundo y que no está exenta de las limitaciones que un macrosistema ha impuesto no sólo en su quehacer sino además en su propio reconocimiento.
Pero ante esta postura crítica desde este proyecto proponemos y nos enfocamos en la necesidad de construir archivo de ciudad, uno que sea capaz de levantar la información que se queda a la sombra de las escenas centralizadas de lo cultural en el país y que evita comprender los alcances y capacidades de lo realizado en lo local. Es por eso que este número realizó un recorrido por las ediciones anteriores del Festival Internacional de Arte Contemporáneo desde las voces de quienes lo vivieron e hicieron parte de su ejecución, porque, precisamente, el punto de partida es en este caso una prioridad para resaltar que existen otros relatos y movimientos posibles que no se leen en los mismos códigos que las grandes ciudades.
Y en este último aspecto no podemos dejar de lado la importancia de considerarnos en el marco del Paro Nacional de Colombia como un espacio que apoyaba las iniciativas estudiantiles y que buscó las sentidas palabras de su director para conversar sobre un proceso que ya desde 2019 se venía gestando en las aulas y las calles. Es imposible no nombrar aquí que nos seguimos preguntando por cada desaparecido, por cada muerte y cada golpe, por las violaciones y la frustración, y claro, por la sostenibilidad de la Universidad que nos cobija.
Pensar en retrospectiva el tiempo que compete a este número es casi un delirio, en el que aún tiemblan las manos y algunas lagunas mentales atacan entre lo que fue sentirnos tan fuera del universo conocido. Sólo podría agregar que este texto no es más que una insistencia en lo insuficiente, en continuar dándole vueltas, soportes y tiempos a aquello incompleto e imposible como las revistas de arte en universidades públicas regionales de un país en crisis.
Cómo citar:
Ospina, A. (2020). Editorial: Insistir en lo insuficiente. Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo. 3 (2). Disponible en: https://portalerror1913.com/2021/10/24/insistir-en-lo-insuficiente/
Portal Error 19-13. Revista de arte contemporáneo.
ISSN: 2711-144X